El fallo en el sistema de luces de la pista del Aeropuerto Internacional La Aurora (AILA) el sábado por la noche, obligó a suspender vuelos nocturnos y dejó en evidencia la debacle de la infraestructura aeroportuaria.
Aunque el Gobierno asegura que el problema se resolvió en 24 horas, las fallas recurrentes en el aeropuerto generan incertidumbre —y enojo— entre viajeros, y afectan la imagen del país.
Según la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), el apagón se debió a las condiciones climáticas, y que se actuó de inmediato para resolverlo. Sin embargo, las autoridades reconocieron que todavía se están evaluando diagnósticos para determinar la causa principal.
El viceministro de Transportes, Fernando Suriano, explicó que los protocolos de seguridad fueron activados y que el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) coordinó la respuesta.
Durante las inspecciones, se hallaron cables quemados y se concluyó que el sistema eléctrico requiere una renovación completa para evitar futuros incidentes.
No obstante, señaló que el aeropuerto enfrenta retos técnicos significativos, “las bases del sistema de iluminación están completamente inundadas”. Además, recordó que el área más antigua del aeropuerto carece de drenaje.
La DGAC informó que cada aerolínea respondió a sus pasajeros de manera independiente. Algunas, ofrecieron hospedaje y alimentación, mientras que otras, se limitaron a brindar agua y asistencia básica.
El impacto fue considerable: 23 vuelos afectados entre la madrugada del sábado y domingo (3 sin poder despegar, 7 desviados y 13 cancelados). El domingo, Avianca reorientó 3 vuelos, y United Airlines canceló otros 3.
Según la Asociación Guatemalteca de Líneas Aéreas, el apagón y las demoras afectaron a 2329 pasajeros en vuelos del sábado por el fallo en la iluminación y del domingo por los retrasos. Sumado a esto, una aerolínea estadounidense reportó, 2988 pasajeros afectados en sus vuelos.
Las quejas de los ciudadanos no tardaron en aparecer. “Años de abandono y falta de mantenimiento en ese aeropuerto ‘internacional’, somos una vergüenza a nivel mundial”, expresó un usuario en redes sociales. Otro, calificó la gestión como “ineficiencia absoluta”.
El problema se resolvió técnicamente, pero ¿cuánto más puede soportar el AILA antes de un colapso total?
Mientras tanto, la agenda presidencial sigue en pausa, ya que el presidente Bernardo Arévalo continúa su gira por el lejano oriente.
El fallo en el sistema de luces de la pista del Aeropuerto Internacional La Aurora (AILA) el sábado por la noche, obligó a suspender vuelos nocturnos y dejó en evidencia la debacle de la infraestructura aeroportuaria.
Aunque el Gobierno asegura que el problema se resolvió en 24 horas, las fallas recurrentes en el aeropuerto generan incertidumbre —y enojo— entre viajeros, y afectan la imagen del país.
Según la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), el apagón se debió a las condiciones climáticas, y que se actuó de inmediato para resolverlo. Sin embargo, las autoridades reconocieron que todavía se están evaluando diagnósticos para determinar la causa principal.
El viceministro de Transportes, Fernando Suriano, explicó que los protocolos de seguridad fueron activados y que el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) coordinó la respuesta.
Durante las inspecciones, se hallaron cables quemados y se concluyó que el sistema eléctrico requiere una renovación completa para evitar futuros incidentes.
No obstante, señaló que el aeropuerto enfrenta retos técnicos significativos, “las bases del sistema de iluminación están completamente inundadas”. Además, recordó que el área más antigua del aeropuerto carece de drenaje.
La DGAC informó que cada aerolínea respondió a sus pasajeros de manera independiente. Algunas, ofrecieron hospedaje y alimentación, mientras que otras, se limitaron a brindar agua y asistencia básica.
El impacto fue considerable: 23 vuelos afectados entre la madrugada del sábado y domingo (3 sin poder despegar, 7 desviados y 13 cancelados). El domingo, Avianca reorientó 3 vuelos, y United Airlines canceló otros 3.
Según la Asociación Guatemalteca de Líneas Aéreas, el apagón y las demoras afectaron a 2329 pasajeros en vuelos del sábado por el fallo en la iluminación y del domingo por los retrasos. Sumado a esto, una aerolínea estadounidense reportó, 2988 pasajeros afectados en sus vuelos.
Las quejas de los ciudadanos no tardaron en aparecer. “Años de abandono y falta de mantenimiento en ese aeropuerto ‘internacional’, somos una vergüenza a nivel mundial”, expresó un usuario en redes sociales. Otro, calificó la gestión como “ineficiencia absoluta”.
El problema se resolvió técnicamente, pero ¿cuánto más puede soportar el AILA antes de un colapso total?
Mientras tanto, la agenda presidencial sigue en pausa, ya que el presidente Bernardo Arévalo continúa su gira por el lejano oriente.