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Un llamado a la cordura

Betty Marroquin
29 de octubre, 2015

Este martes por la mañana recibí una noticia que como amiga de Marjorie Musa no pudo sino alegrarme: allanaron la casa de Gustavo Alejos y fue emitida la orden de captura en su contra. Las amigas de Marjorie hemos esperado esto desde el fatídico momento en que se rumoró que nuestro ex-compañero de colegio, de clase, Gustavo estaba implicado en el horrendo asesinato de Marjorie y de su papi, Don Khalil Musa. No me cabe duda alguna que la Justicia Divina es perfecta y llega tarde o temprano. Pero a su vez, como persona responsable, entro en la encrucijada de balancear mis sentimientos personales con la razón, la lógica y mi concepto de justicia.

Recuerdo el día en que me llamó nuestra amiga Andrea a Roma, donde me encontraba de vacaciones, para contarme que habían asesinado a la Mamush, como cariñosamente le decíamos a Marjorie. Caí sentada en la cama del hotel, atónita. Me parecía como irreal, increíble. En minutos mi asombro se transformó en rabia, tristeza y frustración. Puedo imaginar como se sintieron las amigas más cercanas de Marjorie. Una mezcla de sentimientos con denominador común: una profunda tristeza. La Mamush era una mujer linda, en todo sentido. Guapísima, encantadora, dulce, simpática, inocentona, alegre, siempre amable con todo mundo, sencilla sin petulancias. En el colegio, junto con Andrea, nos tenían que explicar los chistes porque no cachabamos a la primera. ¡Así eramos de inocentes en ese entonces! La Marjorie adulta se convirtió en una madre ejemplar, y siguió siendo una excelente hija, una persona estupenda. Que injusto que su vida haya sido cortada a tan joven edad. Y como ella, la de miles y miles de personas en Guatemala que son asesinadas por la maldad y la ambición desmedida de gente sin escrúpulos, de almas negras y retorcidas que no se detienen ante nada y ante nadie, y cuyas muertes siguen impunes. 

Siento que estamos pasando un momento histórico en Guatemala, en el que debe imperar la cordura y el buen juicio. Muchos decimos constantemente que la Ley debe ser igual para todos. Basados en ese principio, es importante recordar que la Ley indica que todos somos inocentes fino a prueba contraria. Hemos visto más de una vez como gente inocente termina en la cárcel, pagando culpas ajenas. Creo que lo último que deseamos es que en estos momentos suceda lo mismo y no me refiero únicamente al caso Musa. Por ello, debemos ser cautelosos y esperar que la CICIG de Iván el Temible no se detenga, que el MP de nuestra querida Fiscal de Hierro haga una investigación exhaustiva, y que el Organismo Judicial proceda con el máximo peso que la Ley estipula para quienes resulten ser los autores intelectuales de ese horrendo asesinato. En su momento, las investigaciones sobre el crimen no señalaron autores intelectuales, como era de esperarse de una CICIG corrupta que hizo todo para inculpar a Erwin Sperisen, llegando al colmo de fabricar pruebas en su contra. Las amigas de Marjorie exigimos justicia para ella y para su papi, pero agrego que también lo exigimos para Rodrigo Rosenberg, Hugo Arce, y para todas las demás víctimas de ese período espantoso de nuestra Historia. Sin embargo, para ello, es fundamental que la opinión pública guarde la cordura. Los medios y la opinión pública en general no debemos constituirnos en juez y parte. La labor de los medios es informar, no influir. Los analistas damos nuestro punto de vista, pero no poseemos verdades absolutas. Y el público debe informarse para formar su propio criterio, pero evitar constituirse en juez ya que jamás conocerá a priori toda la información del caso.

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Como Católica creyente, pido a Dios nos ayude a todas las amigas de Marjorie a encontrar la forma de perdonar a sus asesinos, si bien la veo difícil. En estos momentos en que nuestra Guatemala está dando muestras de entereza y coraje al mundo entero, debemos seguir todos vigilantes, firmes, procediendo correctamente, lo que implica que la justicia debe seguir su curso y todos los que la deben tienen que pagar luego del debido proceso. Pero insisto, así como todos somos iguales ante la Ley, todos somos inocentes fino a prueba contraria.

Seamos políticos y funcionarios de gobierno, empresarios, o sociedad civil, debemos tener siempre presente que el que la hace, la paga, que el pueblo no se quedará de brazos cruzados mientras abusan de él. Pero también que el pueblo no hará justicia con sus manos, con su pluma o con su boca. Al fin y al cabo, dudo que alguien quiera una caza de brujas a la Medieval. Tratemos de bajar el tono y de no dejar que nos gobierne nuestro hígado. Y nuevamente aclaro, no me refiero sólo al caso Musa. Hablo en general.

Si deseamos un gobierno cuerdo, lógico, correcto, ético, responsable, justo y ecuánime, debemos ser así nosotros también. Como todo lo bueno, no es fácil. Es mucho más fácil ser vulgar, juzgón, criticón, reaccionario, violento y mordaz.

