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Viento en popa para Harris, aunque no lo suficiente

Ilustración por Gabo® / República
Rafael P. Palomo
18 de septiembre, 2024

Ni los debates, ni las balas parecen mover la decisión del electorado en EE. UU., a solo 48 días para el 5 de noviembre.  

Panorama general. Tras un debate presidencial y un segundo atentado contra Trump la semana pasada, el panorama electoral sigue siendo el mismo. Las encuestas no reflejaron ningún cambio correlacionado con alguno de esos sucesos. Solamente el mercado de apuestas indicó una relación causal con los hechos, pero con un impacto muy leve.  

  • Tras el debate, Harris pasó de un 47 % de probabilidad de victoria a un 51 %.

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  • La tendencia al alza se detuvo el pasado domingo, tras la noticia del segundo intento de asesinato a Donald Trump.

  • A nivel nacional, tanto demócratas como republicanos, conservadores y liberales, pueden estar de acuerdo en un punto: las elecciones son demasiado ajustadas para declarar un ganador.  

Por qué importa. Más allá de lo cerrado que es el margen entre los candidatos, destaca la estabilidad de ambos en las encuestas. El último gran cambio fue el retiro de Joe Biden, con el cuál los demócratas se pusieron a la cabeza en los sondeos después de un largo tiempo con Trump como el favorito. Pero, incluso cuando todo parecía indicar que era imposible que Biden derrotara a Trump, la ventaja del republicano era alrededor de un 3 %.  

  • Ahora, con Harris a la cabeza, su ventaja ronda el 2.5 % a nivel nacional. Ningún candidato ha podido aventajar a su contrincante más allá del margen de error.

  • La única predicción casi certera es que los demócratas ganarán el voto popular, algo que, en el sistema electoral de EE. UU., no hace mayor diferencia.

  • Como ha reportado República a lo largo de su cobertura electoral, la victoria dependerá de Georgia, Carolina del Norte, Arizona, Nevada, Michigan, Wisconsin y, especialmente, Pensilvania: aproximadamente un 16 % de la población.  

Sí, pero. Todo indica que la gran mayoría del electorado ya tomó su decisión. En una campaña que ha incluido juicios criminales, dos debates con resultados opuestos, un golpe interno al presidente en funciones por la nominación demócrata y dos atentados a la vida de Donald Trump, el votante estadounidense parece ser inmune a las sorpresas. Empero, las encuestas tienen problemas midiendo el factor anímico.  

  • Desde la renuncia de Biden, Harris se ha apoderado de la energía en su candidatura. Al contrario, Trump empieza a dar señales de desgaste tras una larga y golpeada campaña.

  • Con apenas de 3 a 4 % de votantes indecisos, el sentimiento que pueda transmitir una campaña u otra en los meses finales será determinante para el 5 de noviembre.  

El balance. Harris tiene la ventaja por ser la “novedad” y, a pesar de no ser inmensamente popular, se beneficia de la polarización en contra de Trump. Por otro lado, cuenta con más fondos de campaña a su disposición para la recta final. A menos de dos meses para las elecciones, la estrategia demócrata es clara: todos contra Trump.  

  • El segundo atentado en su contra del no le ganará mucho apoyo —como tampoco lo hizo el primero—, pero pone el ciclo noticioso en su cancha.

  • La campaña republicana ha fracasado en generar entusiasmo entre sus votantes, algo que todavía puede corregir, pero con cada vez menos tiempo.

  • Ceteris paribus, Kamala Harris tiene viento en popa, en una campaña que hace dos meses parecía una victoria inevitable para Donald Trump. 

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Viento en popa para Harris, aunque no lo suficiente

Ilustración por Gabo® / República
Rafael P. Palomo
18 de septiembre, 2024

Ni los debates, ni las balas parecen mover la decisión del electorado en EE. UU., a solo 48 días para el 5 de noviembre.  

Panorama general. Tras un debate presidencial y un segundo atentado contra Trump la semana pasada, el panorama electoral sigue siendo el mismo. Las encuestas no reflejaron ningún cambio correlacionado con alguno de esos sucesos. Solamente el mercado de apuestas indicó una relación causal con los hechos, pero con un impacto muy leve.  

  • Tras el debate, Harris pasó de un 47 % de probabilidad de victoria a un 51 %.

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  • La tendencia al alza se detuvo el pasado domingo, tras la noticia del segundo intento de asesinato a Donald Trump.

  • A nivel nacional, tanto demócratas como republicanos, conservadores y liberales, pueden estar de acuerdo en un punto: las elecciones son demasiado ajustadas para declarar un ganador.  

Por qué importa. Más allá de lo cerrado que es el margen entre los candidatos, destaca la estabilidad de ambos en las encuestas. El último gran cambio fue el retiro de Joe Biden, con el cuál los demócratas se pusieron a la cabeza en los sondeos después de un largo tiempo con Trump como el favorito. Pero, incluso cuando todo parecía indicar que era imposible que Biden derrotara a Trump, la ventaja del republicano era alrededor de un 3 %.  

  • Ahora, con Harris a la cabeza, su ventaja ronda el 2.5 % a nivel nacional. Ningún candidato ha podido aventajar a su contrincante más allá del margen de error.

  • La única predicción casi certera es que los demócratas ganarán el voto popular, algo que, en el sistema electoral de EE. UU., no hace mayor diferencia.

  • Como ha reportado República a lo largo de su cobertura electoral, la victoria dependerá de Georgia, Carolina del Norte, Arizona, Nevada, Michigan, Wisconsin y, especialmente, Pensilvania: aproximadamente un 16 % de la población.  

Sí, pero. Todo indica que la gran mayoría del electorado ya tomó su decisión. En una campaña que ha incluido juicios criminales, dos debates con resultados opuestos, un golpe interno al presidente en funciones por la nominación demócrata y dos atentados a la vida de Donald Trump, el votante estadounidense parece ser inmune a las sorpresas. Empero, las encuestas tienen problemas midiendo el factor anímico.  

  • Desde la renuncia de Biden, Harris se ha apoderado de la energía en su candidatura. Al contrario, Trump empieza a dar señales de desgaste tras una larga y golpeada campaña.

  • Con apenas de 3 a 4 % de votantes indecisos, el sentimiento que pueda transmitir una campaña u otra en los meses finales será determinante para el 5 de noviembre.  

El balance. Harris tiene la ventaja por ser la “novedad” y, a pesar de no ser inmensamente popular, se beneficia de la polarización en contra de Trump. Por otro lado, cuenta con más fondos de campaña a su disposición para la recta final. A menos de dos meses para las elecciones, la estrategia demócrata es clara: todos contra Trump.  

  • El segundo atentado en su contra del no le ganará mucho apoyo —como tampoco lo hizo el primero—, pero pone el ciclo noticioso en su cancha.

  • La campaña republicana ha fracasado en generar entusiasmo entre sus votantes, algo que todavía puede corregir, pero con cada vez menos tiempo.

  • Ceteris paribus, Kamala Harris tiene viento en popa, en una campaña que hace dos meses parecía una victoria inevitable para Donald Trump. 

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