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Dengue pega fuerte en Centroamérica: casi 9 000 casos sin contar a Guatemala

El istmo centroamericano necesita repensar una estrategia de combate integral contra esta enfermedad.
Braulio Palacios
22 de septiembre, 2024

La propagación del dengue en Centroamérica permanece con altos niveles de impacto, según el más reciente de los reportes oficiales de la Organización Panamericana de la Salud —OPS— al 10 de septiembre. Honduras y Nicaragua presentan los peores escenarios epidemiológicos. 

En perspectiva. Según este registro —que no incluye cifras para Guatemala— Panamá contabiliza 1766 casos, Costa Rica (740), Nicaragua (2 238), Honduras (3 949) y El Salvador 260. Son un total de 8 953 casos de dengue en la región.  

  • Guatemala ha registrado más de 96 000 casos en lo que va del año, según el MSPAS. Es una tasa de 480.2 por cada 100 000 habitantes. Esa misma fuente precisa que se registran 117 muertes en lo que va de 2024. 
  • OPS indica que, en la Subregión Centroamérica y México, a la fecha, se contabilizan un total de 27 942 casos sospechosos de dengue durante la semana 34 (hasta el pasado 10 de septiembre).
  • “Los casos reportados esta semana por Nicaragua presentan un incremento del 14 % y México del 50 %, en comparación al promedio de las cuatro semanas epidemiológicas previas”, indica el reporte. 

Cómo funciona. El Dr. José R. Loaiza, director del Programa Centroamericano de Maestría en Entomología (PCMENT) de la Universidad de Panamá, precisó que las actividades humanas impulsan la proliferación y propagación de los mosquitos vectores del dengue y la malaria.  

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  • El mosquito Tigre Asiático, Aedes albopictus, coloca sus huevecillos en las llantas usadas que se importan y distribuyen comercialmente en las carreteras del istmo. Esto promueve su expansión geográfica y le permite repoblar áreas donde previamente había sido eliminado con insecticidas.
  • Igualmente, existen mutaciones en el genoma del mosquito de la fiebre amarilla, Aedes aegypti, que lo tornan resistente a los insecticidas mientras se dispersa a nivel nacional, asistido por el trasiego de llantas usadas.

Entre líneas. Para el especialista si bien el control químico ha sido el método más común para reducir la transmisión de enfermedades por mosquitos en el istmo, la pregunta sobre cuán eficientes son los insecticidas en aniquilar los vectores de enfermedades “requiere de una consideración más profunda”. 

  • “Esta estrategia utiliza compuestos tóxicos o insecticidas para erradicar poblaciones de vectores y mitigar el riesgo de transmisión de patógenos, pero después de un siglo de lucha contra el mosquito y de contaminación ambiental por la mala aplicación de insecticidas, ese enfoque queda duda”.
  • Además, en su opinión, existen muy pocos datos cuantitativos confiables sobre la historia del uso de insecticidas y el impacto que han tenido en los mosquitos a largo plazo.
  • El director del PCMENT afirmó que una estrategia efectiva de combate debe proporcionar recursos financieros a los departamentos de control de vectores de los ministerios de salud para promover acciones multidisciplinarias, interinstitucionales, e intersectoriales de prevención de enfermedades en la región. 

En el radar. Los ministerios de otros campos como Ambiente y Agricultura, junto con empresas privadas e institutos de investigación, deben unir esfuerzos para crear un repositorio de datos abiertos que pueda ser utilizado para el desarrollo de nuevas políticas sobre el uso sustentable de insecticidas en toda la zona.

  • “Esto brindaría un nuevo abordaje para investigar sobre la evolución de la resistencia a los insecticidas en especies de mosquitos como parte de una estrategia sostenible a largo plazo para minimizar la aparición de enfermedades emergentes”, recomendó el experto.
  • El PCMENT ha desarrollado investigaciones centradas en el estudio de la relación entre los cambios del uso de la tierra, la pérdida de la biodiversidad y la emergencia de enfermedades infecciosas.
  • Como director del PCMENT, Loaiza ha hecho trabajos en colaboración el Departamento de Salud Pública del Estado de Nueva York (Wadsworth Center), el Instituto de Virología Charite de Alemania, el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), entre otros. Asimismo, ese equipo ha investigado los focos de posible aparición de virus emergentes como el Zika y Chikungunya.

