Esta combinación entre autobiografía y manual de gestión de Donald Trump, con la colaboración del periodista Tony Schwartz, fue publicada en 1987. Pretende ser un testimonio de cómo se construye una mentalidad orientada al éxito en entornos altamente competitivos.
El tono directo y sin adornos acerca al lector al ritmo frenético del mundo inmobiliario neoyorquino de los años ochenta. Expone las estrategias empresariales con ejemplos concretos que demuestran su habilidad para detectar valor donde otros veían ruina.
Se propone, más que una fórmula, un enfoque mental: pensar en grande, no rendirse, conocer al interlocutor, proyectar confianza… y el valor del instinto. Sin embargo, esas “lecciones”, sin contexto ni fundamento, se vuelven poco más que eslóganes. Es cierto que son de interés porque, al aplicarlas al liderazgo político, reflejan la mentalidad del actual inquilino de la Casa Blanca.
Cabe criticar que el barniz de éxito y autoconfianza esconde una visión centrada en el poder, autopromoción y ganancia personal, donde la empatía o la responsabilidad social prácticamente no existen.
Otro aspecto problemático es que para Trump negociar equivale a dominar. Su definición de éxito parece medirse exclusivamente en términos de ganancia, fama y control. En Latinoamérica, donde las brechas sociales y los conflictos de poder son profundos, replicar ese tipo de mentalidad podría agravar desigualdades más que resolverlas. Por otro lado, muchos emprendedores, funcionarios o empresarios del continente han visto en el libro una fuente de motivación para enfrentar entornos volátiles y burocráticos.
Más allá de la figura polémica de Trump, el legado de la obra para Latinoamérica radica en mostrar que la negociación no es solo transacción, sino visión. En tiempos de incertidumbre económica y transformación global, esa lección resulta más actual que nunca.
Recuérdese que antes de que la política lo catapultara al escenario mundial, Trump ya era un producto mediático. El arte de la negociación anticipa la era del branding personal y del liderazgo basado en la narrativa. Puede considerarse un manual pionero del marketing de la personalidad.
Esta combinación entre autobiografía y manual de gestión de Donald Trump, con la colaboración del periodista Tony Schwartz, fue publicada en 1987. Pretende ser un testimonio de cómo se construye una mentalidad orientada al éxito en entornos altamente competitivos.
El tono directo y sin adornos acerca al lector al ritmo frenético del mundo inmobiliario neoyorquino de los años ochenta. Expone las estrategias empresariales con ejemplos concretos que demuestran su habilidad para detectar valor donde otros veían ruina.
Se propone, más que una fórmula, un enfoque mental: pensar en grande, no rendirse, conocer al interlocutor, proyectar confianza… y el valor del instinto. Sin embargo, esas “lecciones”, sin contexto ni fundamento, se vuelven poco más que eslóganes. Es cierto que son de interés porque, al aplicarlas al liderazgo político, reflejan la mentalidad del actual inquilino de la Casa Blanca.
Cabe criticar que el barniz de éxito y autoconfianza esconde una visión centrada en el poder, autopromoción y ganancia personal, donde la empatía o la responsabilidad social prácticamente no existen.
Otro aspecto problemático es que para Trump negociar equivale a dominar. Su definición de éxito parece medirse exclusivamente en términos de ganancia, fama y control. En Latinoamérica, donde las brechas sociales y los conflictos de poder son profundos, replicar ese tipo de mentalidad podría agravar desigualdades más que resolverlas. Por otro lado, muchos emprendedores, funcionarios o empresarios del continente han visto en el libro una fuente de motivación para enfrentar entornos volátiles y burocráticos.
Más allá de la figura polémica de Trump, el legado de la obra para Latinoamérica radica en mostrar que la negociación no es solo transacción, sino visión. En tiempos de incertidumbre económica y transformación global, esa lección resulta más actual que nunca.
Recuérdese que antes de que la política lo catapultara al escenario mundial, Trump ya era un producto mediático. El arte de la negociación anticipa la era del branding personal y del liderazgo basado en la narrativa. Puede considerarse un manual pionero del marketing de la personalidad.