La reciente licitación PET-3-2025, destinada a expandir la infraestructura de transmisión eléctrica en Guatemala, ha culminado en un rotundo fracaso —aunque las autoridades lo nieguen— que sorprende a pocos en el subsector. Confirmado por Luis Ortiz, presidente de la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE), el Instituto Nacional de Electrificación (INDE) fue el único oferente, a pesar de que dos entidades privadas adquirieron las bases.
Este desenlace no es un accidente, sino el resultado directo de un diseño defectuoso de los tramos ofertados, que priorizó zonas rurales de baja demanda en detrimento de líneas de transmisión más robustas y atractivas para la inversión privada.
De los cuatro lotes licitados, tres se enfocaron en regiones orientadas al plan de electrificación rural, como Petén, Alta Verapaz y Quetzaltenango, con énfasis en subestaciones y líneas que, aunque necesarias para el acceso universal, ofrecen poco retorno económico. Solo uno generó interés privado inicialmente, pero ni siquiera eso se concretó debido a garantías inadecuadas y temas técnicos. ¿Por qué esta miopía? La culpa recae absolutamente en las autoridades del Ministerio de Energía y Minas (MEM), quienes parecen haber aplicado un criterio “ideológico” en el diseño, favoreciendo una agenda estatista que margina al sector privado. En lugar de fomentar competencia y eficiencia, optaron por un enfoque que huele a intervencionismo, ignorando que la transmisión de alto volumen es lo que atrae capital privado, capaz de inyectar innovación y reducir costos a largo plazo.
Antes del evento, varios agentes del subsector advirtieron sobre estos defectos. Pidieron modificaciones para hacer la licitación más atractiva: ajustes en los lotes para incluir rutas con mayor flujo de energía, mejores condiciones de garantía y alineación con la PEG-5, la gran licitación de generación. Pero el MEM hizo oídos sordos, aferrándose a un plan rígido que no iba de la mano con las necesidades reales del mercado. Aunque las autoridades rechazan calificar esto como fracaso, argumentando que es un “reinicio” y que hay otras obras en marcha. Sin embargo, esta defensa suena hueca: en un país con más de diez empresas especializadas en infraestructura eléctrica, el desinterés masivo evidencia un error sistémico.
Hoy, el INDE asume el monopolio de estas obras —14 subestaciones y más de 500km de líneas—, pero las consecuencias se sentirán en unos pocos años. Sin inversión privada, los costos de construcción y mantenimiento se inflarán, traduciéndose en tarifas eléctricas más altas para los consumidores. La falta de visión de unas autoridades obtusas no solo frena inversiones —que desde 2010 suman USD 1500M gracias al dinamismo privado—, sino que perpetúa ineficiencias, conflictos sociales y retrasos en derechos de vía. Es hora de que el MEM abandone ideologías y priorice pragmatismo: lancen la PET-4 con reformas reales, o condenen a Guatemala a un sistema eléctrico caro y obsoleto. El futuro energético no puede depender de caprichos estatales; exige colaboración y visión.
La reciente licitación PET-3-2025, destinada a expandir la infraestructura de transmisión eléctrica en Guatemala, ha culminado en un rotundo fracaso —aunque las autoridades lo nieguen— que sorprende a pocos en el subsector. Confirmado por Luis Ortiz, presidente de la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE), el Instituto Nacional de Electrificación (INDE) fue el único oferente, a pesar de que dos entidades privadas adquirieron las bases.
Este desenlace no es un accidente, sino el resultado directo de un diseño defectuoso de los tramos ofertados, que priorizó zonas rurales de baja demanda en detrimento de líneas de transmisión más robustas y atractivas para la inversión privada.
De los cuatro lotes licitados, tres se enfocaron en regiones orientadas al plan de electrificación rural, como Petén, Alta Verapaz y Quetzaltenango, con énfasis en subestaciones y líneas que, aunque necesarias para el acceso universal, ofrecen poco retorno económico. Solo uno generó interés privado inicialmente, pero ni siquiera eso se concretó debido a garantías inadecuadas y temas técnicos. ¿Por qué esta miopía? La culpa recae absolutamente en las autoridades del Ministerio de Energía y Minas (MEM), quienes parecen haber aplicado un criterio “ideológico” en el diseño, favoreciendo una agenda estatista que margina al sector privado. En lugar de fomentar competencia y eficiencia, optaron por un enfoque que huele a intervencionismo, ignorando que la transmisión de alto volumen es lo que atrae capital privado, capaz de inyectar innovación y reducir costos a largo plazo.
Antes del evento, varios agentes del subsector advirtieron sobre estos defectos. Pidieron modificaciones para hacer la licitación más atractiva: ajustes en los lotes para incluir rutas con mayor flujo de energía, mejores condiciones de garantía y alineación con la PEG-5, la gran licitación de generación. Pero el MEM hizo oídos sordos, aferrándose a un plan rígido que no iba de la mano con las necesidades reales del mercado. Aunque las autoridades rechazan calificar esto como fracaso, argumentando que es un “reinicio” y que hay otras obras en marcha. Sin embargo, esta defensa suena hueca: en un país con más de diez empresas especializadas en infraestructura eléctrica, el desinterés masivo evidencia un error sistémico.
Hoy, el INDE asume el monopolio de estas obras —14 subestaciones y más de 500km de líneas—, pero las consecuencias se sentirán en unos pocos años. Sin inversión privada, los costos de construcción y mantenimiento se inflarán, traduciéndose en tarifas eléctricas más altas para los consumidores. La falta de visión de unas autoridades obtusas no solo frena inversiones —que desde 2010 suman USD 1500M gracias al dinamismo privado—, sino que perpetúa ineficiencias, conflictos sociales y retrasos en derechos de vía. Es hora de que el MEM abandone ideologías y priorice pragmatismo: lancen la PET-4 con reformas reales, o condenen a Guatemala a un sistema eléctrico caro y obsoleto. El futuro energético no puede depender de caprichos estatales; exige colaboración y visión.