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¿Repetirá Miami los errores de Nueva York? El “runoff” tendrá la última palabra.

Foto: Pamela Borrero
Por: Vianca Rodriguez
17 de noviembre, 2025

De trece candidatos a la alcaldía, la contienda ahora se reduce a dos: Eileen Higgins, ex-comisionada del Condado de Miami-Dade y demócrata registrada, y Emilio González, ex-administrador de la Ciudad de Miami y republicano. Higgins cuenta con el apoyo de varios demócratas prominentes, mientras que González tiene el respaldo del gobernador Ron DeSantis, del senador Rick Scott y de otras figuras republicanas de alto perfil. Miami no vivía una elección tan intensa ni tan cargada desde el 2001, la última vez que una carrera por la alcaldía fue a segunda vuelta. Ese mismo año, el país sufrió los ataques terroristas más devastadores en su historia. Algunos dirán que ambos eventos no tienen relación. Pero sí la tienen – y aquí explico por qué.

Si los votantes de Nueva York pudieron olvidar los ataques terroristas del 11 de septiembre en menos de 25 años y elegir a un alcalde abiertamente socialista que rechaza los valores tradicionales de este país, entonces Miami, una ciudad llena de recién llegados y una comunidad inmigrante diversa, tampoco es inmune a esa amnesia. Varias encuestas muestran que la base electoral de Mamdani en NYC está compuesta mayormente por personas que llevan menos de diez años viviendo allí. Miami vive un fenómeno similar con la llegada constante de personas de estados liberales y del extranjero. Como dice el refrán: “Quien no conoce a su historia está condenado a repetirla.” Y es difícil conocer la historia de una nación, mucho más la de una ciudad, si no has vivido lo suficiente en ella.

Un Momento Decisivo para la Libertad y el Crecimiento

Los miamenses tienen ahora una decisión real frente a ellos. Pueden proteger la ciudad y blindarla de las mismas tácticas socialistas que han vaciado y arruinado tantas ciudades en Estados Unidos(y a otros países), o pueden mirar hacia otro lado y permitir que Miami termine en la lista negra junto a Nueva York. A menos de cuatro semanas de la segunda vuelta, los votantes aún pueden elegir al candidato que defenderá los intereses de los residentes, devolverá la estabilidad y evitará que Miami se convierta en un experimento más de políticas suaves contra el crimen y actores internacionales peligrosos. Ese candidato es Emilio González.

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Miami está en un punto crítico. Puede mantener su impulso como refugio para quienes huyen del socialismo y el comunismo, fortalecer su crecimiento como centro tecnológico internacional y preservar un clima favorable hacia los empresarios y comerciantes. O puede poner en riesgo ese progreso permitiendo que el ala socialista del Partido Demócrata gane terreno, desconectando a Miami de una relación efectiva con Tallahassee y la ciudad de Washington. El reto mayor es la participación electoral. Cuando no hay candidatos presidenciales en la papeleta, y cuando Trump no está para movilizar a la base, la participación republicana cae drásticamente. De 174,462 votantes elegibles, solo 37,808 participaron en la primera ronda. Una cifra bajísima para una ciudad de tanta importancia y relevancia nacional.

Un Historial de Liderazgo vs. un Historial de Mala Administración

Miami necesita a alguien con “mano dura” – alguien que realmente haya manejado los problemas que afectan a los residentes. González tiene la experiencia más completa: servicio federal, liderazgo militar como coronel retirado del Ejército de EE.UU., experiencia como administrador de la Ciudad de Miami (City Manager) y un entendimiento sólido del sector privado. Él sabe manejar sistemas complejos y responder a múltiples crisis.

Mientras tanto, ¿qué propone Eileen Higgins? Una página web de última hora con colores llamativos, una sonrisa y “good vibes”. Espera que los votantes ignoren su historial débil, a pesar de haber abandonado su silla en la comisión del condado a última hora para evitar que los residentes pudieran elegir democráticamente a su reemplazo.

Higgins ha empujado consistentemente intereses demócratas y cuenta con el apoyo de la congresista Frederica Wilson y de la alcaldesa Daniella Levine Cava – la misma alcaldesa que preside el peor desastre fiscal del condado en años, con un déficit de $402 millones y recortes severos a organizaciones comunitarias. Higgins votó por ese presupuesto. Apoyó aumentos de impuestos. Contribuyó directamente al problema. Su discurso sobre “combatir la corrupción” suena más a proyección que a un compromiso real. También votó para eliminar el Citizens’ Independent Transportation Trust, debilitando la supervisión financiera y exponiendo a los contribuyentes a más despilfarro.

Durante el debate más reciente, Eileen Higgins dijo que no cooperaría con la administración del Presidente Trump para remover de Miami a delincuentes peligrosos como violadores, criminales violentos y narcotraficantes que puedan calificar para ser deportados. Para muchos, eso abre la puerta a que la ciudad se convierta en refugio para personas que representan una amenaza directa. Emilio González, por el contrario, ha dejado claro que protegerá a los residentes y que no permitirá que políticas débiles en seguridad pongan a Miami en riesgo.

