Los centroamericanos residentes en Estados Unidos que dependen de la figura del Estatus de Protección Temporal (TPS) han encendido todas las alarmas, pues recientemente, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), recomendó formalmente que el TPS para los haitianos sea eliminado lo más pronto posible.
Aunque esta decisión no es contra los salvadoreños, hondureños y nicaragüenses que gozan de este privilegio, las organizaciones a favor de los migrantes temen que el Departamento de Estado anule también este beneficio a países que se encuentran en mejores condiciones económicas y sociales que Haití.
Según Abel Nuñez, salvadoreño director del Central American Resource Center (Carecen), la comunidad centroamericana en Estados Unidos teme que lo que pase con Haití se convierta en un precedente para que los TPS de países como El Salvador ya no sean renovados.
“Si se lo quitan a Haití, ¿por qué no se lo quitarán a otros países que económicamente están mejor? En el memorando se dice que ya se ha recobrado lo suficiente después del terremoto de 2010”, indicó el activista, según agencias internacionales.
La crisis terminó de asentarse, cuando la embajadora de los Estados Unidos en el Salvador, Jean Manes, dijo a medios locales el pasado domingo, que “la primera palabra del TPS es temporal”, aunque no afirmó o negó el futuro del TPS para los salvadoreños.
Organizaciones pro migrantes en Estados Unidos, se encuentran realizando campañas de información a las comunidades de estos tres países.
¿Cómo afecta a Guatemala?
Aunque los guatemaltecos no cuentan con este beneficio, Walter Batres, presidente de la Red migrante Guatemalteca con sede en Los Ángeles, aseguró que esto puede elevar la tensión entre los centroamericanos y elevar el número de operativos migratorios.
“Esta situación puede concluir en un aumento en los operativos migratorios en todo Estados Unidos y perjudicar enormemente a los guatemaltecos pues en general, por las condiciones y el idioma, los centroamericanos vivimos en lugares en común”, enfatizó Batres.
Otro de los problemas es la poca capacidad de los gobiernos del Istmo para brindar oportunidades a los migrantes que gozan de la medida. “Guatemala podría tener una ola de migrantes sin precedentes en los próximos años”, subrayó.
Se estima que existen un promedio de 80 mil salvadoreños, 40 mil hondureños y 20 mil nicaragüenses, gozan de la medida.
Los centroamericanos residentes en Estados Unidos que dependen de la figura del Estatus de Protección Temporal (TPS) han encendido todas las alarmas, pues recientemente, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), recomendó formalmente que el TPS para los haitianos sea eliminado lo más pronto posible.
Aunque esta decisión no es contra los salvadoreños, hondureños y nicaragüenses que gozan de este privilegio, las organizaciones a favor de los migrantes temen que el Departamento de Estado anule también este beneficio a países que se encuentran en mejores condiciones económicas y sociales que Haití.
Según Abel Nuñez, salvadoreño director del Central American Resource Center (Carecen), la comunidad centroamericana en Estados Unidos teme que lo que pase con Haití se convierta en un precedente para que los TPS de países como El Salvador ya no sean renovados.
“Si se lo quitan a Haití, ¿por qué no se lo quitarán a otros países que económicamente están mejor? En el memorando se dice que ya se ha recobrado lo suficiente después del terremoto de 2010”, indicó el activista, según agencias internacionales.
La crisis terminó de asentarse, cuando la embajadora de los Estados Unidos en el Salvador, Jean Manes, dijo a medios locales el pasado domingo, que “la primera palabra del TPS es temporal”, aunque no afirmó o negó el futuro del TPS para los salvadoreños.
Organizaciones pro migrantes en Estados Unidos, se encuentran realizando campañas de información a las comunidades de estos tres países.
¿Cómo afecta a Guatemala?
Aunque los guatemaltecos no cuentan con este beneficio, Walter Batres, presidente de la Red migrante Guatemalteca con sede en Los Ángeles, aseguró que esto puede elevar la tensión entre los centroamericanos y elevar el número de operativos migratorios.
“Esta situación puede concluir en un aumento en los operativos migratorios en todo Estados Unidos y perjudicar enormemente a los guatemaltecos pues en general, por las condiciones y el idioma, los centroamericanos vivimos en lugares en común”, enfatizó Batres.
Otro de los problemas es la poca capacidad de los gobiernos del Istmo para brindar oportunidades a los migrantes que gozan de la medida. “Guatemala podría tener una ola de migrantes sin precedentes en los próximos años”, subrayó.
Se estima que existen un promedio de 80 mil salvadoreños, 40 mil hondureños y 20 mil nicaragüenses, gozan de la medida.