Simmons Holdings propone un cierre del campo petrolero Xan bajo estrictos estándares canadienses, priorizando la transparencia, la sostenibilidad ambiental y el aprovechamiento de recursos existentes para Guatemala.
Rob Matheson, su socio director, advierte que un cierre inadecuado podría generar graves daños ambientales y elevados costos económicos, y sostiene que la producción remanente podría financiar el proceso sin afectar a los contribuyentes.
También subraya que las reservas del campo Xan, además de aportar ingresos al Estado, podrían financiar infraestructura vial clave, reducir la dependencia de importaciones de asfalto y fortalecer la economía local.
¿Puede contarnos sobre su empresa y los servicios que ofrece?
Simmons Financial Holdings Corp. (Simmons) es un holding privado canadiense que opera una cartera diversificada de negocios administrados por su brazo de gestión de inversiones, Durum Capital Inc.
Las subsidiarias actuales y anteriores aportan más de 60 años de experiencia combinada en los sectores de energía, oleoductos y servicios ambientales. Además de Canadá, han operado en jurisdicciones complejas y altamente reguladas como el Reino Unido, Europa, el sur de Asia, El Salvador y México.
Simmons Holdings ha reunido un consorcio de clase mundial de empresas canadienses líderes para ayudar en la ejecución de este complejo esfuerzo. El grupo conoce a fondo los estrictos estándares ambientales y operativos aplicados en Canadá y en la provincia de Alberta, una de las jurisdicciones más avanzadas del mundo en regulación ambiental para proyectos de energía y el tercer mayor poseedor de depósitos de petróleo a nivel global.
Canadá ha perforado más de 750 000 pozos petroleros y desmantelado más de 100 000, siendo el país con la mayor cantidad de pozos desmantelados en el mundo. El consorcio ha participado sustancialmente en estas actividades, en Canadá y en el extranjero, con los más altos estándares ambientales, de transparencia y eficiencia en la industria del petróleo y gas.
La compañía está en una posición única para contribuir al cierre del campo petrolero Xan en Guatemala debido a su trayectoria comprobada, su enfoque de servicio integrado y su compromiso con la transparencia, el cumplimiento y la administración ambiental. Simmons no es una empresa estatal ni un actor político, lo que garantiza que su único enfoque sea ofrecer un proceso de cierre responsable, técnicamente sólido y ambientalmente sostenible.
¿Qué puede hacer Simmons con la situación actual en Xan y cómo la financiaría?
El consorcio liderado por Simmons ofrece una solución basada en la independencia técnica, las mejores prácticas internacionales y la responsabilidad ambiental, comprometida con los estándares globales de las entidades reguladoras canadienses de Medio Ambiente y Petróleo y Gas.
La compañía puede apoyar a Guatemala con un modelo de cierre que incluye desmantelamiento de pozos e infraestructura, remediación ambiental y monitoreo a largo plazo, acciones alineadas con los estándares canadienses para el cierre de campos petroleros.
Si bien Simmons aún no ha formalizado ningún acuerdo financiero o técnico con el MEM, propone explorar modelos de financiamiento factibles basados en la producción continua de petróleo, en colaboración con las autoridades guatemaltecas y socios interesados. Su enfoque prioriza la rentabilidad, la transparencia, el rigor técnico y la tecnología de vanguardia.
Actualmente, la empresa prepara los documentos requeridos por el Ministerio de Energía en la Invitación a la Manifestación de Interés para adjudicar un Contrato de Emergencia destinado al desmantelamiento, abandono y cierre técnico del campo Xan y todos sus activos relacionados, incluyendo el oleoducto y la refinería.
Si no se financia con producción propia, ¿cuánto costaría a los contribuyentes?
Algunos medios guatemaltecos han informado que el gobierno estima un costo de entre USD 50M y USD 200M para cerrar el campo petrolero Xan. Vale la pena señalar que el costo promedio de un abandono en Canadá es de aproximadamente USD 65 000 por pozo, aunque es demasiado pronto para estimar un valor preciso sin realizar una evaluación técnica y ambiental detallada del sitio.
En los últimos cinco años, la producción del campo Xan ha aportado un promedio de USD 24.4M anuales al Gobierno guatemalteco. Si no se permite la producción, el costo de desmantelar el campo recaerá completamente sobre el contribuyente, sin el beneficio de ese flujo de ingresos.
Todavía hay una estimación de 10 millones de barriles en el campo, valorados en alrededor de USD 750M. Si se producen, no solo se inyectaría esa cantidad en la economía, sino que el Gobierno recibiría un beneficio directo.
