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Esteban Tamayo: “Lo mejor es un gobierno de EE. UU. dispuesto a hacer negocios con Latinoamérica”

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Daniela Mendoza
12 de junio, 2024

Esteban Tamayo, economista principal de Citi para Colombia, Chile, Perú, Centroamérica y el Caribe, estuvo en Guatemala para participar en el Business Future of the Americas (BFA), en el panel sobre las elecciones en Estados Unidos y su impacto en la economía de Latinoamérica. De este tema habla en la siguiente entrevista. 

¿Cuál es el panorama político-económico en Estados Unidos previo a las elecciones? 

Hablando del tema económico y separando lo político, la economía de EE. UU. ha estado sorpresivamente muy fuerte el año y medio y el anterior. Las proyecciones que realizamos en Citi y las del mercado, apuntan a un crecimiento hasta el primer trimestre de este año. En general, la economía está mejor de lo esperado.  

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Vemos un crecimiento fuerte, pero desacelerándose con respecto al 2023. Con eso pasamos al segundo y tercer trimestre, ya que todavía no tenemos las cifras completas, estarán listas hasta noviembre, cuando sean las elecciones. 

Esperamos que la economía siga mostrando una desaceleración, no desastrosa, pero sí una desaceleración en ambos trimestres. Hay dos escenarios que el mercado viene considerando: el no landing, que nunca se desacelera, y puede seguir creciendo así. O el escenario soft landing, es decir, una desaceleración controlada. Creemos que esta posibilidad es mayor.  

Con eso se abrirá el espacio para que la Reserva Federal, en la segunda mitad del año, recorte las tasas de interés.  

No creemos que las elecciones sean un factor decisorio para las resoluciones. La Fed no tomará la decisión de septiembre para las elecciones, sino bajo el panorama que tengan entonces.  

Con respecto al tema político, mientras se está desarrollando un buen crecimiento económico, el Partido Demócrata, con Biden en la presidencia, al menos en las encuestas de presidente, los votantes no le asignan el buen desempeño económico a este presidente.  

De entrada, tienen una perspectiva de que la economía no está tan bien como las cifras sugieren. Eso hace que la carrera para la presidencia sea muy pareja y que la economía, aunque esté sorprendentemente buena, el gobierno actual no se esté beneficiando de ese buen desempeño.  

¿A qué atribuye esta situación? 

La primera es que la inflación todavía está alta. La inflación puede importar más que la buena actividad. O simplemente la polarización que se refleja en las encuestas, hace que muchos votantes hayan tomado su decisión, independientemente de cómo ha estado la economía.  

No voy a pronosticar las elecciones. Pero hoy están muy reñidas, y según donde se realice la encuesta, la situación es pareja. La carrera presidencial tiene una inclinación hacia Trump. Pero en las elecciones de Senado, las encuestas muestran una preferencia más por los candidatos demócratas.  

Entonces, posiblemente las encuestas sugieren que la preferencia puede caer para cualquier lado y posiblemente la Cámara de Representantes que hoy es mayoría republicana, quede republicana, y que el Senado quede demócrata.

Eso hace que las políticas que pueda traer un presidente, independientemente de qué está pensando, sigan dependiendo de que el Congreso llegue a buen puerto.  

¿Qué se prevé que ocurra en Latinoamérica si continúa el gobierno Demócrata?  

Hay tres temas que se deben mencionar, en ese orden de importancia: el primero, y para efectos centroamericanos, la migración. El segundo es el comercio, que es muy amplio porque incluye el desempeño de EE. UU., tratados de libre comercio, cómo impacta China en la región, etc. Y tercero, la influencia política. Por ejemplo, países que tengan programas con el Fondo Monetario Internacional, que necesiten inversión extranjera, etc. 

Este es un gobierno que ha tenido una forma de atender los temas migratorios de la región buscando incentivos para limitar la migración. Es decir, crear las condiciones para que el migrante no quiera migrar, tratar de promover el crecimiento, mejorar los programas sociales. Guatemala, por ejemplo, ha tenido asistencia directa de EE. UU. en este sentido.  

El approach de este gobierno ha sido tratar de generar las condiciones internas para que el migrante quiera quedarse. Evidentemente la migración ha sido fuerte y eso no ha funcionado tanto. 

La administración de Biden firmó una nueva directriz donde personas que no entren legalmente a EE. UU. no pueden pedir asilo. Es más una política de los últimos meses que quedan de la elección y de su administración. Está pasando de buscar condiciones para no migrar a limitar en la frontera, que es algo que se parecería más a Trump.

