Este ensayo explica los orígenes del movimiento Hezbolá, surgido en los barrios chiitas del sur de Beirut. Creado en 1982, evolucionó como organización político-militar en el Líbano. Ganó influencia geopolítica, marcada por la relación con Teherán y Damasco, la rivalidad entre Irán y Arabia Saudí, el conflicto sirio, las tensiones con Israel y la fragilidad del Estado libanés.
El arabista y profesor universitario Ignacio Gutiérrez de Terán (Madrid, 1967) combina el rigor académico con un lenguaje accesible. Ofrece una herramienta útil tanto para especialistas como para lectores no expertos. Equilibrado, sin caer en simplificaciones. Subraya la dualidad de Hezbolá como formación política con peso social y como organización armada que desafía la estabilidad regional.
Analiza con acierto el contexto histórico. Inserta este partido-milicia en un marco donde convergen factores religiosos, ideológicos, geopolíticos y sociales. Expone las circunstancias por las que ha logrado consolidarse como un actor central. Entre ellas: la relación con Irán y Siria, el papel de las potencias occidentales, las divisiones internas libanesas y la presencia de Israel.
En algunos pasajes, el enfoque adopta una narrativa académica demasiado densa. A veces se echa en falta un mayor énfasis en los testimonios de base social o en el impacto humano cotidiano de la presencia del “Partido de Dios” en el Líbano, pues se privilegia lo estratégico y geopolítico. Hay una cierta ambigüedad en la valoración final, aunque el autor intenta mantener una distancia analítica. Esa neutralidad, aunque valiosa, corre el riesgo de relativizar la dimensión ética de los conflictos donde actúa el terrorismo.
Interesa al lector latinoamericano que Hezbolá aparece en informes de inteligencia de países con nexos en la Triple Frontera. En Venezuela, se denuncian sus vínculos con sectores del chavismo. En Centroamérica, posibles conexiones con circuitos de narcotráfico y lavado de dinero advierten que estas dinámicas afectan a territorios debilitados por la corrupción y la violencia.
Una recomendable obra de referencia que contribuye a desentrañar un problema complejo. Además, ofrece claves para comprender una región atravesada por guerras, sectarismos y luchas de poder globales.
Este ensayo explica los orígenes del movimiento Hezbolá, surgido en los barrios chiitas del sur de Beirut. Creado en 1982, evolucionó como organización político-militar en el Líbano. Ganó influencia geopolítica, marcada por la relación con Teherán y Damasco, la rivalidad entre Irán y Arabia Saudí, el conflicto sirio, las tensiones con Israel y la fragilidad del Estado libanés.
El arabista y profesor universitario Ignacio Gutiérrez de Terán (Madrid, 1967) combina el rigor académico con un lenguaje accesible. Ofrece una herramienta útil tanto para especialistas como para lectores no expertos. Equilibrado, sin caer en simplificaciones. Subraya la dualidad de Hezbolá como formación política con peso social y como organización armada que desafía la estabilidad regional.
Analiza con acierto el contexto histórico. Inserta este partido-milicia en un marco donde convergen factores religiosos, ideológicos, geopolíticos y sociales. Expone las circunstancias por las que ha logrado consolidarse como un actor central. Entre ellas: la relación con Irán y Siria, el papel de las potencias occidentales, las divisiones internas libanesas y la presencia de Israel.
En algunos pasajes, el enfoque adopta una narrativa académica demasiado densa. A veces se echa en falta un mayor énfasis en los testimonios de base social o en el impacto humano cotidiano de la presencia del “Partido de Dios” en el Líbano, pues se privilegia lo estratégico y geopolítico. Hay una cierta ambigüedad en la valoración final, aunque el autor intenta mantener una distancia analítica. Esa neutralidad, aunque valiosa, corre el riesgo de relativizar la dimensión ética de los conflictos donde actúa el terrorismo.
Interesa al lector latinoamericano que Hezbolá aparece en informes de inteligencia de países con nexos en la Triple Frontera. En Venezuela, se denuncian sus vínculos con sectores del chavismo. En Centroamérica, posibles conexiones con circuitos de narcotráfico y lavado de dinero advierten que estas dinámicas afectan a territorios debilitados por la corrupción y la violencia.
Una recomendable obra de referencia que contribuye a desentrañar un problema complejo. Además, ofrece claves para comprender una región atravesada por guerras, sectarismos y luchas de poder globales.