El general de Brigada Henry David Saenz Ramos, ministro de la Defensa Nacional, se presenta como el dirigente de una institución generadora de cambio y desarrollo para el país. Sin embargo, sucesos recientes, como el enfrentamiento entre narcotraficantes y las fuerzas de seguridad de México, deja muchas dudas sobre el resguardo de las fronteras. En ese hecho –que dejó cuatro muertos- el Ejército solo fue testigo.
¿Qué pasó en Huehuetenango? ¿Por qué no actuó el Ejército?
— Antes que nada, quiero iniciar con la génesis del problema: ¿hubo algún proyecto político que nos redujo a la mínima expresión como institución? Sí, y nos dejó a merced del país. Todavía pagamos los errores de las estructuras pasadas de los gobiernos.
Haga usted sus números de seguridad, yo no se los voy a decir, porque entonces solo con decirle mis números lo prejuicio para tener información a mi favor. La cantidad de elementos que tenemos es baja.
¿Cuáles son esas mediciones [datos]?
— El Salvador tiene más efectivos en relación con su territorio. Guatemala, en cambio, cubre una mayor extensión con menos personal. Si hacemos una simple comparación, veremos un déficit real de elementos. Una sencilla operación matemática lo demuestra.
El recurso humano y material que tenemos es deficiente.
A nivel nacional, ¿qué esfuerzos de seguridad hace el Ejército, en especial con los campamentos?
— El Ejército tiene una estructura a nivel nacional. Por obligación, respondemos a los artículos constitucionales 244 y 49. ¿Atender desastres naturales o defensa de la nación? Allí la disyuntiva. La defensa se hace desde las dos ramas, en especial durante emergencias reales.
Ahora tenemos a Huehuetenango [crisis de seguridad] por un lado, y en Cobán y Petén llueve [desastres naturales]. Nos toca responder a las dos realidades.
Las acciones son muy abstractas. ¿Qué hace la Defensa en estos casos?
— Como columna principal tenemos la transparencia. Les exigimos a los comandantes el uso más claro de los recursos. Ahora tenemos más recursos para asignarles alimentos a nuestros agentes. Esto nos permite tener mayor presencia en todo el país.
Le doy un ejemplo: durante años no pudimos operar ‘permanentemente’ en el mar, ahora sí. ¿Por qué? Tenemos mayor asignación de combustible y más alimentos.
¿Qué otros beneficios logró su gestión? ¿Hay más resultados?
— A finales de año viene un avión y helicópteros que adquirimos. También vamos a comprar nuevo armamento y será mejor. Ambos son pasos relevantes que nos van a dar “réditos” [renta y utilidades] a la Defensa. ¡Eso hacemos!
Regresemos a los datos: ¿por qué ocultarlos y no brindárselos a los guatemaltecos?
— ¡Fíjese que no es así! He tenido la política de comunicación que busca transmitir lo que hace el soldado. No lo del general. En esa línea, el soldado ahora sofoca incendios y rescata comunidades inundadas. Es decir, estamos en combate constante. Y lo informamos así…
Eso es lo que se necesita. Ahora le digo yo, como ministro de la Defensa, que debemos reconfigurar alguna línea de comunicación estratégica para que llegue “el sentido” de lo que usted me pregunta. ¿Qué sí hemos hecho? Eso lo quiero decir.
¿Cuéntennos las acciones concretas?
— Hemos ido al Congreso a decir: necesito que mi soldado gane el mínimo, por ejemplo. Aunque el soldado no recibe un salario, sino un estipendio mensual, es un ser humano y merece mejores condiciones de “trabajo”. El otro extremo son los jubilados militares. ¿Qué hacemos con ellos que ya sirvieron por 40 años al Ejército?
Actualmente, reciben asignaciones de jubilación de GTQ 300 y GTQ 380. Entonces, también fuimos al Legislativo a presentar un proyecto de ley para dignificar esa parte. Nos proyectamos para el beneficio de todos. La intención es decirle a la población: estos son los resultados y nuestras prioridades.
Si no se hubieran hecho las reformas en 2022 para ampliar el tiempo de servicio militar, su retiro habría iniciado el 27 de junio. ¿Qué planes tenía para ese momento?
— Tendría que haberme ido en ese marco legal. A mí siempre me ha gustado el ámbito académico y la docencia. Me proyecté para esa área. En eso estaría.
Se interpusieron recursos legales para que usted no siguiera al frente de la Defensa. ¿Cómo los interpreta?
