En Guatemala, mayoritariamente conservadora, surge una creciente preocupación por el respaldo financiero extranjero para promover temas controversiales.
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La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha establecido alianzas con activistas locales –transexuales–, facilitando que organizaciones realicen cambios de sexo en el país.
En perspectiva. La Asociación Lambda, una organización activista guatemalteca que defiende los derechos del colectivo “LGBT” ha recibido una cuantiosa donación de USD 1 999 990 de USAID. Esta inversión tiene como objetivo promover relaciones lideradas por personas de “género diverso” a través de la prestación de servicios de “atención médica de género” y la promoción de oportunidades económicas.
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USAID inició un programa de cambio de sexo en abril de este año que tiene prevista su continuación hasta 2027, según los registros oficiales. El propósito es capacitar a las organizaciones locales para que ofrezcan atención sanitaria que afirme la identidad de género, mejorando la calidad y accesibilidad a los servicios y ofrezcan oportunidades de empoderamiento económico.
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La estrategia política impulsada por la administración Biden-Harris incluye el financiamiento de USAID para implementar procedimientos médicos, como cirugía de cambio de sexo y tratamientos hormonales irreversibles.
Por qué importa. Estas políticas, llamadas “atención a la afirmación de género”, ha causado controversia en los Estados Unidos y en otros lugares y se consideran como un intento de imponer agenda progresista en países con sistemas legales distintos.
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En Guatemala, estos proyectos se están desarrollando bajo la influencia de organizaciones que apoyan dicha agenda progresista.
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El actual Gobierno, que adopta políticas de izquierda, promueve el desarrollo de estas agendas, que amenazan las costumbres y valores tradicionales del país.
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Durante las elecciones de 2023, la Asociación Lambda, intensificó su activismo promoviendo derechos LGBT mediante sus redes sociales. Además, se llevó a cabo desfiles de orgullo y eventos como el Día de la Visibilidad Trans.
En el radar. La administración demócrata ha intensificado su agenda por los derechos LGBT a nivel global lo que requiere la participación de USAID.
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En 2021, Biden emitió un memorado que instruía a las agencias federales a desarrollar estrategias para promover los derechos de las personas LGBT tanto dentro como fuera de los Estados Unidos.
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De acuerdo con un vocero del Departamento de Estado, “[…] es esencial que Estados Unidos lidere la lucha por los derechos humanos, ya que esta propuesta refleja los principios fundamentales del país”. En un informe de 2022, el investigador Simon Hankinson, de la Fundación Heritage, advierte que las políticas estadounidenses deberían ser más cautelosas al intentar influir en naciones con culturas conservadoras.
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Hankinson señala que incluso en los casos de consenso en Estados Unidos, es crucial mantener la compostura para evitar reacciones negativas que pueden ser interpretadas como un acto de “colonialismo cultural”.
Qué destacar. La Asociación Lambda cuenta con el respaldo de la Fundación Interamericana (IAF), una agencia estadounidense que ha invertido USD 181 160 en un proyecto dirigido a la comunidad transmasculina en Guatemala, con el objetivo de mejorar el acceso a la educación, combatir la violencia de género y fomentar los derechos humanos.
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Aunque estas iniciativas se presentan como esfuerzos para aumentar la inclusión social y económica, también son vistas como una extensión de las políticas progresistas extranjeras en Guatemala.
En conclusión. Gran parte de la agenda de género en Guatemala está siendo financiada y dirigida por actores extranjeros, particularmente por Estados Unidos a través de agencias como USAID. Aunque se argumenta que estas iniciativas buscan el progreso y la inclusión, está claro que están moldeando las políticas y prioridades locales de acuerdo con intereses foráneos.
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Este tipo de financiamiento pone en duda hasta qué punto Guatemala está tomando sus propias decisiones, o si, en cambio, está cediendo a las presiones externas; acompañadas de grandes sumas de dinero, claro está.