Fernando del Rincón dijo en su entrevista a nuestro Presidente Electo, que el libro que recopila las fotografías de las manifestaciones debiera estar en la mesa de noche de todos los funcionarios del Estado. Yo diría que debiera estarlo en la de todos los guatemaltecos.

Un llamado a la cordura

Betty Marroquin
29 de octubre, 2015

Este martes por la mañana recibí una noticia que como amiga de Marjorie Musa no pudo sino alegrarme: allanaron la casa de Gustavo Alejos y fue emitida la orden de captura en su contra. Las amigas de Marjorie hemos esperado esto desde el fatídico momento en que se rumoró que nuestro ex-compañero de colegio, de clase, Gustavo estaba implicado en el horrendo asesinato de Marjorie y de su papi, Don Khalil Musa. No me cabe duda alguna que la Justicia Divina es perfecta y llega tarde o temprano. Pero a su vez, como persona responsable, entro en la encrucijada de balancear mis sentimientos personales con la razón, la lógica y mi concepto de justicia.

Recuerdo el día en que me llamó nuestra amiga Andrea a Roma, donde me encontraba de vacaciones, para contarme que habían asesinado a la Mamush, como cariñosamente le decíamos a Marjorie. Caí sentada en la cama del hotel, atónita. Me parecía como irreal, increíble. En minutos mi asombro se transformó en rabia, tristeza y frustración. Puedo imaginar como se sintieron las amigas más cercanas de Marjorie. Una mezcla de sentimientos con denominador común: una profunda tristeza. La Mamush era una mujer linda, en todo sentido. Guapísima, encantadora, dulce, simpática, inocentona, alegre, siempre amable con todo mundo, sencilla sin petulancias. En el colegio, junto con Andrea, nos tenían que explicar los chistes porque no cachabamos a la primera. ¡Así eramos de inocentes en ese entonces! La Marjorie adulta se convirtió en una madre ejemplar, y siguió siendo una excelente hija, una persona estupenda. Que injusto que su vida haya sido cortada a tan joven edad. Y como ella, la de miles y miles de personas en Guatemala que son asesinadas por la maldad y la ambición desmedida de gente sin escrúpulos, de almas negras y retorcidas que no se detienen ante nada y ante nadie, y cuyas muertes siguen impunes. 

Siento que estamos pasando un momento histórico en Guatemala, en el que debe imperar la cordura y el buen juicio. Muchos decimos constantemente que la Ley debe ser igual para todos. Basados en ese principio, es importante recordar que la Ley indica que todos somos inocentes fino a prueba contraria. Hemos visto más de una vez como gente inocente termina en la cárcel, pagando culpas ajenas. Creo que lo último que deseamos es que en estos momentos suceda lo mismo y no me refiero únicamente al caso Musa. Por ello, debemos ser cautelosos y esperar que la CICIG de Iván el Temible no se detenga, que el MP de nuestra querida Fiscal de Hierro haga una investigación exhaustiva, y que el Organismo Judicial proceda con el máximo peso que la Ley estipula para quienes resulten ser los autores intelectuales de ese horrendo asesinato. En su momento, las investigaciones sobre el crimen no señalaron autores intelectuales, como era de esperarse de una CICIG corrupta que hizo todo para inculpar a Erwin Sperisen, llegando al colmo de fabricar pruebas en su contra. Las amigas de Marjorie exigimos justicia para ella y para su papi, pero agrego que también lo exigimos para Rodrigo Rosenberg, Hugo Arce, y para todas las demás víctimas de ese período espantoso de nuestra Historia. Sin embargo, para ello, es fundamental que la opinión pública guarde la cordura. Los medios y la opinión pública en general no debemos constituirnos en juez y parte. La labor de los medios es informar, no influir. Los analistas damos nuestro punto de vista, pero no poseemos verdades absolutas. Y el público debe informarse para formar su propio criterio, pero evitar constituirse en juez ya que jamás conocerá a priori toda la información del caso.

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Seamos políticos y funcionarios de gobierno, empresarios, o sociedad civil, debemos tener siempre presente que el que la hace, la paga, que el pueblo no se quedará de brazos cruzados mientras abusan de él. Pero también que el pueblo no hará justicia con sus manos, con su pluma o con su boca. Al fin y al cabo, dudo que alguien quiera una caza de brujas a la Medieval. Tratemos de bajar el tono y de no dejar que nos gobierne nuestro hígado. Y nuevamente aclaro, no me refiero sólo al caso Musa. Hablo en general.

Si deseamos un gobierno cuerdo, lógico, correcto, ético, responsable, justo y ecuánime, debemos ser así nosotros también. Como todo lo bueno, no es fácil. Es mucho más fácil ser vulgar, juzgón, criticón, reaccionario, violento y mordaz.

Fernando del Rincón dijo en su entrevista a nuestro Presidente Electo, que el libro que recopila las fotografías de las manifestaciones debiera estar en la mesa de noche de todos los funcionarios del Estado. Yo diría que debiera estarlo en la de todos los guatemaltecos.

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