Su historial en vivienda es igual de preocupante. Presume haber “creado” 7,000 unidades de vivienda asequible, pero Miami sigue siendo una de las ciudades menos asequibles del país. El condado enfrenta un déficit de más de 90,000 unidades. Las familias no pueden comprar casa ni pagar alquiler. Proyectos subsidiados por el gobierno han quedado abandonados o mal administrados. Y el mismo sistema de permisos que ahora promete arreglar es el que ella no logró reformar durante su tiempo en como comisionada del condado.

Para Quién Es Realmente Esta Ciudad

Que Higgins esté desesperada por agradar a los recién llegados lo dice todo. Está apostando a votantes que no han vivido aquí lo suficiente para entender quién creó los problemas de Miami y quien los sigue empeorando. Su campaña no está hecha para los miamenses. Está hecha para los recién llegados de enclaves liberales que ellos mismos ayudaron a deteriorar.

González, por el contrario, está luchando por quienes sí han vivido la evolución de Miami – por quienes levantaron esta ciudad con esfuerzo y sacrificio.

Eileen es para los recién llegados. Emilio es para Miami – y para Estados Unidos– primero.

Si Gana Higgins

Una administración de Higgins probablemente empujaría a Miami hacia la izquierda en temas de vivienda, seguridad y cargas impositivas. La ciudad enfrentaría choques constantes con Tallahassee, más reglas disfrazadas de “reformas” y una crisis de asequibilidad aún peor. Miami podría acercarse peligrosamente a los mismos fracasos progresistas que hundieron a Nueva York, Los Ángeles y San Francisco.

Si Gana González

Una administración de González mantendría un ambiente pro-crecimiento económico, reforzaría la seguridad pública, estabilizaría las finanzas, agilizaría los procesos de permisos y sugiere eliminar los impuestos a la propiedad. En otras palabras, permitiría que Miami siga avanzando.

La Pregunta Final

El futuro de Miami, especialmente para su comunidad hispana, depende de la participación electoral. Si los republicanos y los residentes de larga trayectoria se movilizan, Emilio González puede ganar. Si no, la ciudad corre el riesgo de un giro político que podría deshacer décadas de progreso arduamente logrado. Nueva York ya sirve como advertencia. El futuro de Miami depende de una sola decisión: ¿defenderá la comunidad hispana la ciudad que ayudó a reconstruir, o permitirá que se convierta en el mismo experimento fallido del que una vez huyeron?

¿Repetirá Miami los errores de Nueva York? El “runoff” tendrá la última palabra.

Foto: Pamela Borrero
Por: Vianca Rodriguez
17 de noviembre, 2025

De trece candidatos a la alcaldía, la contienda ahora se reduce a dos: Eileen Higgins, ex-comisionada del Condado de Miami-Dade y demócrata registrada, y Emilio González, ex-administrador de la Ciudad de Miami y republicano. Higgins cuenta con el apoyo de varios demócratas prominentes, mientras que González tiene el respaldo del gobernador Ron DeSantis, del senador Rick Scott y de otras figuras republicanas de alto perfil. Miami no vivía una elección tan intensa ni tan cargada desde el 2001, la última vez que una carrera por la alcaldía fue a segunda vuelta. Ese mismo año, el país sufrió los ataques terroristas más devastadores en su historia. Algunos dirán que ambos eventos no tienen relación. Pero sí la tienen – y aquí explico por qué.

Si los votantes de Nueva York pudieron olvidar los ataques terroristas del 11 de septiembre en menos de 25 años y elegir a un alcalde abiertamente socialista que rechaza los valores tradicionales de este país, entonces Miami, una ciudad llena de recién llegados y una comunidad inmigrante diversa, tampoco es inmune a esa amnesia. Varias encuestas muestran que la base electoral de Mamdani en NYC está compuesta mayormente por personas que llevan menos de diez años viviendo allí. Miami vive un fenómeno similar con la llegada constante de personas de estados liberales y del extranjero. Como dice el refrán: “Quien no conoce a su historia está condenado a repetirla.” Y es difícil conocer la historia de una nación, mucho más la de una ciudad, si no has vivido lo suficiente en ella.

Un Momento Decisivo para la Libertad y el Crecimiento

Los miamenses tienen ahora una decisión real frente a ellos. Pueden proteger la ciudad y blindarla de las mismas tácticas socialistas que han vaciado y arruinado tantas ciudades en Estados Unidos(y a otros países), o pueden mirar hacia otro lado y permitir que Miami termine en la lista negra junto a Nueva York. A menos de cuatro semanas de la segunda vuelta, los votantes aún pueden elegir al candidato que defenderá los intereses de los residentes, devolverá la estabilidad y evitará que Miami se convierta en un experimento más de políticas suaves contra el crimen y actores internacionales peligrosos. Ese candidato es Emilio González.

