El arquitecto, Rudy Manuel Pineda, describe un centro histórico deteriorado pero sostenido por trazado y proporciones. Afirma que la ciudad no es museo y que responde al mercado.
Propone una “armadura” peatonal que conecte parques, ordene espacio público-privado y active comercio. Prioriza iluminación homogénea, fachadas activas, vivienda mixta y estacionamiento barrial.
¿Cuál es su diagnóstico actual del Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala en morfología, tipologías edificatorias y estado de conservación?
— Deplorable. El CHG se ha mantenido vivo por su morfología urbana. Su diseño urbano tradicional ha logrado sostener una dinámica de comercio lo suficientemente fuerte cómo para evitar el abandono de la tierra a pesar de la poca libertad que existe en ella.
Previo a la categoría de “Centro Histórico” (1989) las tipologías edificatorias surgían de manera precisa para satisfacer las demandas de la sociedad (mercado). Podíamos ver variedad de edificios con variedad de usos que permitían resolver problemas funcionales de las demandas del espacio. Ejemplo de ello es la torre de estacionamientos que está en la esquina de la 5a Avenida y la 11 Calle (1975). Un edificio que surge para satisfacer la necesidad de parqueos del sector concebido como un modelo de Valet Parking (por ello los tubos de bomberos y el elevador en banda). No solo ya no se tiene ese tipo de libertad para innovar en la arquitectura, sino que también se prohíbe la continuidad de las innovaciones pasadas (por criterio de la DCH no permiten construir estilos “históricos”), dando como resultados cajas sin vida cómo los recientes proyectos de MUVIS que se han construido en la zona.
Sin libertad no hay comercio, no hay capital, no hay inversión. Y sin inversión que permita utilidades crecientes no habrá dinero para la conservación y el mantenimiento de las estructuras arquitectónicas. Conservar edificios históricos no debe ser entendido cómo volver la ciudad un museo, las ciudades no son museos, las ciudades son artefactos humanos en constante cambio que requieren dejarse ordenar por las demandas de la sociedad.
¿Dónde observa los vacíos urbanos críticos y qué usos se han perdido o multado?
— En la infraestructura urbana. Tenemos una ausencia de espacio urbano amplio. Veamos la ausencia de visión cívica, y no por los políticos famosos, sino por los burócratas perennes con visiones socialistoides. El buscar que la ciudad sea un museo, que no se permita la destrucción creativa, les ha llevado a destruir el espacio público. Cómo lo que está ocurriendo en la 18 calle por ejemplo.
Lo que antes era una calle amplia que permitía un uso peatonal refrescante, ahora se ha vuelto un mercado desordenado que se está institucionalizando a través de galeras.
Esto no solo destruye los intereses comerciales, sino la calidad de vida de las personas que pululan el espacio urbano. El diseño urbano y las decisiones políticas que le dan forma no deberían estar basadas en tratar al transeúnte como ganado.
Es esta ausencia de visión cívica lo que previene la producción de oferta inmobiliaria útil, tanto para vivienda como para comercio. Así como también previene la construcción de infraestructura pública decente.
¿Qué lecciones dejó la peatonalización y activación del Paseo de la Sexta para escalar a otras calles y ejes?
— Quizá la principal lección sería el buscar replicar la peatonalización. No cómo se planificó en un inicio, que era en base al plan de movilidad del Transmetro. Sino en base a una “Armadura” (Armature) que permita una conectividad local peatonal entre los diferentes parques, plazas e hitos del plan urbano original.
¿Que funcionó? Ordenar el espacio según lo público y lo privado. Relegar el comercio al espacio privado y la movilidad y el estar a lo público. En otras palabras, liberar la calle de los puestos de comercio informal.
¿Que no funcionó? El haber querido que el Transmetro usara esa calle. En sus inicios el planificador de la sexta avenida pretendía hacer pasar al Transmetro sobre esa calle. De ahí que en el diseño permanecieran las aceras enfrente de los edificios. Una mejor propuesta hubiera sido tener una calle sin aceras completamente dedicada al peatón.
¿Qué mix de vivienda considera viable en casonas y lotes vacantes?
— Todo tipo de vivienda. Depende del mercado. Los valores arquitectónicos se tiene que ver alterados. Ya sea para mal, en donde la destrucción creativa tomaría cartas en el asunto. O para bien, en donde no solo se satisfarían las demandas espaciales de la sociedad sino la estética resultante aportaría al bienestar de la Ciudad.
Claro, debido a la academia modernista existe el miedo de perder ese tipo de arquitectura. Pero la arquitectura no se preserva con edificios comatosos, la arquitectura se preserva aplicando el conocimiento tradicional a los nuevos edificios.
Además, dado el interés público por los edificios antiguos ¿que evita que surjan modelos de negocio en donde sea rentable preservar la distribución espacial interna de la estructuras históricas? Pregunta capciosa, la DCH.
