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Los 4 gobiernos que “hicieron” a Joviel Acevedo

Ilustración: Miltón
Glenda Sanchez
15 de mayo, 2024

Joviel Acevedo, mandamás –por los últimos 16 años (2008-2024)– del sindicato con más afiliados del Ministerio de Educación, consiguió más fuerza, poder, privilegios y beneficios. Su principal amenaza para con los gobernantes de turno son bloqueos, manifestaciones y la suspensión de clases en el sector público.  

Entre líneas. No significa que haya empezado a operar desde 2008. Publicaciones revelan las reuniones con exfuncionarios del Frente Republicano Guatemalteco (FGR) y Gran Alianza Nacional, pero en aquellos años apenas empezaba sus cabildeos y en la escalada sindical.   

  • Sin embargo, su empoderamiento lo ha logrado en los últimos cuatro gobiernos: Álvaro Colom (Unidad Nacional de la Esperanza), Otto Pérez Molina (Partido Patriota), Jimmy Morales (FCN-Nación) y Alejandro Giammattei (VAMOS).   
  • Su estrategia ha sido de dos vías: dar respuesta a las demandas de los integrantes del “Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación de Guatemala” (STEG) y negociar con los candidatos –en el proceso electoral– y gobernantes de turno. 
  • Su más reciente éxito fue un pacto colectivo con categoría de confidencialidad en la administración de Giammattei. Entre los beneficios para los agremiados logró un aumento al salarial del 3%; y un bono de Q2,500.   

Que destacar. Los expertos y exfuncionarios de Educación coinciden que el empoderamiento fue paso a paso. En el gobierno de Colom, el sindicalista consiguió que se le reinstalara cuando estuvo con un pie fuera del magisterio debido a un proceso judicial por no trabajar.  

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  • En aquel 2008 se firmó un pacto colectivo; Acevedo ganó inmunidad y libertad para seguir sin dar clases –sin trabajar–. Bastante le ayudó que el abogado del sindicato era hermano de Sandra Torres, entonces esposa del presidente Colom. 
  • Durante el gobierno de Pérez Molina, al principio había ciertos roces; no obstante, con el paso de los meses, alcanzaron acuerdos como dinero para remozar la Casa del Maestro, la sede del magisterio de Acevedo. 
  • Mientras tanto, el expresidente Morales trató de mantenerlo de su lado, particularmente luego del anuncio de no renovación del mandato de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). “Prácticamente, compra paz, para que el magisterio no se volteara contra el gobierno”, dijo una fuente. 

Voces. Además, los consultados consideran que el problema de los gobiernos es ceder ante las exigencias de sindicalista. Aclaran que se debe respetar el derecho sindical; sin embargo, el poder de Acevedo ha sobrepasado los límites, al punto de negociar los recursos de los guatemaltecos bajo pactos de “confidencialidad”.  

  • Calificaron como aberración el último pacto colectivo con Giammattei, ya que permitió que se firmará en “secreto” y “a espaldas del pueblo”.  
  • Para María del Carmen Aceña, exministra de Educación, durante los periodos señalados se ha dado poder al sindicalista, y el colmo es lo confidencial y los programas aprobados sin evaluarlos, como el seguro de salud de los niños.  
  • “El problema de los pactos colectivos es que realmente no tienen límite. En Educación es muy obvio porque son muchos recursos. Tienen mucho dinero. En el tiempo de la UNE alcanzó un nivel alto, después viene el Patriota y se usan mutuamente, igual con Jimmy Morales, no digamos con Giammattei”, comenta Aceña. 

Balance. En todos los ámbitos es válido negociar, pero siempre deben existir límites, sobre todo cuando están en juego los fondos públicos y la enseñanza de la niñez.   

  • No hay razón o excusa para que las negociaciones o pactos colectivos sean confidenciales, menos cuando los involucrados son funcionarios y empleados públicos.  
  • La actual administración, en abril, solicitó a Acevedo retirar la petición de mantener en reserva el borrador del Pacto Colectivo, petición recibida como amenaza. La ministra Anabella Giracca no revirtió la decisión de su antecesora. 
  • El 2 de mayo el sindicalista aseguró que la ley los ampara y que la ministra de Educación los amenaza e intimida. “No les tenemos miedo, hemos sido tolerantes, nos han humillado. Nos están orillando a llegar a las últimas consecuencias”, dijo.
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Los 4 gobiernos que “hicieron” a Joviel Acevedo

Ilustración: Miltón
Glenda Sanchez
15 de mayo, 2024

Joviel Acevedo, mandamás –por los últimos 16 años (2008-2024)– del sindicato con más afiliados del Ministerio de Educación, consiguió más fuerza, poder, privilegios y beneficios. Su principal amenaza para con los gobernantes de turno son bloqueos, manifestaciones y la suspensión de clases en el sector público.  