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Miami está en un punto crítico. Puede mantener su impulso como refugio para quienes huyen del socialismo y el comunismo, fortalecer su crecimiento como centro tecnológico internacional y preservar un clima favorable hacia los empresarios y comerciantes. O puede poner en riesgo ese progreso permitiendo que el ala socialista del Partido Demócrata gane terreno, desconectando a Miami de una relación efectiva con Tallahassee y la ciudad de Washington. El reto mayor es la participación electoral. Cuando no hay candidatos presidenciales en la papeleta, y cuando Trump no está para movilizar a la base, la participación republicana cae drásticamente. De 174,462 votantes elegibles, solo 37,808 participaron en la primera ronda. Una cifra bajísima para una ciudad de tanta importancia y relevancia nacional.

Un Historial de Liderazgo vs. un Historial de Mala Administración

Miami necesita a alguien con “mano dura” – alguien que realmente haya manejado los problemas que afectan a los residentes. González tiene la experiencia más completa: servicio federal, liderazgo militar como coronel retirado del Ejército de EE.UU., experiencia como administrador de la Ciudad de Miami (City Manager) y un entendimiento sólido del sector privado. Él sabe manejar sistemas complejos y responder a múltiples crisis.

Mientras tanto, ¿qué propone Eileen Higgins? Una página web de última hora con colores llamativos, una sonrisa y “good vibes”. Espera que los votantes ignoren su historial débil, a pesar de haber abandonado su silla en la comisión del condado a última hora para evitar que los residentes pudieran elegir democráticamente a su reemplazo.

Higgins ha empujado consistentemente intereses demócratas y cuenta con el apoyo de la congresista Frederica Wilson y de la alcaldesa Daniella Levine Cava – la misma alcaldesa que preside el peor desastre fiscal del condado en años, con un déficit de $402 millones y recortes severos a organizaciones comunitarias. Higgins votó por ese presupuesto. Apoyó aumentos de impuestos. Contribuyó directamente al problema. Su discurso sobre “combatir la corrupción” suena más a proyección que a un compromiso real. También votó para eliminar el Citizens’ Independent Transportation Trust, debilitando la supervisión financiera y exponiendo a los contribuyentes a más despilfarro.

Durante el debate más reciente, Eileen Higgins dijo que no cooperaría con la administración del Presidente Trump para remover de Miami a delincuentes peligrosos como violadores, criminales violentos y narcotraficantes que puedan calificar para ser deportados. Para muchos, eso abre la puerta a que la ciudad se convierta en refugio para personas que representan una amenaza directa. Emilio González, por el contrario, ha dejado claro que protegerá a los residentes y que no permitirá que políticas débiles en seguridad pongan a Miami en riesgo.

Su historial en vivienda es igual de preocupante. Presume haber “creado” 7,000 unidades de vivienda asequible, pero Miami sigue siendo una de las ciudades menos asequibles del país. El condado enfrenta un déficit de más de 90,000 unidades. Las familias no pueden comprar casa ni pagar alquiler. Proyectos subsidiados por el gobierno han quedado abandonados o mal administrados. Y el mismo sistema de permisos que ahora promete arreglar es el que ella no logró reformar durante su tiempo en como comisionada del condado.

Para Quién Es Realmente Esta Ciudad

Que Higgins esté desesperada por agradar a los recién llegados lo dice todo. Está apostando a votantes que no han vivido aquí lo suficiente para entender quién creó los problemas de Miami y quien los sigue empeorando. Su campaña no está hecha para los miamenses. Está hecha para los recién llegados de enclaves liberales que ellos mismos ayudaron a deteriorar.

González, por el contrario, está luchando por quienes sí han vivido la evolución de Miami – por quienes levantaron esta ciudad con esfuerzo y sacrificio.

Eileen es para los recién llegados. Emilio es para Miami – y para Estados Unidos– primero.

Si Gana Higgins

Una administración de Higgins probablemente empujaría a Miami hacia la izquierda en temas de vivienda, seguridad y cargas impositivas. La ciudad enfrentaría choques constantes con Tallahassee, más reglas disfrazadas de “reformas” y una crisis de asequibilidad aún peor. Miami podría acercarse peligrosamente a los mismos fracasos progresistas que hundieron a Nueva York, Los Ángeles y San Francisco.

Si Gana González

Una administración de González mantendría un ambiente pro-crecimiento económico, reforzaría la seguridad pública, estabilizaría las finanzas, agilizaría los procesos de permisos y sugiere eliminar los impuestos a la propiedad. En otras palabras, permitiría que Miami siga avanzando.

La Pregunta Final

El futuro de Miami, especialmente para su comunidad hispana, depende de la participación electoral. Si los republicanos y los residentes de larga trayectoria se movilizan, Emilio González puede ganar. Si no, la ciudad corre el riesgo de un giro político que podría deshacer décadas de progreso arduamente logrado. Nueva York ya sirve como advertencia. El futuro de Miami depende de una sola decisión: ¿defenderá la comunidad hispana la ciudad que ayudó a reconstruir, o permitirá que se convierta en el mismo experimento fallido del que una vez huyeron?

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