La conflictividad e ingobernabilidad en la que se encuentra Guatemala se vio reflejada este domingo cuando una turba enardecida vapuleó y quemó al alcalde reelecto Bacilio Juracán Leja en el municipio de Concepción, Sololá.
Los incidentes iniciaron momentos después de un ataque armado en contra del excandidato a alcalde y activista de derechos humanos Lorenzo Sequec Juracán, quien salió herido junto mientras que dos de sus familiares que lo acompañaban murieron en la emboscada en la carretera Interamericana. Por el hecho, pobladores señalaron al jefe edil como sindicado de ser la persona responsable de dicho ataque contra el excandidato de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).
De acuerdo con el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) el linchamiento ha sido una práctica constante en el país. La mayor parte de linchamientos desde el momento en que empezaron a incrementarse ha sido debido a la desesperación de la población ante la falta de accionar del Estado.
En 7 años se reportan 1,284 víctimas por linchamientos. Del total, 985 personas han sido heridas y 236 muertas, según estadísticas del GAM. Al hacer el análisis general de los 7 años, el más violento fue el 2009, con 218 víctimas, luego se coloca el año 2013 con 209, tan solo 9 linchados menos que el año 2009 que fue el año más violento de la última década.
Mario Polanco, director del GAM, indica que esta situación es el reflejo de la debilidad del Estado de Guatemala. “Lo que está generando estos hechos violentos es el malestar de la población en todo el territorio nacional por lo que algunos actúan con mano propia”.
Lo que se debe hacer es una investigación profunda de parte del Ministerio Público (MP), no sólo sobre los señalamientos de la víctima sino también la identificación de los responsables de este hecho. “Es un crimen aberrante que ha afectado a una población que no puede quedar en la impunidad”, dice Polanco.
Por su parte Adolfo Alarcón, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), indica que los linchamientos son el reflejo de la ingobernabilidad que es una situación general del país, la falta de aplicación de la ley y de seguridad, así como la ausencia del Estado.
“Es donde aflora la problemática a nivel justicia, seguridad y conflictividad, es una muestra que así se resuelven las cosas en algunas partes del país”, refiere Alarcón.
Agrega que los linchamientos cada vez son más frecuentes, ya que a pesar de que hay comentarios que están en contra de ese tipo de acciones siguen en aumento, por lo que pareciera que es un doble discurso de la población.
La conflictividad e ingobernabilidad en la que se encuentra Guatemala se vio reflejada este domingo cuando una turba enardecida vapuleó y quemó al alcalde reelecto Bacilio Juracán Leja en el municipio de Concepción, Sololá.
Los incidentes iniciaron momentos después de un ataque armado en contra del excandidato a alcalde y activista de derechos humanos Lorenzo Sequec Juracán, quien salió herido junto mientras que dos de sus familiares que lo acompañaban murieron en la emboscada en la carretera Interamericana. Por el hecho, pobladores señalaron al jefe edil como sindicado de ser la persona responsable de dicho ataque contra el excandidato de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).
De acuerdo con el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) el linchamiento ha sido una práctica constante en el país. La mayor parte de linchamientos desde el momento en que empezaron a incrementarse ha sido debido a la desesperación de la población ante la falta de accionar del Estado.
En 7 años se reportan 1,284 víctimas por linchamientos. Del total, 985 personas han sido heridas y 236 muertas, según estadísticas del GAM. Al hacer el análisis general de los 7 años, el más violento fue el 2009, con 218 víctimas, luego se coloca el año 2013 con 209, tan solo 9 linchados menos que el año 2009 que fue el año más violento de la última década.
Mario Polanco, director del GAM, indica que esta situación es el reflejo de la debilidad del Estado de Guatemala. “Lo que está generando estos hechos violentos es el malestar de la población en todo el territorio nacional por lo que algunos actúan con mano propia”.
Lo que se debe hacer es una investigación profunda de parte del Ministerio Público (MP), no sólo sobre los señalamientos de la víctima sino también la identificación de los responsables de este hecho. “Es un crimen aberrante que ha afectado a una población que no puede quedar en la impunidad”, dice Polanco.
Por su parte Adolfo Alarcón, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), indica que los linchamientos son el reflejo de la ingobernabilidad que es una situación general del país, la falta de aplicación de la ley y de seguridad, así como la ausencia del Estado.
“Es donde aflora la problemática a nivel justicia, seguridad y conflictividad, es una muestra que así se resuelven las cosas en algunas partes del país”, refiere Alarcón.
Agrega que los linchamientos cada vez son más frecuentes, ya que a pesar de que hay comentarios que están en contra de ese tipo de acciones siguen en aumento, por lo que pareciera que es un doble discurso de la población.