Además, la refinería Libertad, que procesa el crudo de Xan, proporciona alrededor del 95 % del asfalto utilizado anualmente en Guatemala, valorado en USD 75M. Sin ese suministro, habría que importar asfalto, lo que aumentaría los costos de construcción para contratistas y gobierno.
Desde la suspensión de la producción, Guatemala es importador neto de asfalto, lo que impacta directamente el costo de construcción y mantenimiento de la infraestructura vial. Si se extraen las reservas de Xan, Guatemala podría pavimentar más de 6000 km de caminos, es decir, todos los caminos rurales del país.
¿Qué riesgos ambientales existen si los pozos no se cierran correctamente?
Los pozos mal desmantelados pueden provocar contaminación de aguas subterráneas, fugas de metano, degradación del suelo y daño a ecosistemas locales, riesgos especialmente graves en áreas protegidas como Petén.
Si el abandono no se hace correctamente o los pozos se dejan sin supervisión, podrían ser objeto de vandalismo, como sucedió con el sistema ferroviario guatemalteco y sitios mineros desmantelados. Esto generaría altos costos de limpieza, daños ecológicos y pérdida de control territorial.
La misma preocupación aplica al oleoducto, clave para la distribución de petróleo en el país. Si fuera vandalizado o se dejara corroer, reemplazarlo costaría alrededor de USD 1000M. En un país con reservas de petróleo, no tiene sentido abandonar este activo mientras se importan más de USD 4000M en derivados al año.
¿Cuánto tiempo tomaría cerrar el campo y recuperar la zona?
El tiempo exacto dependerá de los hallazgos técnicos y ambientales, el marco regulatorio, las condiciones del sitio y la disponibilidad de información actualizada.
El proceso incluye evaluaciones del sitio, consultas comunitarias, planificación operativa, taponamiento y abandono de pozos (P&A), desmantelamiento de instalaciones, remediación ambiental y monitoreo. En todo momento se prioriza la transparencia, el cumplimiento normativo y la alineación con estándares internacionales.
El cierre del campo Xan es más que un hito contractual: es una oportunidad para liderar con integridad, restaurar el medio ambiente con estándares de clase mundial y fortalecer la confianza pública. Guatemala puede sentar un precedente regional y global para la transición responsable y la sostenibilidad ambiental.
Simmons Holdings propone un cierre del campo petrolero Xan bajo estrictos estándares canadienses, priorizando la transparencia, la sostenibilidad ambiental y el aprovechamiento de recursos existentes para Guatemala.
Rob Matheson, su socio director, advierte que un cierre inadecuado podría generar graves daños ambientales y elevados costos económicos, y sostiene que la producción remanente podría financiar el proceso sin afectar a los contribuyentes.
También subraya que las reservas del campo Xan, además de aportar ingresos al Estado, podrían financiar infraestructura vial clave, reducir la dependencia de importaciones de asfalto y fortalecer la economía local.
¿Puede contarnos sobre su empresa y los servicios que ofrece?
Simmons Financial Holdings Corp. (Simmons) es un holding privado canadiense que opera una cartera diversificada de negocios administrados por su brazo de gestión de inversiones, Durum Capital Inc.
Las subsidiarias actuales y anteriores aportan más de 60 años de experiencia combinada en los sectores de energía, oleoductos y servicios ambientales. Además de Canadá, han operado en jurisdicciones complejas y altamente reguladas como el Reino Unido, Europa, el sur de Asia, El Salvador y México.
Simmons Holdings ha reunido un consorcio de clase mundial de empresas canadienses líderes para ayudar en la ejecución de este complejo esfuerzo. El grupo conoce a fondo los estrictos estándares ambientales y operativos aplicados en Canadá y en la provincia de Alberta, una de las jurisdicciones más avanzadas del mundo en regulación ambiental para proyectos de energía y el tercer mayor poseedor de depósitos de petróleo a nivel global.
Canadá ha perforado más de 750 000 pozos petroleros y desmantelado más de 100 000, siendo el país con la mayor cantidad de pozos desmantelados en el mundo. El consorcio ha participado sustancialmente en estas actividades, en Canadá y en el extranjero, con los más altos estándares ambientales, de transparencia y eficiencia en la industria del petróleo y gas.
La compañía está en una posición única para contribuir al cierre del campo petrolero Xan en Guatemala debido a su trayectoria comprobada, su enfoque de servicio integrado y su compromiso con la transparencia, el cumplimiento y la administración ambiental. Simmons no es una empresa estatal ni un actor político, lo que garantiza que su único enfoque sea ofrecer un proceso de cierre responsable, técnicamente sólido y ambientalmente sostenible.
