Aunque Sandra Torres no goce de la simpatía de amplios sectores de la sociedad, —incluidos algunos de sus propios diputados de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), por más que lo nieguen—, la estructura partidaria parece suficiente para garantizarle “lealtad”. Al menos, hasta asegurar la curul.
Por qué importa. Torres inició la legislatura debilitada, ya que algunos diputados intentaron arrebatarle el control del partido. Sin embargo, en pocos meses no solo logró recuperarlo, sino también que la Corte de Constitucionalidad expulsara a tres rebeldes legisladores.
- Destaca Adim Maldonado, quien, aunque aún figura como integrante en la página oficial del Congreso, es cuestión de tiempo para que quede como independiente, al igual que León Barrera y César Fión.
- Fión no solo se quedó sin bloque, sino también sin la oportunidad de ocupar la primera secretaría en reemplazo de Karina Paz, un puesto para el que su nombre sonaba con fuerza; haber quedado como diputado independiente finalmente bloqueó su designación.
- Aunque la UNE cuenta actualmente con 19 integrantes de las 28 curules que ganó, en los pasillos del Congreso se comenta que algunos de los primeros separados ya buscan la manera de regresar al bloque.
Visto y no visto. La figura de Torres sigue fortaleciéndose, por lo que no hay duda de que su rostro estará en la papeleta de 2027. Probablemente, sea consciente de que no ganará, pero liderar una agrupación en el Congreso le brinda todo tipo de beneficios.
- Torres no solo lidera; también tiene a sus dos hijas en el Congreso: Teresita de León y Nadia de León. La última, aunque representa al partido Nosotros, mantiene una evidente cercanía con la UNE.
- Sus otros dos hijos, Edgar Antonio y Sandra Raquel de León Torres, ocupan escaños en el Parlamento Centroamericano (PARLACEN).
- La estructura partidaria que construyó Torres se cimentó gracias a los programas sociales implementados durante su paso como primera dama en la gestión de Álvaro Colom (2008-2012). Desde entonces, la agrupación ha logrado garantizar decenas de curules, situación que fortalece la influencia de Torres.
En conclusión. Aunque Torres cuenta con un voto duro en varios departamentos del país, no logra superar el amplio rechazo que enfrenta, especialmente en la capital. Evidencia de ello son las tres elecciones presidenciales que ha perdido; al punto, de que algunos bromean que “hace presidentes”, ya que cualquier candidato que dispute la segunda vuelta con ella termina ganando.
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No obstante, la estructura partidaria le asegura un número significativo de simpatizantes, suficiente para conquistar varias alcaldías y curules en el Congreso. En ese sentido, aunque su aspiración presidencial enfrenta limitaciones claras, su maquinaria política le permite mantener influencia y relevancia en la política del país.
Aunque Sandra Torres no goce de la simpatía de amplios sectores de la sociedad, —incluidos algunos de sus propios diputados de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), por más que lo nieguen—, la estructura partidaria parece suficiente para garantizarle “lealtad”. Al menos, hasta asegurar la curul.
Por qué importa. Torres inició la legislatura debilitada, ya que algunos diputados intentaron arrebatarle el control del partido. Sin embargo, en pocos meses no solo logró recuperarlo, sino también que la Corte de Constitucionalidad expulsara a tres rebeldes legisladores.
- Destaca Adim Maldonado, quien, aunque aún figura como integrante en la página oficial del Congreso, es cuestión de tiempo para que quede como independiente, al igual que León Barrera y César Fión.
- Fión no solo se quedó sin bloque, sino también sin la oportunidad de ocupar la primera secretaría en reemplazo de Karina Paz, un puesto para el que su nombre sonaba con fuerza; haber quedado como diputado independiente finalmente bloqueó su designación.
- Aunque la UNE cuenta actualmente con 19 integrantes de las 28 curules que ganó, en los pasillos del Congreso se comenta que algunos de los primeros separados ya buscan la manera de regresar al bloque.
Visto y no visto. La figura de Torres sigue fortaleciéndose, por lo que no hay duda de que su rostro estará en la papeleta de 2027. Probablemente, sea consciente de que no ganará, pero liderar una agrupación en el Congreso le brinda todo tipo de beneficios.
- Torres no solo lidera; también tiene a sus dos hijas en el Congreso: Teresita de León y Nadia de León. La última, aunque representa al partido Nosotros, mantiene una evidente cercanía con la UNE.
- Sus otros dos hijos, Edgar Antonio y Sandra Raquel de León Torres, ocupan escaños en el Parlamento Centroamericano (PARLACEN).
- La estructura partidaria que construyó Torres se cimentó gracias a los programas sociales implementados durante su paso como primera dama en la gestión de Álvaro Colom (2008-2012). Desde entonces, la agrupación ha logrado garantizar decenas de curules, situación que fortalece la influencia de Torres.
En conclusión. Aunque Torres cuenta con un voto duro en varios departamentos del país, no logra superar el amplio rechazo que enfrenta, especialmente en la capital. Evidencia de ello son las tres elecciones presidenciales que ha perdido; al punto, de que algunos bromean que “hace presidentes”, ya que cualquier candidato que dispute la segunda vuelta con ella termina ganando.
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No obstante, la estructura partidaria le asegura un número significativo de simpatizantes, suficiente para conquistar varias alcaldías y curules en el Congreso. En ese sentido, aunque su aspiración presidencial enfrenta limitaciones claras, su maquinaria política le permite mantener influencia y relevancia en la política del país.