— La resolución de la Corte de Constitucionalidad (CC) se seguirá como siempre lo hemos hecho [le permitió seguir en el puesto]. Y esta no será la excepción. Estamos ante el escenario de unos y otros: los que pusieron los recursos y los que no.
La interpretación de la CC va a decir: esta es la norma que se cambió y así debe interpretarse.
Ante el retiro inminente que le marca la ley a futuro, ¿a qué se va a dedicar?
— Le voy a contestar, pero sin la investidura del ministro de la Defensa. Le voy a contestar como persona. ¡Yo quiero estar en mi casa! Tengo una hija que estudia medicina y ya está en sus hospitales [en la etapa de residencia]. A mí me gusta cocinar y quiero hacerlo para ella.
Por ejemplo, si se va a Chimaltenango o a donde fuera, allí estaré. Quiero verla en su desarrollo profesional. Otra cosa que me hubiera gustado seguir en lugar de la carrera militar es la de agronomía. Entonces, de repente, siembre macetas o algo.
¿Qué tanto le consulta el presidente a su Consejo de Ministros?
— Antes que nada, hay que decir que es un ambiente con buena armonía. ¡Nos tenemos tanta confianza que podemos opinar! Todos los ministros lo tomamos de buena manera. Las opiniones suman, aunque, no necesariamente suman.
En consecuencia, las pláticas que genera el señor presidente son frecuentes y son para bien.
En la actualidad, ¿usted es el principal consejero del señor presidente, Bernardo Arévalo?
— Sí, soy el principal … En materia de defensa. Nada más.
¿Cómo es el proceso de convocatoria para la asesoría que dan los ministros?
— Hay dos formas de convocatoria. Si es competencia específica de la Defensa, me llama por teléfono y me dice “véngase”. Hablamos de la defensa y nada más.
Sí, es en el marco del Consejo de Ministros, nos comunican de forma oficial. Nos dicen: están citados al Consejo. Hay un documento oficial que lo registra y atendemos la convocatoria del señor presidente.
¿Cómo calificaría la gestión actual del presidente?
— El señor presidente ´está haciendo un gran esfuerzo por rescatar el estado de las raíces de la corrupción, que son muy profundas´. No quiero ser populista. ¡Estoy siendo honesto y real! El gran esfuerzo da la imagen de que no se articula y no se acciona en el país.
Sin embargo, años más adelante el pueblo de Guatemala verá los resultados. Todo lo hizo por lograr ese desmembramiento del Estado. Estoy seguro de lo que le estoy diciendo. Yo les diría a los guatemaltecos que sigan apoyando, porque no necesariamente habrá acciones concretas a mediano plazo.
Es muy abstracto lo del desmembramiento. En el caso de su cartera, se habla de que usted lo lidera y que tiene un enfoque ideológico. ¿Es cierto?
— Todo lo contrario. Le quiero decir: hemos tenido el mayor apoyo que un comandante general le pueda dar a su ejército en la era democrática. Ahora sí le doy los datos.
Tenemos el mayor presupuesto de la historia. Además, nos abrieron las puertas para comprar armamento, aviones de transporte y helicópteros. Pero no solo eso. Ahora estamos en la transición para comprar aviones para sofocar incendios.
¿Qué avances y datos puede compartir?
— La sola figura del presidente nos abrió las puertas que no teníamos abiertas, por ejemplo, en Alemania, Francia y España. Hemos ampliado los espacios en la República de Taiwán y en Estados Unidos. Repito, la sola presencia del señor presidente.
Adicionalmente, él ha confiado en la figura del ministerio para el desarrollo de la maniobra. Me quiero extender, porque este es el punto toral de la administración. Le digo y le pregunto, ¿quién dijo que el Ejército es de extrema de derecha?
¿Influye la corriente de izquierda en su gestión?
— El Ejército no tiene ideología, es institucional. Y se debe para servir a Guatemala. Ese es el desmembramiento que se hace ahora en la institución militar. Si todos están preocupados por la línea de la izquierda, les dijo que no se preocupen. Eso les repito.
Estamos desmembrando la ideología del Ejército de todos lados, la estamos institucionalizando para servir al país. Eso es lo que estamos haciendo. No hay más.
Suena muy bien el término desmembramiento, pero, ¿qué acciones concretas hace para quitar la ideología de la institución?
— Por ejemplo, hemos visitado el Congreso y… Hemos encontrado a ciertos diputados que tienen amistad con cierto grupo de oficiales, y quieren favorecer con empleos a sus amigos. Eso no está pasando y no va a pasar toda vez que el general Saenz esté dirigido por el presidente Arévalo.
¡Nadie pondrá políticamente a sus amigos en el Ejército!
