Persiste vacante en la directiva y Vamos logra amparo sumar integrante a la Comisión de Finanzas
Aunque en el hemiciclo no hay ninguna actividad, los movimientos políticos dentro del Congreso, continúan. Un claro ejemplo es la vacante que hay desde hace más de dos meses en la primera secretaría de la Junta Directiva. Esta situación se originó tras la renuncia de la bancada VOS a ocupar el cargo; hasta la fecha no se han alcanzado los consensos necesarios para designar al reemplazo de la diputada Karina Paz.
A pesar de que han sonado los nombres de Alexandra Ajcip y Héctor Aldana como posibles candidatos, solo la diputada Sonia Gutiérrez ha confirmado públicamente su disposición a asumir el cargo, respaldada por un grupo de legisladores cercanos al actual presidente del Congreso, Nery Ramos.
Por otro lado, una nueva disputa interna ha surgido en la Comisión de Finanzas Públicas. El diputado Leopoldo Salazar —miembro de la bancada Vamos—, logró que la Corte de Constitucionalidad le otorgara un amparo para ser incluido en dicha sala de trabajo.
Sin embargo, el proceso no es sencillo, ya que actualmente cuenta con 21 miembros, el número máximo permitido por el artículo 29 de la Ley Orgánica del Organismo Legislativo. Ante este escenario, se abren dos caminos legales: expulsar a un miembro para dar lugar a Salazar o modificar la integración para sumar al integrante número 22, lo cual implicaría contravenir el marco legal vigente.
La presidencia de la comisión, en manos del diputado Julio Héctor Estrada, debe tomar una decisión que podría sentar un precedente para futuras integraciones.
El argumento de Salazar —acogido por el máximo tribunal—, reza que, al haber integrado la comisión en 2024 y representar a una bancada que actualmente cuenta con 39 diputados, equivalentes al 24.38 % del pleno, deberían tener derecho a ocupar cuatro espacios en la Comisión de Finanzas, y no solo los tres que actualmente poseen.
Los miembros actuales de Vamos en esa sala son Duay Martínez, José Carlo Solano y Josué Edmundo Lemus.
Este conflicto refleja no solo el peso político que Vamos intenta tener dentro del Legislativo, sino también la importancia estratégica de la Comisión de Finanzas, dado que es la encargada de analizar y dictaminar temas cruciales como el presupuesto nacional, así como varios préstamos.
Las decisiones que se tomen en este contexto podrían reconfigurar el equilibrio interno de poder en el Congreso y marcar el tono de las negociaciones en lo que resta del periodo legislativo.
¿Y las sesiones extraordinarias?
Al momento no hay una fecha definida para la convocatoria a sesiones extraordinarias. Se presume que podrían realizarse después del 15 de junio, aunque aún no está claro cuáles serán los temas que se incluirán en la agenda. Lo único seguro es que dar marcha atrás al incremento salarial no formará parte de las discusiones.
Esta estrategia ha resultado conveniente para los diputados, quienes han optado por dejar que las críticas se disipen con el paso del tiempo. Mientras tanto, continúan recibiendo su salario mensual de GTQ 66 300, sin mayores presiones, ni rendición de cuentas.
Persiste vacante en la directiva y Vamos logra amparo sumar integrante a la Comisión de Finanzas
Aunque en el hemiciclo no hay ninguna actividad, los movimientos políticos dentro del Congreso, continúan. Un claro ejemplo es la vacante que hay desde hace más de dos meses en la primera secretaría de la Junta Directiva. Esta situación se originó tras la renuncia de la bancada VOS a ocupar el cargo; hasta la fecha no se han alcanzado los consensos necesarios para designar al reemplazo de la diputada Karina Paz.
A pesar de que han sonado los nombres de Alexandra Ajcip y Héctor Aldana como posibles candidatos, solo la diputada Sonia Gutiérrez ha confirmado públicamente su disposición a asumir el cargo, respaldada por un grupo de legisladores cercanos al actual presidente del Congreso, Nery Ramos.
Por otro lado, una nueva disputa interna ha surgido en la Comisión de Finanzas Públicas. El diputado Leopoldo Salazar —miembro de la bancada Vamos—, logró que la Corte de Constitucionalidad le otorgara un amparo para ser incluido en dicha sala de trabajo.
Sin embargo, el proceso no es sencillo, ya que actualmente cuenta con 21 miembros, el número máximo permitido por el artículo 29 de la Ley Orgánica del Organismo Legislativo. Ante este escenario, se abren dos caminos legales: expulsar a un miembro para dar lugar a Salazar o modificar la integración para sumar al integrante número 22, lo cual implicaría contravenir el marco legal vigente.
La presidencia de la comisión, en manos del diputado Julio Héctor Estrada, debe tomar una decisión que podría sentar un precedente para futuras integraciones.
El argumento de Salazar —acogido por el máximo tribunal—, reza que, al haber integrado la comisión en 2024 y representar a una bancada que actualmente cuenta con 39 diputados, equivalentes al 24.38 % del pleno, deberían tener derecho a ocupar cuatro espacios en la Comisión de Finanzas, y no solo los tres que actualmente poseen.
Los miembros actuales de Vamos en esa sala son Duay Martínez, José Carlo Solano y Josué Edmundo Lemus.
Este conflicto refleja no solo el peso político que Vamos intenta tener dentro del Legislativo, sino también la importancia estratégica de la Comisión de Finanzas, dado que es la encargada de analizar y dictaminar temas cruciales como el presupuesto nacional, así como varios préstamos.
Las decisiones que se tomen en este contexto podrían reconfigurar el equilibrio interno de poder en el Congreso y marcar el tono de las negociaciones en lo que resta del periodo legislativo.
¿Y las sesiones extraordinarias?
Al momento no hay una fecha definida para la convocatoria a sesiones extraordinarias. Se presume que podrían realizarse después del 15 de junio, aunque aún no está claro cuáles serán los temas que se incluirán en la agenda. Lo único seguro es que dar marcha atrás al incremento salarial no formará parte de las discusiones.
Esta estrategia ha resultado conveniente para los diputados, quienes han optado por dejar que las críticas se disipen con el paso del tiempo. Mientras tanto, continúan recibiendo su salario mensual de GTQ 66 300, sin mayores presiones, ni rendición de cuentas.