Es como esperar más que esta administración, en ese aspecto, que intente generar un poco más de ayudas que de bloquear fuertemente. 

El segundo tema de comercio es un poco más similar entre los dos. Tanto Trump en su primera elección, como Biden en este periodo, han sido restrictivos del comercio con China. Eso ha permitido que Centroamérica, algunos países del caribe y México, se beneficien de traer esta producción industrial que hacían los chinos, para acá. Ese es el concepto de nearshoring. En México se discute mucho, en Costa Rica se sienten las cifras, pero en el resto de la región aún no se ha beneficiado. 

Seguir promoviendo comercio con vecinos cercanos es algo que debemos esperar. De pronto un poco más activamente bajo Biden, pero posiblemente bienvenido por Trump. 

El tercero, EE. UU. tiene una influencia importante en esos entes multilaterales. Ahí depende del gobierno de cada país y la cercanía que tenga, quién sea el presidente, tendrá mejores discusiones con esas entidades. 

¿Qué se prevé que ocurra en Latinoamérica si los republicanos ganan? 

En el tema migratorio, mano fuerte. Guatemala en su momento vio que Trump, después de tener un impacto fuerte en México, pasó a Guatemala pidiendo ser un país donde recibía migrantes que llegaban a la frontera y los devolvían acá. Ese tipo de políticas son un poco más notorias y ruidosas. Esto podría ser más probable en una administración republicana.

Por el lado de comercio, Trump es incluso más reacio al comercio con China y eso le abre un poco más de probabilidades a Centroamérica sin un apoyo directo del gobierno, pero permitiendo que se llene ese vacío. No sería tan hands on, pero en su limitante de China se abren las posibilidades para América Central. 

¿Cuánto afecta o por qué es importante la política de EE. UU. hacia la región?

En gran parte Latinoamérica tiene sus socios comerciales a nivel global. Pero de Colombia hacia el norte, EEUU es y sigue siendo el principal socio comercial. Es el preferente en tasas de interés y es la fuente de inversión más grande. Un buen desempeño económico, que en parte está asociado al gobierno de turno, directamente impacta por asociación económica. Por ejemplo, el año pasado que EE. UU. estaba creciendo, México creció muy bien. De continuar con un buen desempeño, eso impactará positivamente a la mitad de Latinoamérica. 

Hay otra mitad, que es del sur de Colombia hacia el sur, donde impacta menos. Ahí impacta más el desempeño chino o europeo. 

Y por el lado del impacto político, estamos pasando por un punto donde China se retiró un poco de su influencia en la región, mientras atendía el tema de COVID local. Pero mientras China recupera la política global, es posible que la veamos tratando de tener influencia en América Central. Depende de la administración el impacto adicional para permitir que China invierta o contrarreste sus inversiones, lo que también tiene un impacto político sobre la región.

¿Qué le conviene a Latinoamérica?

Son impactos diferentes. Es imposible saber el mix de políticas que hoy por hoy ni siquiera son claras de ninguno de los dos bandos. En general se resume así: sería mejor un gobierno de cualquiera de los dos bandos que esté dispuesto a hacer negocios con Latinoamérica, a ser un poco más involucrado directamente, y que tenga una política migratoria que permita una transición no muy de choque; que sea más manejable en el corto plazo.  

¿A qué países afecta más la política estadounidense?

El tema migratorio es el número uno, y está directamente asociado con la variable de remesas. Entonces, los migrantes de nuestra región que viven en EE. UU., y mandan dinero a su familia, generan un ingreso secundario en nuestros países. Cualquier limitante a esas remesas tendrá un impacto económico directo en nuestros países. 

Las naciones que más dependen de remesas son claramente el triángulo norte: Honduras, El Salvador y Guatemala. También, pero un poco menos, República Dominicana y Jamaica. Estos son más vulnerables a las remesas. En Colombia y México son importantes, más no determinantes. En Panamá y Costa Rica no tendría ningún impacto. 

Los países más vulnerables serían el triángulo norte, ya que hay un choque en la emigración que limita el empleo de los migrantes en EE. UU. y limita las remesas.

Por ejemplo, Trump dijo que quiere poner un impuesto a la salida de remesas. Eso sería algo fuertísimo porque limitaría un ingreso importante para nuestros países. No creo que pase, pero es un ejemplo de algo que podría ser un choque directo por un tema migratorio, que es una política que jugará un rol importante en las elecciones. 

