El periodista y analista español Esteban Hernández aporta con este libro una mirada ambiciosa al presente. Nos ofrece una radiografía del actual desorden geopolítico.
Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y una Europa debilitada, el autor advierte sobre una fractura global. Su tesis central es clara: la democracia liberal atraviesa una crisis profunda, empujada por el regreso del nacionalismo, la erosión de las clases medias y la creciente desconfianza hacia las instituciones. Su enfoque sirve no solo como diagnóstico, sino como anticipación para lo que podría acontecer en los años venideros.
Hernández acierta al señalar las oscilaciones económicas y sociales como la raíz del malestar ciudadano y la expansión del populismo. Muestra que el auge de liderazgos como el de Trump no es una anomalía, sino la consecuencia de desequilibrios económicos y culturales que llevan años gestándose. Su fortaleza está en relacionar lo geopolítico con lo social, ofreciendo al lector un mapa para comprender la inestabilidad actual.
Su mérito consiste en exponer una evaluación clara y accesible, con una narrativa que conecta, sin tecnicismos innecesarios.
Hay aspectos mejorables. El ensayo se queda corto en lo propositivo: aunque describe con solidez lo que no funciona, ofrece escasas alternativas concretas para enfrentar la crisis. Adolece también de una visión demasiado centrada en Occidente, con escaso espacio para perspectivas del sur global.
Pese a estas limitaciones, El nuevo espíritu del mundo pone sobre la mesa las preguntas incómodas que las élites prefieren ignorar. Y, sobre todo, confirma que política y economía globales ya no responden a las viejas certezas.
Sin ser la última palabra sobre este momento histórico, sí es una de las interpretaciones más serias y útiles que circulan hoy. Estamos ante una obra estimulante y necesaria para entender qué está pasando en la política internacional.
El periodista y analista español Esteban Hernández aporta con este libro una mirada ambiciosa al presente. Nos ofrece una radiografía del actual desorden geopolítico.
Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y una Europa debilitada, el autor advierte sobre una fractura global. Su tesis central es clara: la democracia liberal atraviesa una crisis profunda, empujada por el regreso del nacionalismo, la erosión de las clases medias y la creciente desconfianza hacia las instituciones. Su enfoque sirve no solo como diagnóstico, sino como anticipación para lo que podría acontecer en los años venideros.
Hernández acierta al señalar las oscilaciones económicas y sociales como la raíz del malestar ciudadano y la expansión del populismo. Muestra que el auge de liderazgos como el de Trump no es una anomalía, sino la consecuencia de desequilibrios económicos y culturales que llevan años gestándose. Su fortaleza está en relacionar lo geopolítico con lo social, ofreciendo al lector un mapa para comprender la inestabilidad actual.
Su mérito consiste en exponer una evaluación clara y accesible, con una narrativa que conecta, sin tecnicismos innecesarios.
Hay aspectos mejorables. El ensayo se queda corto en lo propositivo: aunque describe con solidez lo que no funciona, ofrece escasas alternativas concretas para enfrentar la crisis. Adolece también de una visión demasiado centrada en Occidente, con escaso espacio para perspectivas del sur global.
Pese a estas limitaciones, El nuevo espíritu del mundo pone sobre la mesa las preguntas incómodas que las élites prefieren ignorar. Y, sobre todo, confirma que política y economía globales ya no responden a las viejas certezas.
Sin ser la última palabra sobre este momento histórico, sí es una de las interpretaciones más serias y útiles que circulan hoy. Estamos ante una obra estimulante y necesaria para entender qué está pasando en la política internacional.