Patricia Gámez, de 56 años, entre una tormenta de incidentes, tomó posesión de la presidencia de la Junta Directiva del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (CANG), con su equipo.
En una entrevista con República, cuenta que la decisión de participar no fue de la noche a la mañana. La fiscalización, transparencia y el funcionamiento del colegio en beneficio del gremio fueron sus motivaciones. Ese interés hizo que se involucrara, y encabezara la planilla 10: Unidad X la Justicia. “La propuesta de la presidencia es un esfuerzo de la comunidad que representaba mi participación y varios grupos gremiales”, cuenta con voz tenue.
Además, asegura que pasaron por momentos críticos durante la elección. Sin embargo, el trabajar por un CANG a favor del agremiado y la necesidad de generar cambios en el colegio los mantuvo firmes. Uno de los primeros desafíos para el equipo de trabajo fue el caso de Eduardo Masaya, prosecretario, quien fue detenido durante una actividad de la organización.
“Tuvimos los pronunciamientos respectivos con que no se podía instrumentalizar el sistema de justicia para situaciones de carácter gremial. Era una situación que, según nosotros, fue aprovechada. Nuestra participación siguió; ahora estamos representando al Colegio. […] Él —Masaya— fue designado, nombrado y asignado a su cargo. No ha podido tomar posesión por las circunstancias personales que está enfrentando”, indica.
Gámez asegura que, como conocedores de la ley, de los procedimientos y principios, confiaron en seguir en el proceso. “Sabíamos que la situación de Masaya no impedía la participación de la plantilla. Hay normas que respetar, no hubo temor a quedar fuera”, enfatiza.
Participaron en la elección, pasaron a segunda vuelta y ganaron. ¿Su reacción cuando la Junta Directiva, saliente, anuncia que se abstiene de la transición?
Sabíamos que no era legal; habíamos sido legítimamente electos, y se hizo la asignación por el Tribunal Electoral. Ya todas las acciones fueron presentadas, hay una en proceso. Es un recurso de apelación del abogado Sagastume Vidaurre, el cual será conocido, como es debido. Son cuestiones de forma las que argumentan. No consideramos que pueda afectar, a menos que se retuerzan las cosas.
Luego de una pausa, la presidenta resalta que, junto a su equipo, se enfocarán en los asuntos de prestaciones, manejo de inversiones, transparentar la función del Colegio a través de una adecuada rendición de cuentas de forma constante y de puertas abiertas.
Acerca de la formación y capacitación, le apuestan a desconcentrar la unidad académica para cubrir todas las áreas de abogados —civil, mercantil, notarial, otras— y las profesiones afines (políticos, criminólogos).
En el punto de defensa gremial, buscan generar mecanismos de coordinación e intervención cuando se afecta la protección de los agremiados, participación en los espacios para aportar al fortalecimiento del Estado de derecho y la democracia.
Recalca que su participación en las comisiones de postulación será para hacer equipo con los comisionados y aportar en la búsqueda de los mejores perfiles. Es decir, profesionales honorables, idóneos y competentes para las funciones.
Patricia Gámez, de 56 años, entre una tormenta de incidentes, tomó posesión de la presidencia de la Junta Directiva del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (CANG), con su equipo.
En una entrevista con República, cuenta que la decisión de participar no fue de la noche a la mañana. La fiscalización, transparencia y el funcionamiento del colegio en beneficio del gremio fueron sus motivaciones. Ese interés hizo que se involucrara, y encabezara la planilla 10: Unidad X la Justicia. “La propuesta de la presidencia es un esfuerzo de la comunidad que representaba mi participación y varios grupos gremiales”, cuenta con voz tenue.
Además, asegura que pasaron por momentos críticos durante la elección. Sin embargo, el trabajar por un CANG a favor del agremiado y la necesidad de generar cambios en el colegio los mantuvo firmes. Uno de los primeros desafíos para el equipo de trabajo fue el caso de Eduardo Masaya, prosecretario, quien fue detenido durante una actividad de la organización.
“Tuvimos los pronunciamientos respectivos con que no se podía instrumentalizar el sistema de justicia para situaciones de carácter gremial. Era una situación que, según nosotros, fue aprovechada. Nuestra participación siguió; ahora estamos representando al Colegio. […] Él —Masaya— fue designado, nombrado y asignado a su cargo. No ha podido tomar posesión por las circunstancias personales que está enfrentando”, indica.
Gámez asegura que, como conocedores de la ley, de los procedimientos y principios, confiaron en seguir en el proceso. “Sabíamos que la situación de Masaya no impedía la participación de la plantilla. Hay normas que respetar, no hubo temor a quedar fuera”, enfatiza.
Participaron en la elección, pasaron a segunda vuelta y ganaron. ¿Su reacción cuando la Junta Directiva, saliente, anuncia que se abstiene de la transición?
Sabíamos que no era legal; habíamos sido legítimamente electos, y se hizo la asignación por el Tribunal Electoral. Ya todas las acciones fueron presentadas, hay una en proceso. Es un recurso de apelación del abogado Sagastume Vidaurre, el cual será conocido, como es debido. Son cuestiones de forma las que argumentan. No consideramos que pueda afectar, a menos que se retuerzan las cosas.
Luego de una pausa, la presidenta resalta que, junto a su equipo, se enfocarán en los asuntos de prestaciones, manejo de inversiones, transparentar la función del Colegio a través de una adecuada rendición de cuentas de forma constante y de puertas abiertas.
Acerca de la formación y capacitación, le apuestan a desconcentrar la unidad académica para cubrir todas las áreas de abogados —civil, mercantil, notarial, otras— y las profesiones afines (políticos, criminólogos).
En el punto de defensa gremial, buscan generar mecanismos de coordinación e intervención cuando se afecta la protección de los agremiados, participación en los espacios para aportar al fortalecimiento del Estado de derecho y la democracia.
Recalca que su participación en las comisiones de postulación será para hacer equipo con los comisionados y aportar en la búsqueda de los mejores perfiles. Es decir, profesionales honorables, idóneos y competentes para las funciones.