El general de Brigada Henry David Saenz Ramos, ministro de la Defensa Nacional, se presenta como el dirigente de una institución generadora de cambio y desarrollo para el país. Sin embargo, sucesos recientes, como el enfrentamiento entre narcotraficantes y las fuerzas de seguridad de México, deja muchas dudas sobre el resguardo de las fronteras. En ese hecho –que dejó cuatro muertos- el Ejército solo fue testigo.
¿Qué pasó en Huehuetenango? ¿Por qué no actuó el Ejército?
— Antes que nada, quiero iniciar con la génesis del problema: ¿hubo algún proyecto político que nos redujo a la mínima expresión como institución? Sí, y nos dejó a merced del país. Todavía pagamos los errores de las estructuras pasadas de los gobiernos.
Haga usted sus números de seguridad, yo no se los voy a decir, porque entonces solo con decirle mis números lo prejuicio para tener información a mi favor. La cantidad de elementos que tenemos es baja.
¿Cuáles son esas mediciones [datos]?
— El Salvador tiene más efectivos en relación con su territorio. Guatemala, en cambio, cubre una mayor extensión con menos personal. Si hacemos una simple comparación, veremos un déficit real de elementos. Una sencilla operación matemática lo demuestra.
El recurso humano y material que tenemos es deficiente.
A nivel nacional, ¿qué esfuerzos de seguridad hace el Ejército, en especial con los campamentos?
— El Ejército tiene una estructura a nivel nacional. Por obligación, respondemos a los artículos constitucionales 244 y 49. ¿Atender desastres naturales o defensa de la nación? Allí la disyuntiva. La defensa se hace desde las dos ramas, en especial durante emergencias reales.
Ahora tenemos a Huehuetenango [crisis de seguridad] por un lado, y en Cobán y Petén llueve [desastres naturales]. Nos toca responder a las dos realidades.
Las acciones son muy abstractas. ¿Qué hace la Defensa en estos casos?
— Como columna principal tenemos la transparencia. Les exigimos a los comandantes el uso más claro de los recursos. Ahora tenemos más recursos para asignarles alimentos a nuestros agentes. Esto nos permite tener mayor presencia en todo el país.
Le doy un ejemplo: durante años no pudimos operar ‘permanentemente’ en el mar, ahora sí. ¿Por qué? Tenemos mayor asignación de combustible y más alimentos.
¿Qué otros beneficios logró su gestión? ¿Hay más resultados?
— A finales de año viene un avión y helicópteros que adquirimos. También vamos a comprar nuevo armamento y será mejor. Ambos son pasos relevantes que nos van a dar “réditos” [renta y utilidades] a la Defensa. ¡Eso hacemos!
Regresemos a los datos: ¿por qué ocultarlos y no brindárselos a los guatemaltecos?
— ¡Fíjese que no es así! He tenido la política de comunicación que busca transmitir lo que hace el soldado. No lo del general. En esa línea, el soldado ahora sofoca incendios y rescata comunidades inundadas. Es decir, estamos en combate constante. Y lo informamos así…
Eso es lo que se necesita. Ahora le digo yo, como ministro de la Defensa, que debemos reconfigurar alguna línea de comunicación estratégica para que llegue “el sentido” de lo que usted me pregunta. ¿Qué sí hemos hecho? Eso lo quiero decir.
¿Cuéntennos las acciones concretas?
— Hemos ido al Congreso a decir: necesito que mi soldado gane el mínimo, por ejemplo. Aunque el soldado no recibe un salario, sino un estipendio mensual, es un ser humano y merece mejores condiciones de “trabajo”. El otro extremo son los jubilados militares. ¿Qué hacemos con ellos que ya sirvieron por 40 años al Ejército?
Actualmente, reciben asignaciones de jubilación de GTQ 300 y GTQ 380. Entonces, también fuimos al Legislativo a presentar un proyecto de ley para dignificar esa parte. Nos proyectamos para el beneficio de todos. La intención es decirle a la población: estos son los resultados y nuestras prioridades.
Si no se hubieran hecho las reformas en 2022 para ampliar el tiempo de servicio militar, su retiro habría iniciado el 27 de junio. ¿Qué planes tenía para ese momento?
— Tendría que haberme ido en ese marco legal. A mí siempre me ha gustado el ámbito académico y la docencia. Me proyecté para esa área. En eso estaría.
Se interpusieron recursos legales para que usted no siguiera al frente de la Defensa. ¿Cómo los interpreta?
