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Los resultados electorales: Paz y los retos para Bolivia

.
Reynaldo Rodríguez
22 de octubre, 2025

La derecha ha ganado contundentemente en Bolivia en las recientes elecciones generales. Después de casi dos décadas de gobierno de Movimiento al Socialismo (MAS), la victoria de Rodrigo Paz supone un giro histórico en la política de Bolivia. Las elecciones mostraron ser una reacción negativa contra el proyecto del masismo y una oportunidad para la derecha en un país con una grave problemática económica.

Qué destacar. Los resultados de las elecciones del 19 de octubre reflejan un regreso hacia la derecha, a pesar de mostrar un nivel de fragmentación importante.

  • En la Asamblea, el Partido Demócrata Cristiano (PDC) de Rodrigo Paz, el presidente electo, obtuvo la mayor cantidad de escaños, seguido por Libre de Quiroga y Unidad de Doria. Por tanto, el centro y la derecha suman 109 de los 123 escaños disponibles.

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  • En el Senado, casi todos los escaños están en manos de partidos de derecha —PDC y Libre—, mientras que Unidad se llevó una minoría importante.

  • Ningún partido tiene mayoría propia, por lo que el PDC deberá formar una megacoalición con Libre y Unidad para impulsar sus proyectos y estabilizar el país.

Lo indispensable. El exsenador asumirá la presidencia sin mayoría legislativa y con un país fuertemente polarizado, lo que le obligará a construir acuerdos amplios desde el primer día.

  • El oficialismo es minoría en ambas cámaras, por lo que deberá negociar para formar mayorías legislativas estables. Esta fragmentación exige una política de consenso constante para evitar el bloqueo de sus reformas y, probablemente, una negociación y combinación de agendas programáticas para mantener la fluidez legislativa.

  • Aunque el MAS quedó casi fuera del Congreso, su base social sigue activa – sindicatos o movimientos campesinos – y estas aún tienen capacidad de movilización. Estos grupos desconfían de la derecha, la cual asumiría riesgos ante reducción en subsidios, empleo público o derechos laborales en el proceso de reforma económica.

  • Aunque el sector empresarial —especialmente de Santa Cruz— apoyan la agenda presidencial, estos podrían volverse críticos si no ven avances rápidos en estabilidad macroeconómica o si las reformas económicas resultan demasiado graduales para sus expectativas.

Ahora qué. El presidente electo asume el reto de liderar un país con una economía débil, con finanzas agotadas y problemas de suministro en sectores críticos.

  • Paz hereda, además, inflación en alza, déficit fiscal crónico y severos problemas de abastecimiento de combustible.

  • La impaciencia social será un factor de riesgo en medio del crucigrama político. Si la recuperación económica no es visible pronto, podrían surgir contrapesos incluso de sectores que lo apoyaron.

  • A pesar del discurso soberanista en campaña, Paz podría verse obligado a buscar créditos internacionales para cubrir déficits urgentes o problemas monetarios. El Ejecutivo deberá equilibrar sus necesidades fiscales con la generación de rechazo por un eventual retorno a instituciones del sistema multilateral —como el FMI—, mientras recupera credibilidad internacional.

En conclusión. A pesar del histórico retorno de la derecha, Bolivia se encuentra en una situación delicada en términos económicos y políticos. El presidente electo se encuentra entre Escila y Caribdis, teniendo que decidir entre ajustes graduales —con un precio alto en capital político— y reformas rápidas —con el riesgo de una recesión—. Si el presidente Paz y su partido no lideran la agenda legislativa efectivamente en pro de maniobrar económicamente con soltura, su victoria podría convertirse en “confites en el infierno”.

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Los resultados electorales: Paz y los retos para Bolivia

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22 de octubre, 2025

La derecha ha ganado contundentemente en Bolivia en las recientes elecciones generales. Después de casi dos décadas de gobierno de Movimiento al Socialismo (MAS), la victoria de Rodrigo Paz supone un giro histórico en la política de Bolivia. Las elecciones mostraron ser una reacción negativa contra el proyecto del masismo y una oportunidad para la derecha en un país con una grave problemática económica.

Qué destacar. Los resultados de las elecciones del 19 de octubre reflejan un regreso hacia la derecha, a pesar de mostrar un nivel de fragmentación importante.

  • En la Asamblea, el Partido Demócrata Cristiano (PDC) de Rodrigo Paz, el presidente electo, obtuvo la mayor cantidad de escaños, seguido por Libre de Quiroga y Unidad de Doria. Por tanto, el centro y la derecha suman 109 de los 123 escaños disponibles.

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  • En el Senado, casi todos los escaños están en manos de partidos de derecha —PDC y Libre—, mientras que Unidad se llevó una minoría importante.

  • Ningún partido tiene mayoría propia, por lo que el PDC deberá formar una megacoalición con Libre y Unidad para impulsar sus proyectos y estabilizar el país.

Lo indispensable. El exsenador asumirá la presidencia sin mayoría legislativa y con un país fuertemente polarizado, lo que le obligará a construir acuerdos amplios desde el primer día.

  • El oficialismo es minoría en ambas cámaras, por lo que deberá negociar para formar mayorías legislativas estables. Esta fragmentación exige una política de consenso constante para evitar el bloqueo de sus reformas y, probablemente, una negociación y combinación de agendas programáticas para mantener la fluidez legislativa.

  • Aunque el MAS quedó casi fuera del Congreso, su base social sigue activa – sindicatos o movimientos campesinos – y estas aún tienen capacidad de movilización. Estos grupos desconfían de la derecha, la cual asumiría riesgos ante reducción en subsidios, empleo público o derechos laborales en el proceso de reforma económica.

  • Aunque el sector empresarial —especialmente de Santa Cruz— apoyan la agenda presidencial, estos podrían volverse críticos si no ven avances rápidos en estabilidad macroeconómica o si las reformas económicas resultan demasiado graduales para sus expectativas.

Ahora qué. El presidente electo asume el reto de liderar un país con una economía débil, con finanzas agotadas y problemas de suministro en sectores críticos.

  • Paz hereda, además, inflación en alza, déficit fiscal crónico y severos problemas de abastecimiento de combustible.

  • La impaciencia social será un factor de riesgo en medio del crucigrama político. Si la recuperación económica no es visible pronto, podrían surgir contrapesos incluso de sectores que lo apoyaron.

  • A pesar del discurso soberanista en campaña, Paz podría verse obligado a buscar créditos internacionales para cubrir déficits urgentes o problemas monetarios. El Ejecutivo deberá equilibrar sus necesidades fiscales con la generación de rechazo por un eventual retorno a instituciones del sistema multilateral —como el FMI—, mientras recupera credibilidad internacional.

En conclusión. A pesar del histórico retorno de la derecha, Bolivia se encuentra en una situación delicada en términos económicos y políticos. El presidente electo se encuentra entre Escila y Caribdis, teniendo que decidir entre ajustes graduales —con un precio alto en capital político— y reformas rápidas —con el riesgo de una recesión—. Si el presidente Paz y su partido no lideran la agenda legislativa efectivamente en pro de maniobrar económicamente con soltura, su victoria podría convertirse en “confites en el infierno”.

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