Debido a factores estructurales, políticos y económicos, persiste la crisis de salud. Antes de ser juramentado como presidente, Bernardo Arévalo hablaba de la construcción de un hospital público para la atención de pacientes con cáncer. También, ofrecía mejorar los puestos de salud. Promesas que, no se han concretado.
Qué destacar. Si bien la crisis en salud es histórica, a año y medio de estar al frente del Ejecutivo, Arévalo no ha hecho mayores esfuerzos; sus acciones para mejorar la salud han sido exiguas. La mayoría de los proyectos puestos en marcha, son proyectos iniciados por el gobierno anterior.
- A pesar del inicio de lo que sería una “nueva primavera”, los bajos niveles de inversión ya son crónicos. Esto, afecta la cobertura en áreas rurales. Por otro lado, se puede mencionar la incapacidad del equipo que se encuentra a la cabeza del MSPAS para resolver problemas como la falta de insumos y medicamentos.
- Es evidente que hay una crisis recurrente y permanente. Guatemala, invierte menos del 3 % de su PIB en salud, muy por debajo del mínimo recomendado mundialmente. Esta carencia de inversión impacta directamente en la infraestructura hospitalaria.
- Aunque el Gobierno de Arévalo se vendió como algo diferente, hasta ahora es más de lo mismo. Por ejemplo, el Hospital General San Juan de Dios, uno de los principales centros asistenciales de la capital, enfrenta una serie de conflictos estructurales y operativos.
En el radar. Ese nosocomio sigue teniendo fallas en sistemas esenciales como tuberías, suministro de agua potable y red eléctrica. Deficiencias que complican la atención de los pacientes. En ese sentido, es importante recordar que no todas las personas tienen acceso a hospitales privados.
- No se puede dejar de mencionar, la falta de tomógrafo. Una tomografía puede proporcionar las herramientas rápidas que pueden servir para salvar vidas. Sin embargo, desde abril, el único equipo del hospital está fuera de servicio y, aunque ya se adjudicó la adquisición de uno, este no es suficiente.
- Por otro lado, el hospital inició el año con una deuda significativa a proveedores, lo que afectó el abastecimiento de medicamentos e insumos esenciales. Aunque se han realizado gestiones para reducir esta deuda, la situación sigue siendo crítica. El otro gran tema es el equipamiento.
- Los quirófanos son viejos y en muchos casos no están equipados con la tecnología actual. En cuanto al personal médico, paramédico y asistente, es insuficiente en todos los hospitales, para el gran número de pacientes que requiere de asistencia médica.
En conclusión. Especialistas y organizaciones sociales coinciden en que la transformación del sistema de salud no puede postergarse más. Guatemala necesita una política pública integral, con enfoque intercultural, equidad y sostenibilidad.
Debido a factores estructurales, políticos y económicos, persiste la crisis de salud. Antes de ser juramentado como presidente, Bernardo Arévalo hablaba de la construcción de un hospital público para la atención de pacientes con cáncer. También, ofrecía mejorar los puestos de salud. Promesas que, no se han concretado.
Qué destacar. Si bien la crisis en salud es histórica, a año y medio de estar al frente del Ejecutivo, Arévalo no ha hecho mayores esfuerzos; sus acciones para mejorar la salud han sido exiguas. La mayoría de los proyectos puestos en marcha, son proyectos iniciados por el gobierno anterior.
- A pesar del inicio de lo que sería una “nueva primavera”, los bajos niveles de inversión ya son crónicos. Esto, afecta la cobertura en áreas rurales. Por otro lado, se puede mencionar la incapacidad del equipo que se encuentra a la cabeza del MSPAS para resolver problemas como la falta de insumos y medicamentos.
- Es evidente que hay una crisis recurrente y permanente. Guatemala, invierte menos del 3 % de su PIB en salud, muy por debajo del mínimo recomendado mundialmente. Esta carencia de inversión impacta directamente en la infraestructura hospitalaria.
- Aunque el Gobierno de Arévalo se vendió como algo diferente, hasta ahora es más de lo mismo. Por ejemplo, el Hospital General San Juan de Dios, uno de los principales centros asistenciales de la capital, enfrenta una serie de conflictos estructurales y operativos.
En el radar. Ese nosocomio sigue teniendo fallas en sistemas esenciales como tuberías, suministro de agua potable y red eléctrica. Deficiencias que complican la atención de los pacientes. En ese sentido, es importante recordar que no todas las personas tienen acceso a hospitales privados.
- No se puede dejar de mencionar, la falta de tomógrafo. Una tomografía puede proporcionar las herramientas rápidas que pueden servir para salvar vidas. Sin embargo, desde abril, el único equipo del hospital está fuera de servicio y, aunque ya se adjudicó la adquisición de uno, este no es suficiente.
- Por otro lado, el hospital inició el año con una deuda significativa a proveedores, lo que afectó el abastecimiento de medicamentos e insumos esenciales. Aunque se han realizado gestiones para reducir esta deuda, la situación sigue siendo crítica. El otro gran tema es el equipamiento.
- Los quirófanos son viejos y en muchos casos no están equipados con la tecnología actual. En cuanto al personal médico, paramédico y asistente, es insuficiente en todos los hospitales, para el gran número de pacientes que requiere de asistencia médica.
En conclusión. Especialistas y organizaciones sociales coinciden en que la transformación del sistema de salud no puede postergarse más. Guatemala necesita una política pública integral, con enfoque intercultural, equidad y sostenibilidad.