— La resolución de la Corte de Constitucionalidad (CC) se seguirá como siempre lo hemos hecho [le permitió seguir en el puesto]. Y esta no será la excepción. Estamos ante el escenario de unos y otros: los que pusieron los recursos y los que no.
La interpretación de la CC va a decir: esta es la norma que se cambió y así debe interpretarse.
Ante el retiro inminente que le marca la ley a futuro, ¿a qué se va a dedicar?
— Le voy a contestar, pero sin la investidura del ministro de la Defensa. Le voy a contestar como persona. ¡Yo quiero estar en mi casa! Tengo una hija que estudia medicina y ya está en sus hospitales [en la etapa de residencia]. A mí me gusta cocinar y quiero hacerlo para ella.
Por ejemplo, si se va a Chimaltenango o a donde fuera, allí estaré. Quiero verla en su desarrollo profesional. Otra cosa que me hubiera gustado seguir en lugar de la carrera militar es la de agronomía. Entonces, de repente, siembre macetas o algo.
¿Qué tanto le consulta el presidente a su Consejo de Ministros?
— Antes que nada, hay que decir que es un ambiente con buena armonía. ¡Nos tenemos tanta confianza que podemos opinar! Todos los ministros lo tomamos de buena manera. Las opiniones suman, aunque, no necesariamente suman.
En consecuencia, las pláticas que genera el señor presidente son frecuentes y son para bien.
En la actualidad, ¿usted es el principal consejero del señor presidente, Bernardo Arévalo?
— Sí, soy el principal … En materia de defensa. Nada más.
¿Cómo es el proceso de convocatoria para la asesoría que dan los ministros?
— Hay dos formas de convocatoria. Si es competencia específica de la Defensa, me llama por teléfono y me dice “véngase”. Hablamos de la defensa y nada más.
Sí, es en el marco del Consejo de Ministros, nos comunican de forma oficial. Nos dicen: están citados al Consejo. Hay un documento oficial que lo registra y atendemos la convocatoria del señor presidente.
¿Cómo calificaría la gestión actual del presidente?
— El señor presidente ´está haciendo un gran esfuerzo por rescatar el estado de las raíces de la corrupción, que son muy profundas´. No quiero ser populista. ¡Estoy siendo honesto y real! El gran esfuerzo da la imagen de que no se articula y no se acciona en el país.
Sin embargo, años más adelante el pueblo de Guatemala verá los resultados. Todo lo hizo por lograr ese desmembramiento del Estado. Estoy seguro de lo que le estoy diciendo. Yo les diría a los guatemaltecos que sigan apoyando, porque no necesariamente habrá acciones concretas a mediano plazo.
Es muy abstracto lo del desmembramiento. En el caso de su cartera, se habla de que usted lo lidera y que tiene un enfoque ideológico. ¿Es cierto?
— Todo lo contrario. Le quiero decir: hemos tenido el mayor apoyo que un comandante general le pueda dar a su ejército en la era democrática. Ahora sí le doy los datos.
Tenemos el mayor presupuesto de la historia. Además, nos abrieron las puertas para comprar armamento, aviones de transporte y helicópteros. Pero no solo eso. Ahora estamos en la transición para comprar aviones para sofocar incendios.
¿Qué avances y datos puede compartir?
— La sola figura del presidente nos abrió las puertas que no teníamos abiertas, por ejemplo, en Alemania, Francia y España. Hemos ampliado los espacios en la República de Taiwán y en Estados Unidos. Repito, la sola presencia del señor presidente.
Adicionalmente, él ha confiado en la figura del ministerio para el desarrollo de la maniobra. Me quiero extender, porque este es el punto toral de la administración. Le digo y le pregunto, ¿quién dijo que el Ejército es de extrema de derecha?
¿Influye la corriente de izquierda en su gestión?
— El Ejército no tiene ideología, es institucional. Y se debe para servir a Guatemala. Ese es el desmembramiento que se hace ahora en la institución militar. Si todos están preocupados por la línea de la izquierda, les dijo que no se preocupen. Eso les repito.
Estamos desmembrando la ideología del Ejército de todos lados, la estamos institucionalizando para servir al país. Eso es lo que estamos haciendo. No hay más.
Suena muy bien el término desmembramiento, pero, ¿qué acciones concretas hace para quitar la ideología de la institución?
— Por ejemplo, hemos visitado el Congreso y… Hemos encontrado a ciertos diputados que tienen amistad con cierto grupo de oficiales, y quieren favorecer con empleos a sus amigos. Eso no está pasando y no va a pasar toda vez que el general Saenz esté dirigido por el presidente Arévalo.
¡Nadie pondrá políticamente a sus amigos en el Ejército!