Argentina pisa el acelerador: cómo Milei llevó al país a su mayor alivio fiscal en 18 años mientras cocina un boom económico
Argentina está viviendo un giro económico que hace apenas unos años habría parecido improbable. En un país golpeado por décadas de gasto descontrolado, inflación crónica y presión impositiva asfixiante, los nuevos datos publicados por el gobierno muestran un escenario que rompe con esa inercia histórica: el Estado recauda menos que en 2023, gasta con mayor disciplina y comienza a reducir una deuda pública que llevaba años creciendo sin freno.
Uno de los cambios más llamativos es la presión fiscal. Tras un largo periodo en el que los impuestos aumentaban o se mantenían en niveles elevados —con un pico del 31% del PIB en 2015 y un promedio cercano al 30% entre 2021 y 2023—, Argentina logró bajarlos al 26% entre 2024 y 2025, la cifra más baja desde 2007. En un país donde cada crisis se respondía con más impuestos, este retroceso supone un vuelco cultural y económico.
La mejora coincide con una etapa de mayor estabilidad macroeconómica. El empleo creció en 650.000 personas, con un fuerte impulso al trabajo autónomo, mientras la economía informal —que representaba el 41% de los puestos laborales en 2023— comienza lentamente a ceder terreno a medida que se recupera la actividad.
Un alivio fiscal sin endeudamiento: el giro inesperado
Desde el Ministerio de Economía, Luis Caputo anunció que la reducción de impuestos no se tradujo en más deuda, lo que representa un hecho inusual en la historia reciente del país. Por seis meses consecutivos, los pasivos del Estado se redujeron en términos netos. Millones de dólares fueron recortados del balance del Tesoro, del Banco Central y de otros organismos públicos.
A este proceso se suma la estrategia de recompra de bonos lanzada en octubre, mediante la cual el Tesoro moviliza 20.000 millones de dólares para adquirir títulos con fuertes descuentos en el mercado secundario. Se trata de una operación diseñada para reducir aún más la carga financiera del Estado: pagar ahora, renegociar después y beneficiarse de un costo de capital más bajo.
Un mercado financiero más estable y un riesgo país que se desploma
El riesgo país —termómetro de la percepción internacional— también refleja el cambio de rumbo. De los casi 2.300 puntos registrados tras la elección presidencial de 2023, el índice cayó al entorno de 600-650 puntos. Esta mejora facilita la refinanciación de deuda y reduce la presión sobre el sector privado, que ahora opera con un horizonte menos incierto.
Inflación a la baja y recuperación del poder adquisitivo
La inflación, que durante años se caracterizó por tasas mensuales de dos dígitos, ha experimentado una desaceleración notable en 2025. El Índice de Precios al Consumidor (IPC), que al inicio del actual ciclo superaba el 20% mensual, se ha estabilizado en torno al 2% mensual —con el último dato oficial de octubre en 2,3% y estimaciones para noviembre en 2,7%—, lo que representa una caída aproximada del 90%. En términos anuales, la reducción es aún más drástica: del 289% en diciembre de 2024 a un acumulado del 24,8% hasta octubre de 2025, con proyecciones que apuntan a un cierre del año por debajo del 30%. Para un país habituado a padecer el "impuesto silencioso" de la inflación crónica, este alivio se traduce en una mejora tangible del poder adquisitivo y en un cambio concreto en la vida cotidiana de millones de argentinos.
Energía, pobreza y alquileres: señales complementarias de recuperación
La transformación no es solo macroeconómica. En el terreno energético, YPF alcanzó los 200.000 barriles diarios, un crecimiento del 82% en apenas dos años y el mejor registro nacional en más de dos décadas. En materia social, la pobreza infantil pasó del 48% al 31% desde abril de 2024, una caída de 17 puntos que coincide con la estabilización económica.
El mercado de alquileres también dio un vuelco luego de eliminarse los controles de precios. Los precios bajaron un 34% y la oferta se disparó: contratos antes informales salieron a la luz y la disponibilidad de viviendas aumentó hasta un 450%.
¿El inicio de un nuevo ciclo para Argentina?
Los nuevos datos dibujan un país distinto al de 2023: menos impuestos, menos deuda, menos inflación, más empleo, más energía y más oferta de vivienda. Argentina parece empezar a abandonar la lógica del “más Estado, menos mercado” que definió su trayectoria reciente.
Aún es temprano para hablar de un cambio estructural irreversible. Pero por primera vez en muchos años, los números sugieren que el país del Cono Sur está dejando atrás el virus socialista que destruyó su economía.