Entre líneas. No significa que haya empezado a operar desde 2008. Publicaciones revelan las reuniones con exfuncionarios del Frente Republicano Guatemalteco (FGR) y Gran Alianza Nacional, pero en aquellos años apenas empezaba sus cabildeos y en la escalada sindical.   

  • Sin embargo, su empoderamiento lo ha logrado en los últimos cuatro gobiernos: Álvaro Colom (Unidad Nacional de la Esperanza), Otto Pérez Molina (Partido Patriota), Jimmy Morales (FCN-Nación) y Alejandro Giammattei (VAMOS).   
  • Su estrategia ha sido de dos vías: dar respuesta a las demandas de los integrantes del “Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación de Guatemala” (STEG) y negociar con los candidatos –en el proceso electoral– y gobernantes de turno. 
  • Su más reciente éxito fue un pacto colectivo con categoría de confidencialidad en la administración de Giammattei. Entre los beneficios para los agremiados logró un aumento al salarial del 3%; y un bono de Q2,500.   

Que destacar. Los expertos y exfuncionarios de Educación coinciden que el empoderamiento fue paso a paso. En el gobierno de Colom, el sindicalista consiguió que se le reinstalara cuando estuvo con un pie fuera del magisterio debido a un proceso judicial por no trabajar.  

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  • En aquel 2008 se firmó un pacto colectivo; Acevedo ganó inmunidad y libertad para seguir sin dar clases –sin trabajar–. Bastante le ayudó que el abogado del sindicato era hermano de Sandra Torres, entonces esposa del presidente Colom. 
  • Durante el gobierno de Pérez Molina, al principio había ciertos roces; no obstante, con el paso de los meses, alcanzaron acuerdos como dinero para remozar la Casa del Maestro, la sede del magisterio de Acevedo. 
  • Mientras tanto, el expresidente Morales trató de mantenerlo de su lado, particularmente luego del anuncio de no renovación del mandato de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). “Prácticamente, compra paz, para que el magisterio no se volteara contra el gobierno”, dijo una fuente. 

Voces. Además, los consultados consideran que el problema de los gobiernos es ceder ante las exigencias de sindicalista. Aclaran que se debe respetar el derecho sindical; sin embargo, el poder de Acevedo ha sobrepasado los límites, al punto de negociar los recursos de los guatemaltecos bajo pactos de “confidencialidad”.  

  • Calificaron como aberración el último pacto colectivo con Giammattei, ya que permitió que se firmará en “secreto” y “a espaldas del pueblo”.  
  • Para María del Carmen Aceña, exministra de Educación, durante los periodos señalados se ha dado poder al sindicalista, y el colmo es lo confidencial y los programas aprobados sin evaluarlos, como el seguro de salud de los niños.  
  • “El problema de los pactos colectivos es que realmente no tienen límite. En Educación es muy obvio porque son muchos recursos. Tienen mucho dinero. En el tiempo de la UNE alcanzó un nivel alto, después viene el Patriota y se usan mutuamente, igual con Jimmy Morales, no digamos con Giammattei”, comenta Aceña. 

Balance. En todos los ámbitos es válido negociar, pero siempre deben existir límites, sobre todo cuando están en juego los fondos públicos y la enseñanza de la niñez.   

  • No hay razón o excusa para que las negociaciones o pactos colectivos sean confidenciales, menos cuando los involucrados son funcionarios y empleados públicos.  
  • La actual administración, en abril, solicitó a Acevedo retirar la petición de mantener en reserva el borrador del Pacto Colectivo, petición recibida como amenaza. La ministra Anabella Giracca no revirtió la decisión de su antecesora. 
  • El 2 de mayo el sindicalista aseguró que la ley los ampara y que la ministra de Educación los amenaza e intimida. “No les tenemos miedo, hemos sido tolerantes, nos han humillado. Nos están orillando a llegar a las últimas consecuencias”, dijo.

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