Aunque el invierno se empieza a generalizar –aparentemente– en todo el país, persiste el temor de que la lluvia no sea suficiente para depender de la generación hidroeléctrica en este periodo.
- Por el momento se registra la etapa de transición de la temporada seca a lluviosa, con retraso y menos precipitación, en comparación con 2023. Se estima una baja de más del 10 %.
- Esta reducción de caudales en las cuencas que alimentan las represas de las hidroeléctricas llevó, entre otros motivos, a declarar la emergencia en el sistema eléctrico nacional.
- El año pasado también se declaró la emergencia, pero solo fue por un mes. Este año van dos meses, y es probable que se extienda hasta julio si persisten las condiciones que ameritaron la medida.
Por qué importa. La proyección hidrológica de junio a septiembre de 2024 permite a las autoridades analizar escenarios y establecer posibles acciones para garantizar el suministro eléctrico.
- En mayo y junio se suspendieron las exportaciones de energía para priorizar el abastecimiento local. Además, todo el sistema está en plena generación, porque aparte de la falta de lluvia, el exceso de calor promovió una mayor demanda del fluido –5.4 % de aumento–.
- La previsión actual es que el sistema siga demandando mayor generación no hidráulica y por ello se recomienda considerar un "abastecimiento suficiente de combustible".
- En julio se prevé el ingreso del fenómeno de La Niña que traerá más lluvia, pero los expertos enfatizan en que solo son probabilidades.
En perspectiva. Toda la región –desde México hasta el sur del continente– se encuentra en emergencia por similares condiciones.
- México, aunque tiene problemas de suministro, ha cumplido con su contrato y sigue vendiendo energía a Guatemala. Pero de inmediato cortó la exportación sin contrato, también llamada de "oportunidad".
- El escenario optimista de Guatemala es que las exportaciones e importaciones se podrían restablecer a partir de julio, pero todo depende del nivel de lluvia.
- Es probable que llueva con intensidad, pero que el invierno sea "corto"; lo adecuado es que llueva de manera constante y durante los seis meses de un invierno normal para cubrir los ciclos previstos.
En conclusión. El pronóstico hidrológico de junio a septiembre no es el óptimo. Este año ha llovido menos que en 2023 y no se anticipa, con seguridad, que la situación mejore.
- No se ha llegado a una crisis porque la matriz energética –conformada por generación de diferentes fuentes– ha permitido enfrentar la falta de lluvia.
- Lo urgente es establecer un plan para atraer nuevas inversiones en generación, porque la demanda sigue en aumento. El Estado debe enviar un mensaje de confianza y de certeza para garantizar el suministro eléctrico de los siguientes años.
Aunque el invierno se empieza a generalizar –aparentemente– en todo el país, persiste el temor de que la lluvia no sea suficiente para depender de la generación hidroeléctrica en este periodo.
- Por el momento se registra la etapa de transición de la temporada seca a lluviosa, con retraso y menos precipitación, en comparación con 2023. Se estima una baja de más del 10 %.
- Esta reducción de caudales en las cuencas que alimentan las represas de las hidroeléctricas llevó, entre otros motivos, a declarar la emergencia en el sistema eléctrico nacional.
- El año pasado también se declaró la emergencia, pero solo fue por un mes. Este año van dos meses, y es probable que se extienda hasta julio si persisten las condiciones que ameritaron la medida.
Por qué importa. La proyección hidrológica de junio a septiembre de 2024 permite a las autoridades analizar escenarios y establecer posibles acciones para garantizar el suministro eléctrico.
- En mayo y junio se suspendieron las exportaciones de energía para priorizar el abastecimiento local. Además, todo el sistema está en plena generación, porque aparte de la falta de lluvia, el exceso de calor promovió una mayor demanda del fluido –5.4 % de aumento–.
- La previsión actual es que el sistema siga demandando mayor generación no hidráulica y por ello se recomienda considerar un "abastecimiento suficiente de combustible".
- En julio se prevé el ingreso del fenómeno de La Niña que traerá más lluvia, pero los expertos enfatizan en que solo son probabilidades.
En perspectiva. Toda la región –desde México hasta el sur del continente– se encuentra en emergencia por similares condiciones.
- México, aunque tiene problemas de suministro, ha cumplido con su contrato y sigue vendiendo energía a Guatemala. Pero de inmediato cortó la exportación sin contrato, también llamada de "oportunidad".
- El escenario optimista de Guatemala es que las exportaciones e importaciones se podrían restablecer a partir de julio, pero todo depende del nivel de lluvia.
- Es probable que llueva con intensidad, pero que el invierno sea "corto"; lo adecuado es que llueva de manera constante y durante los seis meses de un invierno normal para cubrir los ciclos previstos.
En conclusión. El pronóstico hidrológico de junio a septiembre no es el óptimo. Este año ha llovido menos que en 2023 y no se anticipa, con seguridad, que la situación mejore.
- No se ha llegado a una crisis porque la matriz energética –conformada por generación de diferentes fuentes– ha permitido enfrentar la falta de lluvia.
- Lo urgente es establecer un plan para atraer nuevas inversiones en generación, porque la demanda sigue en aumento. El Estado debe enviar un mensaje de confianza y de certeza para garantizar el suministro eléctrico de los siguientes años.