Ahora bien, podemos también hablar de la conservación del conocimiento arquitectónico. En donde se busca guardar un registro de los cambios arquitectónicos que una estructura o un lote han tenido en el tiempo. Dicho registro permitiría alterar los edificios sin perder el “como eran” y quizás en un futuro el interés por volver a ciertos tipos de estructuras resurja y quién le vea el beneficio podría reconstruirlas.
Ciertos tipos, podrían reconstruirse. No conviene preservar estructuras inútiles y vacías a costa de una urbe que niega calidad de vida a sus ciudadanos.
No creo que valga la pena la preservación de estructuras arquitectónicas inútiles para la sociedad (estructuras que se mantienen vacías) si el precio por preservarlas es una urbe que no provee de calidad de vida a sus ciudadanos.
¿Qué diseño de iluminación, visibilidad, fachadas activas y horarios prioriza para sostener uso continuo y eventos nocturnos?
— El mejor tipo de diseño urbano para prevenir el crimen es aquel basado en una “Armadura” urbana cómo lo comenté con anterioridad. Por lo general los edificios que conforman una Armadura tienden a ser de uso comercial. Y como decía Bastiat, donde hay comercio no entran las balas.
Las calles comerciales peatonales permiten que existan “ojos en la calle” (Jane Jacobs). Lo que a la vez otorga mayor seguridad pues las calles con mayor afluencia de personas disuaden a los criminales de perpetrar fechorías.
Claro, una correcta iluminación, un buen diseño de calles, plazas y parques, y una correcta asignación de espacio público y espacio privado, permite potenciar la seguridad urbana.
Podrá sonar insignificante, pero si el cableado eléctrico se hiciera subterráneo, la seguridad en el CHG mejoraría.
¿Qué criterios de adaptive reuse aplicaría en inmuebles emblemáticos?
— Todos. El poder estudiar a profundidad una solución que permita un proyecto exitoso tanto en sus aspectos financieros como sociales debe de ser de gran interés para cualquier profesional.
Si bien las ciudades no son museos, el valor cultural, estético y funcional de una estructura histórica no puede pasarse por alto. La arquitectura debe estar en función de la mejora continua de la calidad de vida de las personas y ello implica considerar todos los aspectos que aporten a las valoraciones individuales de los ciudadanos.
El liberar el uso de la tierra del yugo burocrático no implica una menor responsabilidad sobre quienes buscan desarrollarla. Sino todo lo contrario y dependiendo del nivel de diligencia en dicha responsabilidad dependerá el éxito o fracaso de un proyecto.
Para el CHG quizá el mas importante a tratar sea el “Physical side”, en el sentido de buscar soluciones de estacionamiento, cómo la torre que les comenté con anterioridad, para satisfacer la demanda por parqueos que nuevos proyectos tendrían. Y así desincentivar la construcción de sótanos para edificios.
Es dicha demanda por estacionamiento lo que desmotiva a un desarrollador a perseguir proyectos de conservación.
La solución de la oferta de estacionamientos debe pensarse a nivel barrial y no solo del lote.
¿Cómo curaría un clúster cultural-gastronómico que distribuya flujos más allá de la Sexta Avenida para activar calles secundarias?
— Mas allá de un clúster cultural-gastronómico, estas serían las calles que usaría para empezar a diseñar una “Armadura” peatonal que permita activar otros barrios del CHG:
Una “Armadura” bien diseñada conecta calles (recorridos) con plazas y parques (destinos) y utiliza los edificios cívicos (iglesias, teatros, mercados, etc…) como remates visuales e hitos de navegación.
Usando este concepto convendría usar la sexta avenida como calle principal que posee derivaciones hacia otros espacios públicos. Cómo muestro en el diagrama, podría conectarse el Parque Central con el Parque Colón volviendo la 8va calle peatonal.
Podría la Ave. Centroamérica volverse peatonal también y conectarse con la 18 calle y la 19 calle (la famosa Litia) para lograr la movilidad deseada con la 6ta Ave.
Es importante notar que estas decisiones tendrán el mayor impacto si se analizan las tendencias comerciales actuales.
¿Cómo integrar comercio popular y ambulante con diseño y reglas claras para convivencia con residentes y turistas?
— No hace falta inventar el agua azucarada. Las tipologías urbanas para ello ya existen y han existido desde el origen de las ciudades. El tema es la falta de ordenamiento de lo público.
Para el comercio popular existen los mercados, diseminados por los barrios de la zona 1 existen muchos a los que no se les da mantenimiento ni tienen consideraciones de posibles expansiones. Además del mercado central tenemos: el mercado Cervantes, el mercado la placita, el mercado Colón, entre otros.
El problema ha sido la falta de rigor en el ordenamiento de la propiedad pública y la falta del empleo de los mecanismos adecuados. Ejemplo de ello es la plaza el Amate, en donde se usó un parque urbano para solventar un problema político. Cuando lo correcto de hacer era que la municipalidad comprara un terreno adecuado para la reubicación de dicho comercio y creara con ello un nuevo Mercado.
Para el comercio ambulante existen las plazas y los famosos “días de mercado”. Las plazas de los centros urbanos de la época de la colonia fungían como espacio para los comerciantes ambulantes en donde los puestos se retiran ese mismo día.
