Múltiples locales y puestos del centro histórico de Ciudad de México han reabierto al público a pesar de las restricciones impuestas por las autoridades.
Las calles del casco histórico capitalino, que hace algunas semanas estaban prácticamente desiertas, hoy parece que no padezcan una pandemia que se ha llevado la vida de más de 14 mil mexicanos.
“Es por la crisis económica. Las autoridades cierran pero la gente no es de muchos recursos, van al día para sacar para sus gastos, medicinas… para comer. La gente no aguanta más esto de la pandemia. Tenemos que salir a buscar qué comer”, explicó Gabriel Sánchez, propietario de una pequeña tienda de artículos de limpieza del centro histórico.
Y Don Gaby (nombre también del comercio) tuvo la suerte de que, por vender productos indispensables como lejía, jabones y desinfectantes, no ha tenido que cerrar su tienda pero sí ha vivido las semanas en las que las calles estaban vacías mientras él y el resto de comerciantes del barrio esperaban a que llegasen clientes.
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En México, la abundancia de trabajo informal, que representa más del 50% del empleo, hace que la gente necesite trabajar para poder cubrir sus necesidades básicas y las de su familia.
Y tras más de dos meses de suspensión de actividades no esenciales, muchos salen de nuevo a la calle a emplearse para poder subsistir.
Ciudad de México, que es foco rojo del país con más de 31 mil casos y tres mil 800 muertos, continúa a principios de junio en semáforo de color rojo, lo que impide que no se permiten las actividades económicas más allá de las esenciales.
Hace dos semanas, la jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, apuntó que Ciudad de México seguiría en color rojo al menos hasta el 15 de junio, pero adelantó que en junio ya se podan reactivar otras actividades esenciales como la minería, la construcción, la producción de cerveza o la fabricación de equipo de transporte.
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