Política
Política
Empresa
Empresa
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial
Videos
Videos

Elon Musk, ¿libertario o autoritario?

.
Rafael P. Palomo
28 de febrero, 2025

Elon Musk regresó la libertad de expresión al internet. Su revolución de la plataforma X fue crucial incluso para la elección de Donald Trump en 2024.  

  • Mientras que, en un inicio, se posicionó como un héroe de la libertad, sus posturas dentro del círculo cercano del poder mandan mensajes contradictorios.

  • Ondeando la bandera de la libertad y la responsabilidad fiscal, Musk encabeza una entidad gubernamental que parece estarse convirtiendo en un mecanismo de depuración política.

    SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE POLÍTICA
  • Sobre todo, opera bajo secretismo, poca rendición de cuentas y por encima del marco constitucional de EE. UU.  

Entre líneas. Trump es el mismo que en 2016; lo que ha cambiado es su círculo cercano. Silicon Valley pasó de ser un epicentro de resistencia a una élite dócil al presidente; una buena señal, en principio. Figuras como Mark Zuckerberg y Jeff Bezos han besado el anillo de Trump, pero ninguno ha obtenido su favor como Elon Musk.  

  • El sudafricano-americano fue un financista y activista más durante la campaña, ganándole la confianza del presidente, quien lo designó como encargado del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés).

  • A pesar de su nombre, DOGE no forma parte de la cartera de departamentos ejecutivos; es una comisión asesora “temporal”, creada mediante una orden ejecutiva, sin pasar por el Congreso.

  • Pese a ello, el DOGE está ejecutando funciones propias de un departamento, sin ninguna supervisión como las que la Constitución establece. 

Sí, pero. Musk se considera a sí mismo libertario y “anarcocapitalista light”. Algunas de sus acciones dentro de la Administración Trump son coherentes con ello, como la idea del DOGE que, en sí, es una adaptación del programa de Milei en Argentina. No obstante, el DOGE se está instrumentalizando de manera poco transparente, sentando un precedente peligroso.  

  • Aparte de atribuirse facultades que no le corresponden constitucionalmente —como amenazar con despidos a empleados federales si no le rinden cuentas—, para Musk prevalece la agenda política por encima de la reducción del gasto público.

  • La mayoría de los esfuerzos del DOGE están enfocados en disolver agencias como USAID, debido al carácter ideológico de sus programas, más no por un criterio de eficiencia. En 2024, por ejemplo, USAID acaparó un 0.3 % del presupuesto de EE. UU.

  • El Seguro Social, Medicare y Medicaid por sí solos representan un 50.3 % del presupuesto federal, pero —a diferencia de USAID— no están, por el momento, en la mira del DOGE. 

Visto y no visto. Más preocupantes aún son algunas posturas de uno de los hombres más cercanos al líder del mundo libre. En su cuenta de X, Elon Musk ha señalado la ruta autocrática de Bukele como “la única manera de salvar la democracia” en EE. UU.  

  • El comentario hace referencia a destituir a los jueces que suponen un contrapeso al presidente —así como lo hizo Bukele en 2021—, para debilitar la separación de poderes.

  • También ha hecho referencia a que los magistrados deben responder a la voluntad popular y que se debe someter a juicio político a aquellos que no la cumplan.

  • Estas ideas erosionan la institucionalidad republicana que por más de 248 años han caracterizado a EE. UU.; ideas propias de regímenes populistas, como el caso de México y Bolivia.  

En el radar. La oposición a Trump suele ser alarmista con el republicano. El episodio del 6 de enero ha hecho que sus detractores le tilden de autoritario, a pesar de no haber políticas concretas que justifiquen dicha narrativa. En el caso de Musk, parece ser lo contrario.  

  • Mientras que, desde el discurso y la práctica privada —como su gestión empresarial— es fiel a sus principios, en el ámbito político existen contradicciones peligrosas para el republicanismo estadounidense.

  • EE. UU. ha sostenido su hegemonía no solo desde su potencia económica y militar, sino también, por la superioridad moral y política de su sistema constitucional.

  • Perseguir fines justos, a través de medios que erosionan la institucionalidad republicana, es un camino peligroso para el futuro de EE. UU.  