¿Qué puede hacer Simmons con la situación actual en Xan y cómo la financiaría?
El consorcio liderado por Simmons ofrece una solución basada en la independencia técnica, las mejores prácticas internacionales y la responsabilidad ambiental, comprometida con los estándares globales de las entidades reguladoras canadienses de Medio Ambiente y Petróleo y Gas.
La compañía puede apoyar a Guatemala con un modelo de cierre que incluye desmantelamiento de pozos e infraestructura, remediación ambiental y monitoreo a largo plazo, acciones alineadas con los estándares canadienses para el cierre de campos petroleros.
Si bien Simmons aún no ha formalizado ningún acuerdo financiero o técnico con el MEM, propone explorar modelos de financiamiento factibles basados en la producción continua de petróleo, en colaboración con las autoridades guatemaltecas y socios interesados. Su enfoque prioriza la rentabilidad, la transparencia, el rigor técnico y la tecnología de vanguardia.
Actualmente, la empresa prepara los documentos requeridos por el Ministerio de Energía en la Invitación a la Manifestación de Interés para adjudicar un Contrato de Emergencia destinado al desmantelamiento, abandono y cierre técnico del campo Xan y todos sus activos relacionados, incluyendo el oleoducto y la refinería.
Si no se financia con producción propia, ¿cuánto costaría a los contribuyentes?
Algunos medios guatemaltecos han informado que el gobierno estima un costo de entre USD 50M y USD 200M para cerrar el campo petrolero Xan. Vale la pena señalar que el costo promedio de un abandono en Canadá es de aproximadamente USD 65 000 por pozo, aunque es demasiado pronto para estimar un valor preciso sin realizar una evaluación técnica y ambiental detallada del sitio.
En los últimos cinco años, la producción del campo Xan ha aportado un promedio de USD 24.4M anuales al Gobierno guatemalteco. Si no se permite la producción, el costo de desmantelar el campo recaerá completamente sobre el contribuyente, sin el beneficio de ese flujo de ingresos.
Todavía hay una estimación de 10 millones de barriles en el campo, valorados en alrededor de USD 750M. Si se producen, no solo se inyectaría esa cantidad en la economía, sino que el Gobierno recibiría un beneficio directo.
Además, la refinería Libertad, que procesa el crudo de Xan, proporciona alrededor del 95 % del asfalto utilizado anualmente en Guatemala, valorado en USD 75M. Sin ese suministro, habría que importar asfalto, lo que aumentaría los costos de construcción para contratistas y gobierno.
Desde la suspensión de la producción, Guatemala es importador neto de asfalto, lo que impacta directamente el costo de construcción y mantenimiento de la infraestructura vial. Si se extraen las reservas de Xan, Guatemala podría pavimentar más de 6000 km de caminos, es decir, todos los caminos rurales del país.
¿Qué riesgos ambientales existen si los pozos no se cierran correctamente?
Los pozos mal desmantelados pueden provocar contaminación de aguas subterráneas, fugas de metano, degradación del suelo y daño a ecosistemas locales, riesgos especialmente graves en áreas protegidas como Petén.
Si el abandono no se hace correctamente o los pozos se dejan sin supervisión, podrían ser objeto de vandalismo, como sucedió con el sistema ferroviario guatemalteco y sitios mineros desmantelados. Esto generaría altos costos de limpieza, daños ecológicos y pérdida de control territorial.
La misma preocupación aplica al oleoducto, clave para la distribución de petróleo en el país. Si fuera vandalizado o se dejara corroer, reemplazarlo costaría alrededor de USD 1000M. En un país con reservas de petróleo, no tiene sentido abandonar este activo mientras se importan más de USD 4000M en derivados al año.
¿Cuánto tiempo tomaría cerrar el campo y recuperar la zona?
El tiempo exacto dependerá de los hallazgos técnicos y ambientales, el marco regulatorio, las condiciones del sitio y la disponibilidad de información actualizada.
El proceso incluye evaluaciones del sitio, consultas comunitarias, planificación operativa, taponamiento y abandono de pozos (P&A), desmantelamiento de instalaciones, remediación ambiental y monitoreo. En todo momento se prioriza la transparencia, el cumplimiento normativo y la alineación con estándares internacionales.
El cierre del campo Xan es más que un hito contractual: es una oportunidad para liderar con integridad, restaurar el medio ambiente con estándares de clase mundial y fortalecer la confianza pública. Guatemala puede sentar un precedente regional y global para la transición responsable y la sostenibilidad ambiental.