Samuel Pérez no apoya reforma que prohibiría la confidencialidad a los pactos colectivos
La relación del gobierno de Bernardo Arévalo y el sindicato dirigido por Joviel Acevedo está agrietada; se tensará más tras la reciente iniciativa de ley que busca reformar la Ley de Acceso a la Información, para prohibir la confidencialidad en los pactos colectivos. Esta propuesta envía un mensaje directo al sindicalista, quien ha procurado mantener las negociaciones del pacto con el Ministerio de Educación fuera del escrutinio público.
Por qué importa. La aprobación de esta reforma, presentada por un grupo de diputados oficialistas, marcaría un giro en la forma en que se negocian los pactos colectivos, ya que impediría que las discusiones puedan escudarse en la confidencialidad.
- En los últimos años, esta dinámica ha permitido la inclusión de beneficios desproporcionados y compromisos financieros que han tenido un impacto en las finanzas del Estado.
- Además, la ley limitaría el poder de negociación que dirigentes sindicales como Joviel Acevedo han ejercido durante años con poca supervisión. La propuesta también tipifica la coacción sindical, estableciendo sanciones de seis meses a un año de prisión para quienes obliguen a un trabajador a afiliarse o desafiliarse de un sindicato, o lo intimiden para realizar acciones sindicales en contra de su voluntad.
- Este punto cobra relevancia si se toma en cuenta que maestros han denunciado, en distintas ocasiones, haber sido coaccionados para participar en marchas organizadas por Acevedo con el objetivo de presionar a los gobiernos de turno.
Sí, pero. Aunque la iniciativa sería un golpe a Acevedo, su avance en el Congreso podría verse limitado por la falta de apoyo dentro del propio oficialismo. De los 23 diputados, solo nueve firmaron el proyecto, precisamente el grupo que no apoya la creación del nuevo partido político Raíces.
- La ausencia de las firmas del grupo afín a Samuel Pérez fue notoria. Aunque Raúl Barrera, uno de los ponentes, intentó restarle importancia, la falta de respaldo deja ver que la propuesta podría carecer de la fuerza necesaria para prosperar.
- “Esta iniciativa tiene la rúbrica de casi la totalidad del Movimiento Semilla, que representamos el proyecto nacido en 2014, inscrito como partido en 2018 [...] es momento de que nuestras iniciativas sean contestatarias”, declaró Barrera.
- Lo que está por verse es si la propuesta logrará atraer el respaldo de otros bloques legislativos. Si bien Joviel Acevedo y otros dirigentes no gozan de la simpatía de muchos diputados, algunos podrían mostrarse cautelosos para no generar roces con los sindicatos.
En conclusión. Es evidente que el gobierno no ha cedido, o al menos así se percibe, a las presiones y caprichos de Joviel Acevedo, a diferencias de las administraciones anteriores. No obstante, aún está por verse hasta dónde la gestión de Arévalo está dispuesta a llegar, si se toma en cuenta que solo Carmen Aceña, ministra de Educación durante el gobierno de Oscar Berger, se atrevió a desafiarlo. Aceña estuvo cerca de expulsarlo del sistema educativo.
- Sin embargo, el tiempo no le jugó a favor. La llegada de Álvaro Colom a la presidencia significó un salvavidas para Acevedo, quien no solo regresó al sistema, sino que lo hizo fortalecido. Esta iniciativa, si logra prosperar, marcaría un intento serio por limitar el poder sindical oportunista que, hasta ahora, ha logrado sortear los cambios de gobierno.
Samuel Pérez no apoya reforma que prohibiría la confidencialidad a los pactos colectivos
La relación del gobierno de Bernardo Arévalo y el sindicato dirigido por Joviel Acevedo está agrietada; se tensará más tras la reciente iniciativa de ley que busca reformar la Ley de Acceso a la Información, para prohibir la confidencialidad en los pactos colectivos. Esta propuesta envía un mensaje directo al sindicalista, quien ha procurado mantener las negociaciones del pacto con el Ministerio de Educación fuera del escrutinio público.
Por qué importa. La aprobación de esta reforma, presentada por un grupo de diputados oficialistas, marcaría un giro en la forma en que se negocian los pactos colectivos, ya que impediría que las discusiones puedan escudarse en la confidencialidad.
- En los últimos años, esta dinámica ha permitido la inclusión de beneficios desproporcionados y compromisos financieros que han tenido un impacto en las finanzas del Estado.
- Además, la ley limitaría el poder de negociación que dirigentes sindicales como Joviel Acevedo han ejercido durante años con poca supervisión. La propuesta también tipifica la coacción sindical, estableciendo sanciones de seis meses a un año de prisión para quienes obliguen a un trabajador a afiliarse o desafiliarse de un sindicato, o lo intimiden para realizar acciones sindicales en contra de su voluntad.
- Este punto cobra relevancia si se toma en cuenta que maestros han denunciado, en distintas ocasiones, haber sido coaccionados para participar en marchas organizadas por Acevedo con el objetivo de presionar a los gobiernos de turno.
Sí, pero. Aunque la iniciativa sería un golpe a Acevedo, su avance en el Congreso podría verse limitado por la falta de apoyo dentro del propio oficialismo. De los 23 diputados, solo nueve firmaron el proyecto, precisamente el grupo que no apoya la creación del nuevo partido político Raíces.
- La ausencia de las firmas del grupo afín a Samuel Pérez fue notoria. Aunque Raúl Barrera, uno de los ponentes, intentó restarle importancia, la falta de respaldo deja ver que la propuesta podría carecer de la fuerza necesaria para prosperar.
- “Esta iniciativa tiene la rúbrica de casi la totalidad del Movimiento Semilla, que representamos el proyecto nacido en 2014, inscrito como partido en 2018 [...] es momento de que nuestras iniciativas sean contestatarias”, declaró Barrera.
- Lo que está por verse es si la propuesta logrará atraer el respaldo de otros bloques legislativos. Si bien Joviel Acevedo y otros dirigentes no gozan de la simpatía de muchos diputados, algunos podrían mostrarse cautelosos para no generar roces con los sindicatos.
En conclusión. Es evidente que el gobierno no ha cedido, o al menos así se percibe, a las presiones y caprichos de Joviel Acevedo, a diferencias de las administraciones anteriores. No obstante, aún está por verse hasta dónde la gestión de Arévalo está dispuesta a llegar, si se toma en cuenta que solo Carmen Aceña, ministra de Educación durante el gobierno de Oscar Berger, se atrevió a desafiarlo. Aceña estuvo cerca de expulsarlo del sistema educativo.
- Sin embargo, el tiempo no le jugó a favor. La llegada de Álvaro Colom a la presidencia significó un salvavidas para Acevedo, quien no solo regresó al sistema, sino que lo hizo fortalecido. Esta iniciativa, si logra prosperar, marcaría un intento serio por limitar el poder sindical oportunista que, hasta ahora, ha logrado sortear los cambios de gobierno.