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE POLÍTICA

Elon Musk, ¿libertario o autoritario?

.
Rafael P. Palomo
28 de febrero, 2025

Elon Musk regresó la libertad de expresión al internet. Su revolución de la plataforma X fue crucial incluso para la elección de Donald Trump en 2024.  

  • Mientras que, en un inicio, se posicionó como un héroe de la libertad, sus posturas dentro del círculo cercano del poder mandan mensajes contradictorios.

  • Ondeando la bandera de la libertad y la responsabilidad fiscal, Musk encabeza una entidad gubernamental que parece estarse convirtiendo en un mecanismo de depuración política.

    SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE POLÍTICA
  • Sobre todo, opera bajo secretismo, poca rendición de cuentas y por encima del marco constitucional de EE. UU.  

Entre líneas. Trump es el mismo que en 2016; lo que ha cambiado es su círculo cercano. Silicon Valley pasó de ser un epicentro de resistencia a una élite dócil al presidente; una buena señal, en principio. Figuras como Mark Zuckerberg y Jeff Bezos han besado el anillo de Trump, pero ninguno ha obtenido su favor como Elon Musk.  

  • El sudafricano-americano fue un financista y activista más durante la campaña, ganándole la confianza del presidente, quien lo designó como encargado del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés).

  • A pesar de su nombre, DOGE no forma parte de la cartera de departamentos ejecutivos; es una comisión asesora “temporal”, creada mediante una orden ejecutiva, sin pasar por el Congreso.

  • Pese a ello, el DOGE está ejecutando funciones propias de un departamento, sin ninguna supervisión como las que la Constitución establece. 

Sí, pero. Musk se considera a sí mismo libertario y “anarcocapitalista light”. Algunas de sus acciones dentro de la Administración Trump son coherentes con ello, como la idea del DOGE que, en sí, es una adaptación del programa de Milei en Argentina. No obstante, el DOGE se está instrumentalizando de manera poco transparente, sentando un precedente peligroso.  

  • Aparte de atribuirse facultades que no le corresponden constitucionalmente —como amenazar con despidos a empleados federales si no le rinden cuentas—, para Musk prevalece la agenda política por encima de la reducción del gasto público.

  • La mayoría de los esfuerzos del DOGE están enfocados en disolver agencias como USAID, debido al carácter ideológico de sus programas, más no por un criterio de eficiencia. En 2024, por ejemplo, USAID acaparó un 0.3 % del presupuesto de EE. UU.

  • El Seguro Social, Medicare y Medicaid por sí solos representan un 50.3 % del presupuesto federal, pero —a diferencia de USAID— no están, por el momento, en la mira del DOGE. 

Visto y no visto. Más preocupantes aún son algunas posturas de uno de los hombres más cercanos al líder del mundo libre. En su cuenta de X, Elon Musk ha señalado la ruta autocrática de Bukele como “la única manera de salvar la democracia” en EE. UU.  

  • El comentario hace referencia a destituir a los jueces que suponen un contrapeso al presidente —así como lo hizo Bukele en 2021—, para debilitar la separación de poderes.

  • También ha hecho referencia a que los magistrados deben responder a la voluntad popular y que se debe someter a juicio político a aquellos que no la cumplan.

  • Estas ideas erosionan la institucionalidad republicana que por más de 248 años han caracterizado a EE. UU.; ideas propias de regímenes populistas, como el caso de México y Bolivia.  

En el radar. La oposición a Trump suele ser alarmista con el republicano. El episodio del 6 de enero ha hecho que sus detractores le tilden de autoritario, a pesar de no haber políticas concretas que justifiquen dicha narrativa. En el caso de Musk, parece ser lo contrario.  

  • Mientras que, desde el discurso y la práctica privada —como su gestión empresarial— es fiel a sus principios, en el ámbito político existen contradicciones peligrosas para el republicanismo estadounidense.

  • EE. UU. ha sostenido su hegemonía no solo desde su potencia económica y militar, sino también, por la superioridad moral y política de su sistema constitucional.

  • Perseguir fines justos, a través de medios que erosionan la institucionalidad republicana, es un camino peligroso para el futuro de EE. UU.  

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?