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PNC recupera inmuebles abandonados utilizados por pandilleros en Chimaltenango

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Luis Gonzalez
02 de diciembre, 2025

La Policía Nacional Civil (PNC), por medio de agentes de Prevención del Delito, realizó una jornada de recuperación de dos inmuebles abandonados en la comunidad Los Aposentos, Chimaltenango.

Es noticia. La actividad contó con la participación de vecinos y miembros del Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODE).

  • Los pobladores se sumaron al esfuerzo para devolver estos espacios a la comunidad y promover la convivencia pacífica.
  • Según la PNC, los inmuebles habían sido usurpados por pandilleros que los utilizaban para realizar actos de vandalismo y atemorizar a los habitantes del sector.
  • La recuperación busca alejar a la juventud de las influencias delictivas y convertir estos espacios en áreas seguras para el desarrollo comunitario.

Qué destacar. El caso de Los Aposentos refleja una problemática que se ha intensificado en los últimos años: la usurpación de propiedades por parte de pandillas y redes criminales.

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  • De acuerdo con datos del Ministerio Público y la Asociación en Defensa de la Propiedad Privada (ACDEPRO), entre 2020 y 2025 se registraron más de 13 mil denuncias por usurpación y usurpación agravada en Guatemala.
  • Sin embargo, en ese mismo período el Estado apenas ejecutó 99 desalojos, lo que significa que solo el 0.76% de las víctimas logró recuperar su propiedad.
  • Esta cifra revela una realidad alarmante: en Guatemala robar o usurpar una finca o una casa es más fácil que recuperarla.

Por qué importa. El crimen organizado ha convertido este fenómeno en un negocio rentable, aprovechando la ineficacia institucional para proteger el derecho a la propiedad privada.

  • Aunque durante años se pensó que las usurpaciones se concentraban en las Verapaces, Sololá, San Marcos e Izabal, bajo el argumento de recuperar tierras ancestrales, hoy el departamento de Guatemala encabeza la lista con 2799 denuncias, seguido por Huehuetenango con 1361, San Marcos con 1147, Alta Verapaz con 986 y Sololá con 633.
  • En el área metropolitana, municipios como Mixco, Villa Nueva, Villa Canales, San Juan Sacatepéquez, Chinautla y Amatitlán presentan patrones peligrosos: grupos criminales operan para robar y usurpar propiedades mediante intimidación, violencia y corrupción.
  • Las modalidades van desde redes de abogados que falsifican títulos para vender inmuebles, hasta invasiones masivas que se convierten en asentamientos humanos.

Punto de fricción. En los últimos años, destaca el incremento de tomas de propiedades por pandillas, que obligan a los dueños a abandonar sus casas por miedo.

  • Estas viviendas son utilizadas para ocultar armas, drogas e incluso cadáveres, como ocurrió en zona 18 tras el asesinato del cantante Farruko Pop.
  • En Villa Canales se reporta un alza de usurpaciones ligadas a secuestradores y narcotraficantes que ocupan viviendas como bases operativas.
  • El impacto socioeconómico de este fenómeno es profundo: devaluación de inmuebles, aumento de primas de seguro y gastos de seguridad, expansión desordenada de asentamientos y presión sobre servicios básicos. A esto se suma la desconfianza institucional, pues la percepción de impunidad debilita el Estado de Derecho y disuade la inversión.

En conclusión. Los vacíos institucionales son evidentes: capacidad operativa insuficiente para ejecutar desalojos con seguridad, falta de interoperabilidad entre Catastro, Registro de la Propiedad, Ministerio de Gobernación y Ministerio Público, escasa transparencia de datos y ausencia de mapas públicos de riesgo. Además, la tramitología excesiva favorece la permanencia ilegal.

  • Pese a que el Código Penal tipifica la usurpación como el despojo o invasión ilícita de un inmueble y establece que la permanencia del ocupante constituye flagrancia, la efectividad estatal sigue siendo mínima.
  • ACDEPRO advierte que el Estado es incapaz de proteger al propietario y al inversor, dejándolos solos ante pandilleros, grupos criminales y redes paralegales.
  • La entidad propone una respuesta integral basada en prevención y control territorial, persecución penal especializada, protección a víctimas y educación ciudadana sobre el valor legal de la propiedad.