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Esteban Tamayo: “Lo mejor es un gobierno de EE. UU. dispuesto a hacer negocios con Latinoamérica”

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Daniela Mendoza Daniela Mendoza
Daniela Mendoza
12 de junio, 2024

Esteban Tamayo, economista principal de Citi para Colombia, Chile, Perú, Centroamérica y el Caribe, estuvo en Guatemala para participar en el Business Future of the Americas (BFA), en el panel sobre las elecciones en Estados Unidos y su impacto en la economía de Latinoamérica. De este tema habla en la siguiente entrevista. 

¿Cuál es el panorama político-económico en Estados Unidos previo a las elecciones? 

Hablando del tema económico y separando lo político, la economía de EE. UU. ha estado sorpresivamente muy fuerte el año y medio y el anterior. Las proyecciones que realizamos en Citi y las del mercado, apuntan a un crecimiento hasta el primer trimestre de este año. En general, la economía está mejor de lo esperado.  

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Vemos un crecimiento fuerte, pero desacelerándose con respecto al 2023. Con eso pasamos al segundo y tercer trimestre, ya que todavía no tenemos las cifras completas, estarán listas hasta noviembre, cuando sean las elecciones. 

Esperamos que la economía siga mostrando una desaceleración, no desastrosa, pero sí una desaceleración en ambos trimestres. Hay dos escenarios que el mercado viene considerando: el no landing, que nunca se desacelera, y puede seguir creciendo así. O el escenario soft landing, es decir, una desaceleración controlada. Creemos que esta posibilidad es mayor.  

Con eso se abrirá el espacio para que la Reserva Federal, en la segunda mitad del año, recorte las tasas de interés.  

No creemos que las elecciones sean un factor decisorio para las resoluciones. La Fed no tomará la decisión de septiembre para las elecciones, sino bajo el panorama que tengan entonces.  

Con respecto al tema político, mientras se está desarrollando un buen crecimiento económico, el Partido Demócrata, con Biden en la presidencia, al menos en las encuestas de presidente, los votantes no le asignan el buen desempeño económico a este presidente.  

De entrada, tienen una perspectiva de que la economía no está tan bien como las cifras sugieren. Eso hace que la carrera para la presidencia sea muy pareja y que la economía, aunque esté sorprendentemente buena, el gobierno actual no se esté beneficiando de ese buen desempeño.  

¿A qué atribuye esta situación? 

La primera es que la inflación todavía está alta. La inflación puede importar más que la buena actividad. O simplemente la polarización que se refleja en las encuestas, hace que muchos votantes hayan tomado su decisión, independientemente de cómo ha estado la economía.  

No voy a pronosticar las elecciones. Pero hoy están muy reñidas, y según donde se realice la encuesta, la situación es pareja. La carrera presidencial tiene una inclinación hacia Trump. Pero en las elecciones de Senado, las encuestas muestran una preferencia más por los candidatos demócratas.  

Entonces, posiblemente las encuestas sugieren que la preferencia puede caer para cualquier lado y posiblemente la Cámara de Representantes que hoy es mayoría republicana, quede republicana, y que el Senado quede demócrata.

Eso hace que las políticas que pueda traer un presidente, independientemente de qué está pensando, sigan dependiendo de que el Congreso llegue a buen puerto.  

¿Qué se prevé que ocurra en Latinoamérica si continúa el gobierno Demócrata?  

Hay tres temas que se deben mencionar, en ese orden de importancia: el primero, y para efectos centroamericanos, la migración. El segundo es el comercio, que es muy amplio porque incluye el desempeño de EE. UU., tratados de libre comercio, cómo impacta China en la región, etc. Y tercero, la influencia política. Por ejemplo, países que tengan programas con el Fondo Monetario Internacional, que necesiten inversión extranjera, etc. 

Este es un gobierno que ha tenido una forma de atender los temas migratorios de la región buscando incentivos para limitar la migración. Es decir, crear las condiciones para que el migrante no quiera migrar, tratar de promover el crecimiento, mejorar los programas sociales. Guatemala, por ejemplo, ha tenido asistencia directa de EE. UU. en este sentido.  

El approach de este gobierno ha sido tratar de generar las condiciones internas para que el migrante quiera quedarse. Evidentemente la migración ha sido fuerte y eso no ha funcionado tanto. 

La administración de Biden firmó una nueva directriz donde personas que no entren legalmente a EE. UU. no pueden pedir asilo. Es más una política de los últimos meses que quedan de la elección y de su administración. Está pasando de buscar condiciones para no migrar a limitar en la frontera, que es algo que se parecería más a Trump.

