Política
Política
Empresa
Empresa
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial
Videos
Videos

Reflexiones de un iconoclasta

Carne gobernada (Ariel)
Marcos Jacobo Suárez Sipmann
15 de junio, 2024

Libro: Carne gobernada. De política, amor y deseo (Ariel, 2024) 

Autor: Fernando Savater 

Este libro es el más personal de Fernando Savater (76). Su título hace referencia a un plato tradicional asturiano de carne de vaca preparado a fuego lento. Lo saboreaba en ‘El Garabatu’, desaparecida casa de comidas frecuentada en su juventud. Encontró sugerente el nombre para aplicárselo a un libro de política, jugando con su gusto por lo ácrata de aquellos años. O como sugiere la editorial, pudiera relacionarse con la elaboración pausada y amorosa del presente volumen. 

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE POLÍTICA

Sea como fuere, constituye un viaje por sus vivencias en el que reflexiona sobre el deseo y la sensualidad en la madurez. Habla de sus amores, de la vejez, del sexo. De hecho, es un alegato a favor de la libertad sexual de los mayores. Trata asimismo de su dolor como el experimentado por la pérdida de su Pelo Cohete (apodo de Sara Torres Marrero, su mujer, fallecida en 2015). 

La obra es, a la vez, mucho más que eso. Savater explica cómo los acontecimientos recientes han motivado su cambio ideológico. La travesía desde su izquierdismo juvenil “aunque de buena fe, no por eso dejaba de ser menos imbécil” hasta un constitucionalismo ilustrado de derechas. Su maduración personal e ideológica le ha llevado a abandonar clichés y fantasías estériles en beneficio de la realidad. Sin embargo, su evolución no implica que haya comulgado con el liberalismo radical que evita la función protectora del Estado para con los más pobres o carentes de sentido práctico. 

De la forma más rotunda se opone a los separatismos. En especial, el vasco y catalán, dignificados como “progresistas”, cuando su perverso objetivo es romper la unidad social y legal del país. No hay ideología política más contraria a los valores progresistas que el separatismo. Savater tilda de reaccionaria a la izquierda que ha pactado con ellos. 

Critica la decadencia política y cultural de Occidente. Y, sobre todo, lanza un dardo a El País donde siempre escribió y de cuyo núcleo intelectual formó parte desde su fundación en 1976. La publicación del libro en enero precipitó su despido como columnista. Deplora la evolución del periódico: la presión del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), su “colonización ideológica”, las nuevas mujeres de la dirección, “sectarias y aburridas” tan distintas de las que destacan en otros medios... “De ser un diario progresista, de centro izquierda, con las virtudes y defectos propios del caso, ha quedado reducido a mero portavoz del peor Gobierno de nuestra democracia”. 

Describe la evolución de su forma de pensar. Su visión crítica del movimiento del 15-M seguido de la aparición de Podemos y “sus revolucionarios amaestrados” que cosecharon cuatro millones de votos. “No sabía que en España hubiera tantos bobos”. Y finalmente el liderazgo caudillista de Pedro Sánchez. No olvida su atrevimiento a cuestionar la inminente catástrofe climática. “Plaga capitalista que hay que denunciar con tanto mayor ahínco cuanto menos se sepa de lo que se habla”. 

Cree que uno de los factores que intervienen en la decadencia de El País es el mismo que ha roído al PSOE: la colonización ideológica por parte del PSC, elemento cancerígeno allí donde se implanta. “El peor nacionalismo es el de los que no se declaran nacionalistas y por eso los socialistas catalanes han sido tan mefíticos”. 

El filósofo español es un apasionado de lo discutible. Ve ridícula la asunción de los progres de que aprender filosofía “enseña a pensar”. Que todo pensamiento deba ser crítico: anticapitalista, antipatriarcal, anti... Le molesta el tópico sobre la relación entre filosofía y capacidad de pensar como el adoctrinamiento de nuevo cuño al que la progresía somete a los adolescentes. 

Aprender a valorar el debate y la duda razonable, eso sí es provechoso. 

El tono narrativo y el lenguaje de Savater son cercanos sin dejar de ser cultos. A ello se añade su característico humorismo y desenfado. El libro agita conciencias y levanta polémicas. Una obra oportuna y necesaria. 