Dengue pega fuerte en Centroamérica: casi 9 000 casos sin contar a Guatemala

El istmo centroamericano necesita repensar una estrategia de combate integral contra esta enfermedad.
Braulio Palacios
22 de septiembre, 2024

La propagación del dengue en Centroamérica permanece con altos niveles de impacto, según el más reciente de los reportes oficiales de la Organización Panamericana de la Salud —OPS— al 10 de septiembre. Honduras y Nicaragua presentan los peores escenarios epidemiológicos. 

En perspectiva. Según este registro —que no incluye cifras para Guatemala— Panamá contabiliza 1766 casos, Costa Rica (740), Nicaragua (2 238), Honduras (3 949) y El Salvador 260. Son un total de 8 953 casos de dengue en la región.  

  • Guatemala ha registrado más de 96 000 casos en lo que va del año, según el MSPAS. Es una tasa de 480.2 por cada 100 000 habitantes. Esa misma fuente precisa que se registran 117 muertes en lo que va de 2024. 
  • OPS indica que, en la Subregión Centroamérica y México, a la fecha, se contabilizan un total de 27 942 casos sospechosos de dengue durante la semana 34 (hasta el pasado 10 de septiembre).
  • “Los casos reportados esta semana por Nicaragua presentan un incremento del 14 % y México del 50 %, en comparación al promedio de las cuatro semanas epidemiológicas previas”, indica el reporte. 

Cómo funciona. El Dr. José R. Loaiza, director del Programa Centroamericano de Maestría en Entomología (PCMENT) de la Universidad de Panamá, precisó que las actividades humanas impulsan la proliferación y propagación de los mosquitos vectores del dengue y la malaria.  

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  • El mosquito Tigre Asiático, Aedes albopictus, coloca sus huevecillos en las llantas usadas que se importan y distribuyen comercialmente en las carreteras del istmo. Esto promueve su expansión geográfica y le permite repoblar áreas donde previamente había sido eliminado con insecticidas.
  • Igualmente, existen mutaciones en el genoma del mosquito de la fiebre amarilla, Aedes aegypti, que lo tornan resistente a los insecticidas mientras se dispersa a nivel nacional, asistido por el trasiego de llantas usadas.

Entre líneas. Para el especialista si bien el control químico ha sido el método más común para reducir la transmisión de enfermedades por mosquitos en el istmo, la pregunta sobre cuán eficientes son los insecticidas en aniquilar los vectores de enfermedades “requiere de una consideración más profunda”. 

  • “Esta estrategia utiliza compuestos tóxicos o insecticidas para erradicar poblaciones de vectores y mitigar el riesgo de transmisión de patógenos, pero después de un siglo de lucha contra el mosquito y de contaminación ambiental por la mala aplicación de insecticidas, ese enfoque queda duda”.
  • Además, en su opinión, existen muy pocos datos cuantitativos confiables sobre la historia del uso de insecticidas y el impacto que han tenido en los mosquitos a largo plazo.
  • El director del PCMENT afirmó que una estrategia efectiva de combate debe proporcionar recursos financieros a los departamentos de control de vectores de los ministerios de salud para promover acciones multidisciplinarias, interinstitucionales, e intersectoriales de prevención de enfermedades en la región. 

En el radar. Los ministerios de otros campos como Ambiente y Agricultura, junto con empresas privadas e institutos de investigación, deben unir esfuerzos para crear un repositorio de datos abiertos que pueda ser utilizado para el desarrollo de nuevas políticas sobre el uso sustentable de insecticidas en toda la zona.

  • “Esto brindaría un nuevo abordaje para investigar sobre la evolución de la resistencia a los insecticidas en especies de mosquitos como parte de una estrategia sostenible a largo plazo para minimizar la aparición de enfermedades emergentes”, recomendó el experto.
  • El PCMENT ha desarrollado investigaciones centradas en el estudio de la relación entre los cambios del uso de la tierra, la pérdida de la biodiversidad y la emergencia de enfermedades infecciosas.
  • Como director del PCMENT, Loaiza ha hecho trabajos en colaboración el Departamento de Salud Pública del Estado de Nueva York (Wadsworth Center), el Instituto de Virología Charite de Alemania, el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), entre otros. Asimismo, ese equipo ha investigado los focos de posible aparición de virus emergentes como el Zika y Chikungunya.

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