Óscar Santis volvió a vestirse de héroe y Guatemala rugió fuerte en el Estadio Cuscatlán. En un duelo de alto voltaje por la cuarta jornada de las Eliminatorias de la Concacaf rumbo al Mundial 2026, el delantero chapín sacó un derechazo cruzado que dejó sin opciones al arquero salvadoreño y le dio a la bicolor una victoria de oro puro: 0-1 frente a El Salvador, en su propia casa.
El tanto llegó apenas iniciado el segundo tiempo, cuando el "Chucho" López filtró un pase quirúrgico que Santis no desaprovechó. El disparo fue seco, potente, y cruzado. El guardameta salvadoreño se lanzó, pero solo para adornar la postal del gol. La afición guatemalteca estalló en júbilo, y no era para menos: con este resultado, y el empate entre Surinam y Panamá, Guatemala depende únicamente de sí misma para lograr lo impensado: clasificar por primera vez a una Copa del Mundo.
El partido fue una auténtica batalla. El Salvador dominó el primer tiempo, presionó alto y generó peligro, pero se topó con un muro llamado Nicholas Hagen. El arquero guatemalteco se lució con una atajada monumental que mantuvo el cero en su arco. Fue una intervención que valió tanto como el gol de Santis. Hagen sostuvo el equipo cuando más lo necesitaba, y eso permitió que la historia se escribiera en el complemento.
El segundo tiempo fue otro cantar. Guatemala salió con otra actitud, más agresiva, más decidida. El gol de Santis fue el punto de inflexión, pero lo que vino después fue aún más valioso: la defensa chapina se plantó con firmeza, y por primera vez en esta eliminatoria, logró sostener una ventaja hasta el pitazo final. No fue fácil. Cada ataque de La Selecta fue una prueba de nervios, pero esta vez, Guatemala no se quebró.
El recuerdo del empate agónico contra Surinam, cuando se escaparon dos puntos en el último suspiro, estaba fresco en la memoria. Pero esta vez, la historia fue distinta. El equipo de Luis Fernando Tena mostró carácter, temple y madurez. Y eso tiene a todo un país soñando despierto.
Óscar "Lelo" Santis, padre del goleador, compartió que habló con su hijo antes del partido. “Me dijo que estaba tranquilo, que confiaba en que se podía lograr. Y lo logró”, comentó emocionado. La familia Santis vive un momento inolvidable, y Guatemala entera lo celebra.
Con esta victoria, Guatemala suma cinco puntos y se coloca en la tercera posición del Grupo A, a solo uno de Panamá. Los dos partidos restantes serán en casa, frente a Surinam y Panamá. Si la bicolor gana ambos, el boleto al Mundial será suyo. No hay más cuentas, no hay más combinaciones. Todo está en sus manos.
El Estadio Manuel Felipe Carrera será el escenario de esos duelos decisivos. La afición ya se prepara para llenar las gradas y empujar al equipo hacia la gloria. Nunca antes Guatemala había estado tan cerca de una clasificación mundialista, y el país entero se ha volcado con la selección.
El fútbol tiene esas noches mágicas, y la del 14 de octubre en San Salvador quedará grabada en la historia chapina. Óscar Santis, Nicolás Hagen, el "Chucho" López y todo el equipo se han convertido en símbolos de esperanza. Ahora, Guatemala sueña con el Mundial. Y el sueño está más vivo que nunca.
Óscar Santis volvió a vestirse de héroe y Guatemala rugió fuerte en el Estadio Cuscatlán. En un duelo de alto voltaje por la cuarta jornada de las Eliminatorias de la Concacaf rumbo al Mundial 2026, el delantero chapín sacó un derechazo cruzado que dejó sin opciones al arquero salvadoreño y le dio a la bicolor una victoria de oro puro: 0-1 frente a El Salvador, en su propia casa.
El tanto llegó apenas iniciado el segundo tiempo, cuando el "Chucho" López filtró un pase quirúrgico que Santis no desaprovechó. El disparo fue seco, potente, y cruzado. El guardameta salvadoreño se lanzó, pero solo para adornar la postal del gol. La afición guatemalteca estalló en júbilo, y no era para menos: con este resultado, y el empate entre Surinam y Panamá, Guatemala depende únicamente de sí misma para lograr lo impensado: clasificar por primera vez a una Copa del Mundo.
El partido fue una auténtica batalla. El Salvador dominó el primer tiempo, presionó alto y generó peligro, pero se topó con un muro llamado Nicholas Hagen. El arquero guatemalteco se lució con una atajada monumental que mantuvo el cero en su arco. Fue una intervención que valió tanto como el gol de Santis. Hagen sostuvo el equipo cuando más lo necesitaba, y eso permitió que la historia se escribiera en el complemento.
El segundo tiempo fue otro cantar. Guatemala salió con otra actitud, más agresiva, más decidida. El gol de Santis fue el punto de inflexión, pero lo que vino después fue aún más valioso: la defensa chapina se plantó con firmeza, y por primera vez en esta eliminatoria, logró sostener una ventaja hasta el pitazo final. No fue fácil. Cada ataque de La Selecta fue una prueba de nervios, pero esta vez, Guatemala no se quebró.
El recuerdo del empate agónico contra Surinam, cuando se escaparon dos puntos en el último suspiro, estaba fresco en la memoria. Pero esta vez, la historia fue distinta. El equipo de Luis Fernando Tena mostró carácter, temple y madurez. Y eso tiene a todo un país soñando despierto.
Óscar "Lelo" Santis, padre del goleador, compartió que habló con su hijo antes del partido. “Me dijo que estaba tranquilo, que confiaba en que se podía lograr. Y lo logró”, comentó emocionado. La familia Santis vive un momento inolvidable, y Guatemala entera lo celebra.
Con esta victoria, Guatemala suma cinco puntos y se coloca en la tercera posición del Grupo A, a solo uno de Panamá. Los dos partidos restantes serán en casa, frente a Surinam y Panamá. Si la bicolor gana ambos, el boleto al Mundial será suyo. No hay más cuentas, no hay más combinaciones. Todo está en sus manos.
El Estadio Manuel Felipe Carrera será el escenario de esos duelos decisivos. La afición ya se prepara para llenar las gradas y empujar al equipo hacia la gloria. Nunca antes Guatemala había estado tan cerca de una clasificación mundialista, y el país entero se ha volcado con la selección.
El fútbol tiene esas noches mágicas, y la del 14 de octubre en San Salvador quedará grabada en la historia chapina. Óscar Santis, Nicolás Hagen, el "Chucho" López y todo el equipo se han convertido en símbolos de esperanza. Ahora, Guatemala sueña con el Mundial. Y el sueño está más vivo que nunca.