Petén, entre apagones y la esperanza de un mejor servicio de energía eléctrica

Petén es el departamento más lejano de la Ciudad de Guatemala. La cabecera departamental se encuentra a 480 kms de la capital. Sin embargo, la distancia no es obstáculo para que sea una de las regiones más visitadas por turistas nacionales y extranjeros. 

• Su importancia en el desarrollo económico del país es considerable por el número de visitantes y el potencial de la actividad turística, así como por la producción de granos básicos, aceite de palma y ganado vacuno, entre otras actividades productivas.
• Cuenta con un aeropuerto con alta demanda interna y una importante industria hotelera y comercial, que registra un considerable crecimiento en las últimas dos décadas. Un dato que muestra cómo ha evolucionado, es el consumo de energía eléctrica. Hace 20 años, demandaba 4 megavatios (MW) y en la actualidad requiere 60 MW.
• Pero esta y otras necesidades no han sido atendidas con prontitud por las autoridades. En 2006, Petén pasó a ser parte del Sistema Nacional Interconectado (SNI) con una línea de transmisión de 69 mil voltios (kV) que es insuficiente desde hace varios años. Sobre todo, desde 2020 cuando iniciaron los apagones que se agravaron en los últimos meses. 

Por qué importa. Los últimos cuatro gobiernos han realizado algunas inversiones para resolver el problema según se presenta la coyuntura, pero no se ha resuelto la dificultad de fondo. Petén requiere, de manera urgente, la construcción de una línea de transmisión de 230 kV. 

• ¿Quién debe construir esta obra y cuánto tiempo se requiere para hacerla realidad? Le corresponde al Estado directamente o licitando para adjudicarla a un desarrollador privado. Pero no puede esperar más. No hacerlo podría aumentar la crisis y causar un problema de ingobernabilidad en el departamento más grande de Guatemala.
• En 2015, Petén tenía una población de 565 585 y cinco años después, aumentó a 648 934, un incremento de 83 349 habitantes. Se prevé que para el 2030, el número de residentes llegue a 700 000, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
• Y con este crecimiento poblacional aumenta la demanda de servicios, entre estos, la energía eléctrica. Actualmente, el consumo sube un promedio anual del 8 %, uno de los más altos del país. La capital, por ejemplo, aumenta a un ritmo del 6%. 

Sí, pero. Este destino turístico conocido en la mayor parte del mundo porque encierra los misterios de la cultura Maya, es emblema de Guatemala. Los empresarios del sector turístico, afectados por la inestabilidad del servicio, han tocado las puertas del Congreso y de las autoridades del subsector eléctrico. 

• La solución no parece fácil, pero al parecer el gobierno ya decidió realizar la licitación para construir la línea de 230 kV. Antes que finalice este año, se prevé que se haga la invitación para la obra de unos 200 kms de longitud. La proyección es que podría estar terminada en un plazo de cinco años.
• Entretanto, se prevén algunas acciones para garantizar un servicio estable. La generación local podría ayudar, más algunas inversiones de Energuate, la distribuidora que opera en Petén y la que recibe la mayor presión por parte de los usuarios.

En conclusión. Petén es una "bomba de tiempo" si no se atiende este problema. El presidente Bernardo Arévalo conoce la situación y debe velar porque se agilice la solución definitiva, y atiendan los reclamos de los peteneros. 

• Para quienes invierten en nuevas empresas comerciales, industriales y turísticas, contar con un servicio de energía eléctrica estable y con precios accesibles, es vital. El visitante, nacional o extranjero, no debe ser castigado con una mala experiencia en su visita a una de las regiones que conserva los tesoros de la cultura Maya.
• Para dimensionar la importancia de atender este problema, bastaría indicar que solo en la isla de Flores hay 2000 viviendas. La mitad está dedicada a la actividad empresarial, pero solo un 10 % tiene posibilidades de contar con una planta de electricidad para enfrentar apagones.
• "Del lado empresarial, a pesar de las dificultades, se sigue adelante. Pero cuando el problema afecta el día a día de la población, el enojo es distinto. No poder dormir por el calor, que se descompongan los alimentos y hasta riesgos de los pacientes en los hospitales, puede llevar al extremo", concluye uno de los entrevistados.