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE POLÍTICA

Reflexiones de un iconoclasta

Carne gobernada (Ariel)
Marcos Jacobo Suárez Sipmann
15 de junio, 2024

Libro: Carne gobernada. De política, amor y deseo (Ariel, 2024) 

Autor: Fernando Savater 

Este libro es el más personal de Fernando Savater (76). Su título hace referencia a un plato tradicional asturiano de carne de vaca preparado a fuego lento. Lo saboreaba en ‘El Garabatu’, desaparecida casa de comidas frecuentada en su juventud. Encontró sugerente el nombre para aplicárselo a un libro de política, jugando con su gusto por lo ácrata de aquellos años. O como sugiere la editorial, pudiera relacionarse con la elaboración pausada y amorosa del presente volumen. 

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE POLÍTICA

Sea como fuere, constituye un viaje por sus vivencias en el que reflexiona sobre el deseo y la sensualidad en la madurez. Habla de sus amores, de la vejez, del sexo. De hecho, es un alegato a favor de la libertad sexual de los mayores. Trata asimismo de su dolor como el experimentado por la pérdida de su Pelo Cohete (apodo de Sara Torres Marrero, su mujer, fallecida en 2015). 

La obra es, a la vez, mucho más que eso. Savater explica cómo los acontecimientos recientes han motivado su cambio ideológico. La travesía desde su izquierdismo juvenil “aunque de buena fe, no por eso dejaba de ser menos imbécil” hasta un constitucionalismo ilustrado de derechas. Su maduración personal e ideológica le ha llevado a abandonar clichés y fantasías estériles en beneficio de la realidad. Sin embargo, su evolución no implica que haya comulgado con el liberalismo radical que evita la función protectora del Estado para con los más pobres o carentes de sentido práctico. 

De la forma más rotunda se opone a los separatismos. En especial, el vasco y catalán, dignificados como “progresistas”, cuando su perverso objetivo es romper la unidad social y legal del país. No hay ideología política más contraria a los valores progresistas que el separatismo. Savater tilda de reaccionaria a la izquierda que ha pactado con ellos. 

Critica la decadencia política y cultural de Occidente. Y, sobre todo, lanza un dardo a El País donde siempre escribió y de cuyo núcleo intelectual formó parte desde su fundación en 1976. La publicación del libro en enero precipitó su despido como columnista. Deplora la evolución del periódico: la presión del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), su “colonización ideológica”, las nuevas mujeres de la dirección, “sectarias y aburridas” tan distintas de las que destacan en otros medios... “De ser un diario progresista, de centro izquierda, con las virtudes y defectos propios del caso, ha quedado reducido a mero portavoz del peor Gobierno de nuestra democracia”. 

Describe la evolución de su forma de pensar. Su visión crítica del movimiento del 15-M seguido de la aparición de Podemos y “sus revolucionarios amaestrados” que cosecharon cuatro millones de votos. “No sabía que en España hubiera tantos bobos”. Y finalmente el liderazgo caudillista de Pedro Sánchez. No olvida su atrevimiento a cuestionar la inminente catástrofe climática. “Plaga capitalista que hay que denunciar con tanto mayor ahínco cuanto menos se sepa de lo que se habla”. 

Cree que uno de los factores que intervienen en la decadencia de El País es el mismo que ha roído al PSOE: la colonización ideológica por parte del PSC, elemento cancerígeno allí donde se implanta. “El peor nacionalismo es el de los que no se declaran nacionalistas y por eso los socialistas catalanes han sido tan mefíticos”. 

El filósofo español es un apasionado de lo discutible. Ve ridícula la asunción de los progres de que aprender filosofía “enseña a pensar”. Que todo pensamiento deba ser crítico: anticapitalista, antipatriarcal, anti... Le molesta el tópico sobre la relación entre filosofía y capacidad de pensar como el adoctrinamiento de nuevo cuño al que la progresía somete a los adolescentes. 

Aprender a valorar el debate y la duda razonable, eso sí es provechoso. 

El tono narrativo y el lenguaje de Savater son cercanos sin dejar de ser cultos. A ello se añade su característico humorismo y desenfado. El libro agita conciencias y levanta polémicas. Una obra oportuna y necesaria. 

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?