Es como esperar más que esta administración, en ese aspecto, que intente generar un poco más de ayudas que de bloquear fuertemente. 

El segundo tema de comercio es un poco más similar entre los dos. Tanto Trump en su primera elección, como Biden en este periodo, han sido restrictivos del comercio con China. Eso ha permitido que Centroamérica, algunos países del caribe y México, se beneficien de traer esta producción industrial que hacían los chinos, para acá. Ese es el concepto de nearshoring. En México se discute mucho, en Costa Rica se sienten las cifras, pero en el resto de la región aún no se ha beneficiado. 

Seguir promoviendo comercio con vecinos cercanos es algo que debemos esperar. De pronto un poco más activamente bajo Biden, pero posiblemente bienvenido por Trump. 

El tercero, EE. UU. tiene una influencia importante en esos entes multilaterales. Ahí depende del gobierno de cada país y la cercanía que tenga, quién sea el presidente, tendrá mejores discusiones con esas entidades. 

¿Qué se prevé que ocurra en Latinoamérica si los republicanos ganan? 

En el tema migratorio, mano fuerte. Guatemala en su momento vio que Trump, después de tener un impacto fuerte en México, pasó a Guatemala pidiendo ser un país donde recibía migrantes que llegaban a la frontera y los devolvían acá. Ese tipo de políticas son un poco más notorias y ruidosas. Esto podría ser más probable en una administración republicana.

Por el lado de comercio, Trump es incluso más reacio al comercio con China y eso le abre un poco más de probabilidades a Centroamérica sin un apoyo directo del gobierno, pero permitiendo que se llene ese vacío. No sería tan hands on, pero en su limitante de China se abren las posibilidades para América Central. 

¿Cuánto afecta o por qué es importante la política de EE. UU. hacia la región?

En gran parte Latinoamérica tiene sus socios comerciales a nivel global. Pero de Colombia hacia el norte, EEUU es y sigue siendo el principal socio comercial. Es el preferente en tasas de interés y es la fuente de inversión más grande. Un buen desempeño económico, que en parte está asociado al gobierno de turno, directamente impacta por asociación económica. Por ejemplo, el año pasado que EE. UU. estaba creciendo, México creció muy bien. De continuar con un buen desempeño, eso impactará positivamente a la mitad de Latinoamérica. 

Hay otra mitad, que es del sur de Colombia hacia el sur, donde impacta menos. Ahí impacta más el desempeño chino o europeo. 

Y por el lado del impacto político, estamos pasando por un punto donde China se retiró un poco de su influencia en la región, mientras atendía el tema de COVID local. Pero mientras China recupera la política global, es posible que la veamos tratando de tener influencia en América Central. Depende de la administración el impacto adicional para permitir que China invierta o contrarreste sus inversiones, lo que también tiene un impacto político sobre la región.

¿Qué le conviene a Latinoamérica?

Son impactos diferentes. Es imposible saber el mix de políticas que hoy por hoy ni siquiera son claras de ninguno de los dos bandos. En general se resume así: sería mejor un gobierno de cualquiera de los dos bandos que esté dispuesto a hacer negocios con Latinoamérica, a ser un poco más involucrado directamente, y que tenga una política migratoria que permita una transición no muy de choque; que sea más manejable en el corto plazo.  

¿A qué países afecta más la política estadounidense?

El tema migratorio es el número uno, y está directamente asociado con la variable de remesas. Entonces, los migrantes de nuestra región que viven en EE. UU., y mandan dinero a su familia, generan un ingreso secundario en nuestros países. Cualquier limitante a esas remesas tendrá un impacto económico directo en nuestros países. 

Las naciones que más dependen de remesas son claramente el triángulo norte: Honduras, El Salvador y Guatemala. También, pero un poco menos, República Dominicana y Jamaica. Estos son más vulnerables a las remesas. En Colombia y México son importantes, más no determinantes. En Panamá y Costa Rica no tendría ningún impacto. 

Los países más vulnerables serían el triángulo norte, ya que hay un choque en la emigración que limita el empleo de los migrantes en EE. UU. y limita las remesas.

Por ejemplo, Trump dijo que quiere poner un impuesto a la salida de remesas. Eso sería algo fuertísimo porque limitaría un ingreso importante para nuestros países. No creo que pase, pero es un ejemplo de algo que podría ser un choque directo por un tema migratorio, que es una política que jugará un rol importante en las elecciones. 

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