En Guatemala, mayoritariamente conservadora, surge una creciente preocupación por el respaldo financiero extranjero para promover temas controversiales.
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La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha establecido alianzas con activistas locales –transexuales–, facilitando que organizaciones realicen cambios de sexo en el país.
En perspectiva. La Asociación Lambda, una organización activista guatemalteca que defiende los derechos del colectivo “LGBT” ha recibido una cuantiosa donación de USD 1 999 990 de USAID. Esta inversión tiene como objetivo promover relaciones lideradas por personas de “género diverso” a través de la prestación de servicios de “atención médica de género” y la promoción de oportunidades económicas.
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USAID inició un programa de cambio de sexo en abril de este año que tiene prevista su continuación hasta 2027, según los registros oficiales. El propósito es capacitar a las organizaciones locales para que ofrezcan atención sanitaria que afirme la identidad de género, mejorando la calidad y accesibilidad a los servicios y ofrezcan oportunidades de empoderamiento económico.
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La estrategia política impulsada por la administración Biden-Harris incluye el financiamiento de USAID para implementar procedimientos médicos, como cirugía de cambio de sexo y tratamientos hormonales irreversibles.
Por qué importa. Estas políticas, llamadas “atención a la afirmación de género”, ha causado controversia en los Estados Unidos y en otros lugares y se consideran como un intento de imponer agenda progresista en países con sistemas legales distintos.
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En Guatemala, estos proyectos se están desarrollando bajo la influencia de organizaciones que apoyan dicha agenda progresista.
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El actual Gobierno, que adopta políticas de izquierda, promueve el desarrollo de estas agendas, que amenazan las costumbres y valores tradicionales del país.
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Durante las elecciones de 2023, la Asociación Lambda, intensificó su activismo promoviendo derechos LGBT mediante sus redes sociales. Además, se llevó a cabo desfiles de orgullo y eventos como el Día de la Visibilidad Trans.
En el radar. La administración demócrata ha intensificado su agenda por los derechos LGBT a nivel global lo que requiere la participación de USAID.
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En 2021, Biden emitió un memorado que instruía a las agencias federales a desarrollar estrategias para promover los derechos de las personas LGBT tanto dentro como fuera de los Estados Unidos.
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De acuerdo con un vocero del Departamento de Estado, “[…] es esencial que Estados Unidos lidere la lucha por los derechos humanos, ya que esta propuesta refleja los principios fundamentales del país”. En un informe de 2022, el investigador Simon Hankinson, de la Fundación Heritage, advierte que las políticas estadounidenses deberían ser más cautelosas al intentar influir en naciones con culturas conservadoras.
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Hankinson señala que incluso en los casos de consenso en Estados Unidos, es crucial mantener la compostura para evitar reacciones negativas que pueden ser interpretadas como un acto de “colonialismo cultural”.
Qué destacar. La Asociación Lambda cuenta con el respaldo de la Fundación Interamericana (IAF), una agencia estadounidense que ha invertido USD 181 160 en un proyecto dirigido a la comunidad transmasculina en Guatemala, con el objetivo de mejorar el acceso a la educación, combatir la violencia de género y fomentar los derechos humanos.
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Aunque estas iniciativas se presentan como esfuerzos para aumentar la inclusión social y económica, también son vistas como una extensión de las políticas progresistas extranjeras en Guatemala.
En conclusión. Gran parte de la agenda de género en Guatemala está siendo financiada y dirigida por actores extranjeros, particularmente por Estados Unidos a través de agencias como USAID. Aunque se argumenta que estas iniciativas buscan el progreso y la inclusión, está claro que están moldeando las políticas y prioridades locales de acuerdo con intereses foráneos.
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Este tipo de financiamiento pone en duda hasta qué punto Guatemala está tomando sus propias decisiones, o si, en cambio, está cediendo a las presiones externas; acompañadas de grandes sumas de dinero, claro está.