PNC recupera inmuebles abandonados utilizados por pandilleros en Chimaltenango

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Luis Gonzalez
02 de diciembre, 2025

La Policía Nacional Civil (PNC), por medio de agentes de Prevención del Delito, realizó una jornada de recuperación de dos inmuebles abandonados en la comunidad Los Aposentos, Chimaltenango.

Es noticia. La actividad contó con la participación de vecinos y miembros del Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODE).

  • Los pobladores se sumaron al esfuerzo para devolver estos espacios a la comunidad y promover la convivencia pacífica.
  • Según la PNC, los inmuebles habían sido usurpados por pandilleros que los utilizaban para realizar actos de vandalismo y atemorizar a los habitantes del sector.
  • La recuperación busca alejar a la juventud de las influencias delictivas y convertir estos espacios en áreas seguras para el desarrollo comunitario.

Qué destacar. El caso de Los Aposentos refleja una problemática que se ha intensificado en los últimos años: la usurpación de propiedades por parte de pandillas y redes criminales.

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  • De acuerdo con datos del Ministerio Público y la Asociación en Defensa de la Propiedad Privada (ACDEPRO), entre 2020 y 2025 se registraron más de 13 mil denuncias por usurpación y usurpación agravada en Guatemala.
  • Sin embargo, en ese mismo período el Estado apenas ejecutó 99 desalojos, lo que significa que solo el 0.76% de las víctimas logró recuperar su propiedad.
  • Esta cifra revela una realidad alarmante: en Guatemala robar o usurpar una finca o una casa es más fácil que recuperarla.

Por qué importa. El crimen organizado ha convertido este fenómeno en un negocio rentable, aprovechando la ineficacia institucional para proteger el derecho a la propiedad privada.

  • Aunque durante años se pensó que las usurpaciones se concentraban en las Verapaces, Sololá, San Marcos e Izabal, bajo el argumento de recuperar tierras ancestrales, hoy el departamento de Guatemala encabeza la lista con 2799 denuncias, seguido por Huehuetenango con 1361, San Marcos con 1147, Alta Verapaz con 986 y Sololá con 633.
  • En el área metropolitana, municipios como Mixco, Villa Nueva, Villa Canales, San Juan Sacatepéquez, Chinautla y Amatitlán presentan patrones peligrosos: grupos criminales operan para robar y usurpar propiedades mediante intimidación, violencia y corrupción.
  • Las modalidades van desde redes de abogados que falsifican títulos para vender inmuebles, hasta invasiones masivas que se convierten en asentamientos humanos.

Punto de fricción. En los últimos años, destaca el incremento de tomas de propiedades por pandillas, que obligan a los dueños a abandonar sus casas por miedo.

  • Estas viviendas son utilizadas para ocultar armas, drogas e incluso cadáveres, como ocurrió en zona 18 tras el asesinato del cantante Farruko Pop.
  • En Villa Canales se reporta un alza de usurpaciones ligadas a secuestradores y narcotraficantes que ocupan viviendas como bases operativas.
  • El impacto socioeconómico de este fenómeno es profundo: devaluación de inmuebles, aumento de primas de seguro y gastos de seguridad, expansión desordenada de asentamientos y presión sobre servicios básicos. A esto se suma la desconfianza institucional, pues la percepción de impunidad debilita el Estado de Derecho y disuade la inversión.

En conclusión. Los vacíos institucionales son evidentes: capacidad operativa insuficiente para ejecutar desalojos con seguridad, falta de interoperabilidad entre Catastro, Registro de la Propiedad, Ministerio de Gobernación y Ministerio Público, escasa transparencia de datos y ausencia de mapas públicos de riesgo. Además, la tramitología excesiva favorece la permanencia ilegal.

  • Pese a que el Código Penal tipifica la usurpación como el despojo o invasión ilícita de un inmueble y establece que la permanencia del ocupante constituye flagrancia, la efectividad estatal sigue siendo mínima.
  • ACDEPRO advierte que el Estado es incapaz de proteger al propietario y al inversor, dejándolos solos ante pandilleros, grupos criminales y redes paralegales.
  • La entidad propone una respuesta integral basada en prevención y control territorial, persecución penal especializada, protección a víctimas y educación ciudadana sobre el valor legal de la propiedad.

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