Argentina pisa el acelerador: cómo Milei llevó al país a su mayor alivio fiscal en 18 años mientras cocina un boom económico
Argentina está viviendo un giro económico que hace apenas unos años habría parecido improbable. En un país golpeado por décadas de gasto descontrolado, inflación crónica y presión impositiva asfixiante, los nuevos datos publicados por el gobierno muestran un escenario que rompe con esa inercia histórica: el Estado recauda menos que en 2023, gasta con mayor disciplina y comienza a reducir una deuda pública que llevaba años creciendo sin freno.
Uno de los cambios más llamativos es la presión fiscal. Tras un largo periodo en el que los impuestos aumentaban o se mantenían en niveles elevados —con un pico del 31% del PIB en 2015 y un promedio cercano al 30% entre 2021 y 2023—, Argentina logró bajarlos al 26% entre 2024 y 2025, la cifra más baja desde 2007. En un país donde cada crisis se respondía con más impuestos, este retroceso supone un vuelco cultural y económico.
La mejora coincide con una etapa de mayor estabilidad macroeconómica. El empleo creció en 650.000 personas, con un fuerte impulso al trabajo autónomo, mientras la economía informal —que representaba el 41% de los puestos laborales en 2023— comienza lentamente a ceder terreno a medida que se recupera la actividad.
Un alivio fiscal sin endeudamiento: el giro inesperado
Desde el Ministerio de Economía, Luis Caputo anunció que la reducción de impuestos no se tradujo en más deuda, lo que representa un hecho inusual en la historia reciente del país. Por seis meses consecutivos, los pasivos del Estado se redujeron en términos netos. Millones de dólares fueron recortados del balance del Tesoro, del Banco Central y de otros organismos públicos.
A este proceso se suma la estrategia de recompra de bonos lanzada en octubre, mediante la cual el Tesoro moviliza 20.000 millones de dólares para adquirir títulos con fuertes descuentos en el mercado secundario. Se trata de una operación diseñada para reducir aún más la carga financiera del Estado: pagar ahora, renegociar después y beneficiarse de un costo de capital más bajo.
Un mercado financiero más estable y un riesgo país que se desploma
El riesgo país —termómetro de la percepción internacional— también refleja el cambio de rumbo. De los casi 2.300 puntos registrados tras la elección presidencial de 2023, el índice cayó al entorno de 600-650 puntos. Esta mejora facilita la refinanciación de deuda y reduce la presión sobre el sector privado, que ahora opera con un horizonte menos incierto.
Inflación a la baja y recuperación del poder adquisitivo
La inflación, que durante años se caracterizó por tasas mensuales de dos dígitos, ha experimentado una desaceleración notable en 2025. El Índice de Precios al Consumidor (IPC), que al inicio del actual ciclo superaba el 20% mensual, se ha estabilizado en torno al 2% mensual —con el último dato oficial de octubre en 2,3% y estimaciones para noviembre en 2,7%—, lo que representa una caída aproximada del 90%. En términos anuales, la reducción es aún más drástica: del 289% en diciembre de 2024 a un acumulado del 24,8% hasta octubre de 2025, con proyecciones que apuntan a un cierre del año por debajo del 30%. Para un país habituado a padecer el "impuesto silencioso" de la inflación crónica, este alivio se traduce en una mejora tangible del poder adquisitivo y en un cambio concreto en la vida cotidiana de millones de argentinos.
Energía, pobreza y alquileres: señales complementarias de recuperación
La transformación no es solo macroeconómica. En el terreno energético, YPF alcanzó los 200.000 barriles diarios, un crecimiento del 82% en apenas dos años y el mejor registro nacional en más de dos décadas. En materia social, la pobreza infantil pasó del 48% al 31% desde abril de 2024, una caída de 17 puntos que coincide con la estabilización económica.
El mercado de alquileres también dio un vuelco luego de eliminarse los controles de precios. Los precios bajaron un 34% y la oferta se disparó: contratos antes informales salieron a la luz y la disponibilidad de viviendas aumentó hasta un 450%.
¿El inicio de un nuevo ciclo para Argentina?
Los nuevos datos dibujan un país distinto al de 2023: menos impuestos, menos deuda, menos inflación, más empleo, más energía y más oferta de vivienda. Argentina parece empezar a abandonar la lógica del “más Estado, menos mercado” que definió su trayectoria reciente.
Aún es temprano para hablar de un cambio estructural irreversible. Pero por primera vez en muchos años, los números sugieren que el país del Cono Sur está dejando atrás el virus socialista que destruyó su economía.
EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: