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Elecciones en Estados Unidos: ¿qué podemos esperar?

Foto: USA Today
Rafael P. Palomo
05 de noviembre, 2024

Llegó el día de las elecciones presidenciales en EE. UU., con la expectativa de los comicios más cerrados de la historia del país; las encuestas esperan un panorama, incluso, más ajustado que en las elecciones del 2000 entre Al Gore y George Bush. A pesar de ser considerado el país con la democracia más avanzada del mundo, tras cerrar los centros de votación, el proceso estará plagado de incertidumbre, cuestionamientos y controversias.  

EE. UU. no es una democracia normal. De hecho, su constitución no la define como tal. EE. UU. se reconoce a sí mismo como una república, donde la democracia es solamente uno de los muchos ingredientes que la constituyen. Un sistema republicano defiende sus instituciones —estipuladas en su constitución—, por encima de la democracia. La república está por encima de la voluntad de la mayoría de los ciudadanos, algo que una democracia pura desestima; y, en este caso, el gobierno se compone de la unión de varios estados dentro de esa república.  

La defensa de los intereses de los estados es una de las instituciones vitales del sistema estadounidense, lo que se consigue parcialmente a través de su sistema electoral. EE. UU. no es como Guatemala o ningún otro país en América, ya que el candidato que más votos obtiene no necesariamente gana la presidencia. El ganador de las elecciones se define por el candidato que obtiene más votos electorales.  

Pero, ¿qué es el Colegio Electoral?

El colegio electoral es un sistema de elección indirecta, en el que un grupo de personas —los delegados— tienen la responsabilidad de elegir a un ganador para la presidencia. Los ciudadanos votan, pero no eligen directamente al presidente; en su lugar, eligen a los miembros del colegio electoral, quienes luego votan para determinar al ganador.  

El número de delegados por cada estado depende de la cantidad de habitantes de este. De manera que, entre más poblado el estado, mayor el número de votos electorales que recibe. El candidato que gana la mayoría más uno en un estado se lleva el total de votos designados. Solamente Nebraska y Maine reparten sus votos proporcionalmente entre el ganador del estado y los ganadores en sus distritos congresuales.  

El nuevo presidente es el primero en obtener la mayoría simple de votos electorales: 270. Con 43 de 50 de los estados ya definidos para uno u otro partido, los 74 votos de los siete estados en disputa son los que tardarán en decidirse. Esos 7 estados restantes son lo que conocemos como estados bisagra —o estados pendulares—. Esos estados indecisos se sitúan, en su mayoría, a favor de Trump; sin embargo, todas las encuestas se encuentran en el margen de error. En el caso de Pensilvania, el que más votos electorales tiene, la diferencia es de 0.3 % a favor del expresidente.  

No se pueden esperar resultados finales esta misma noche. Pensilvania podría definirse por alrededor de 20 000 votos solamente. Este escenario activaría un recuento automático. El conteo será largo; hoy podremos esperar resultados definitivos para 43 estados, más no en los siete que definirán la presidencia. El sistema es complejo, pero protege los intereses de los estados más pequeños, evitando una tiranía de la mayoría, pero abriendo las puertas al caos e incertidumbre que, seguramente, viviremos hoy.

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Elecciones en Estados Unidos: ¿qué podemos esperar?

Foto: USA Today
Rafael P. Palomo
05 de noviembre, 2024

Llegó el día de las elecciones presidenciales en EE. UU., con la expectativa de los comicios más cerrados de la historia del país; las encuestas esperan un panorama, incluso, más ajustado que en las elecciones del 2000 entre Al Gore y George Bush. A pesar de ser considerado el país con la democracia más avanzada del mundo, tras cerrar los centros de votación, el proceso estará plagado de incertidumbre, cuestionamientos y controversias.  

EE. UU. no es una democracia normal. De hecho, su constitución no la define como tal. EE. UU. se reconoce a sí mismo como una república, donde la democracia es solamente uno de los muchos ingredientes que la constituyen. Un sistema republicano defiende sus instituciones —estipuladas en su constitución—, por encima de la democracia. La república está por encima de la voluntad de la mayoría de los ciudadanos, algo que una democracia pura desestima; y, en este caso, el gobierno se compone de la unión de varios estados dentro de esa república.  

La defensa de los intereses de los estados es una de las instituciones vitales del sistema estadounidense, lo que se consigue parcialmente a través de su sistema electoral. EE. UU. no es como Guatemala o ningún otro país en América, ya que el candidato que más votos obtiene no necesariamente gana la presidencia. El ganador de las elecciones se define por el candidato que obtiene más votos electorales.  

Pero, ¿qué es el Colegio Electoral?

El colegio electoral es un sistema de elección indirecta, en el que un grupo de personas —los delegados— tienen la responsabilidad de elegir a un ganador para la presidencia. Los ciudadanos votan, pero no eligen directamente al presidente; en su lugar, eligen a los miembros del colegio electoral, quienes luego votan para determinar al ganador.  

El número de delegados por cada estado depende de la cantidad de habitantes de este. De manera que, entre más poblado el estado, mayor el número de votos electorales que recibe. El candidato que gana la mayoría más uno en un estado se lleva el total de votos designados. Solamente Nebraska y Maine reparten sus votos proporcionalmente entre el ganador del estado y los ganadores en sus distritos congresuales.  

El nuevo presidente es el primero en obtener la mayoría simple de votos electorales: 270. Con 43 de 50 de los estados ya definidos para uno u otro partido, los 74 votos de los siete estados en disputa son los que tardarán en decidirse. Esos 7 estados restantes son lo que conocemos como estados bisagra —o estados pendulares—. Esos estados indecisos se sitúan, en su mayoría, a favor de Trump; sin embargo, todas las encuestas se encuentran en el margen de error. En el caso de Pensilvania, el que más votos electorales tiene, la diferencia es de 0.3 % a favor del expresidente.  

No se pueden esperar resultados finales esta misma noche. Pensilvania podría definirse por alrededor de 20 000 votos solamente. Este escenario activaría un recuento automático. El conteo será largo; hoy podremos esperar resultados definitivos para 43 estados, más no en los siete que definirán la presidencia. El sistema es complejo, pero protege los intereses de los estados más pequeños, evitando una tiranía de la mayoría, pero abriendo las puertas al caos e incertidumbre que, seguramente, viviremos hoy.

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