Una solución más moderna es lo que ocurre en el Campo de Fiori en Roma. Donde todos los días es día de mercado, sin embargo al llegar las 5 de la tarde la plaza está completamente despejada y lista para que la municipalidad limpie.
Como turista es una experiencia muy útil, se compran suveniers por la mañana y se tiene una cena decente por la tarde.
Lo mismo podría ocurrir en la 18 calle por ejemplo.
Otra solución puede darse desde lo privado, y es otra tipología que también ya existe en zona 1. Los famosos “Pasajes” como el pasaje Aycinena o el pasaje Rubio. Tipologías comerciales que permiten una conexión peatonal entre dos calles. Claro, para lograr nuevos pasajes es necesario demoler estructuras y parte de liberar esa tierra es fomentar a que este tipo de oferta pueda construirse.
¿Al rehabilitar un edificio patrimonial cuáles son sus tres primeros pasos arquitectónicos?
— 1.- Realizar un estudio de las normativas que rigen el lote: Es indispensable que quien quiera rehabilitar un edificio en el CHG conozca las reglas del juego. Y parte de las reglas del juego es entender que normas se están aplicando y que normas no. Por ejemplo, en el reglamento se indica que debe existir un retiro del edificio a partir de la primera crujía con respecto a la calle. Esa norma ya no es aplicable a pesar de estar escrita.
Para realizar dicho estudio será necesario una lectura detallada del reglamento, y una constante conversación con la dirección de Centro Histórico.
2.- Definir adecuadamente el alcance del proyecto y presentarlo a dirección de Centro Histórico. Es importante que una vez revisada la normativa se pueda tener material gráfico, un esquema de la idea a realizar para tener una base certera de que se puede y que no se puede hacer.
3.- Realizar un estudio histórico que involucre los siguientes análisis:
- Historia de la estructura, orígenes, propósito, fechas, dueños, método constructivo, entre otros.
-Levantamiento en planos de la estructura actual.
-Estudio de referentes arquitectónicos: tipologías similares a lo largo de la historia de la arquitectura, usos similares, y responder ¿cómo estos referentes solucionaron los problemas que quiero resolver? Espaciales, tectónicos y estéticos.
-Estudio de sitio: Analizar estructuras vecinas, movilidad, accesos, clima.
-Estudio de mercado: responder a ¿existe demanda para el uso que quiero desarrollar?
-Estudios solicitados por DCH.
-Croquis o Analytique de cómo la propuesta materializa la información del estudio.
¿Podría cerrar con una reflexión sobre cómo preservar la arquitectura sin paralizar la ciudad?
—La arquitectura no se preserva paralizando lo que alguien puede o no puede hacer con la estructura histórica. La arquitectura se preserva manteniendo vivas las prácticas y técnicas constructivas que permitieron la creación de la estructura en sí. Y dichas prácticas solo pueden mantenerse vivas en condiciones libres, donde la burocracia es mínima y se alienta la autonomía local. De lo contrario se restringe, en un acto incívico, la creación de riqueza monetaria, social e histórica, que los dueños de dichas estructuras podrían generar. El poder actuar sobre el patrimonio y modificarlo según las demandas de la sociedad también es hacer historia.
El arquitecto, Rudy Manuel Pineda, describe un centro histórico deteriorado pero sostenido por trazado y proporciones. Afirma que la ciudad no es museo y que responde al mercado.
Propone una “armadura” peatonal que conecte parques, ordene espacio público-privado y active comercio. Prioriza iluminación homogénea, fachadas activas, vivienda mixta y estacionamiento barrial.
¿Cuál es su diagnóstico actual del Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala en morfología, tipologías edificatorias y estado de conservación?
— Deplorable. El CHG se ha mantenido vivo por su morfología urbana. Su diseño urbano tradicional ha logrado sostener una dinámica de comercio lo suficientemente fuerte cómo para evitar el abandono de la tierra a pesar de la poca libertad que existe en ella.
Previo a la categoría de “Centro Histórico” (1989) las tipologías edificatorias surgían de manera precisa para satisfacer las demandas de la sociedad (mercado). Podíamos ver variedad de edificios con variedad de usos que permitían resolver problemas funcionales de las demandas del espacio. Ejemplo de ello es la torre de estacionamientos que está en la esquina de la 5a Avenida y la 11 Calle (1975). Un edificio que surge para satisfacer la necesidad de parqueos del sector concebido como un modelo de Valet Parking (por ello los tubos de bomberos y el elevador en banda). No solo ya no se tiene ese tipo de libertad para innovar en la arquitectura, sino que también se prohíbe la continuidad de las innovaciones pasadas (por criterio de la DCH no permiten construir estilos “históricos”), dando como resultados cajas sin vida cómo los recientes proyectos de MUVIS que se han construido en la zona.
Sin libertad no hay comercio, no hay capital, no hay inversión. Y sin inversión que permita utilidades crecientes no habrá dinero para la conservación y el mantenimiento de las estructuras arquitectónicas. Conservar edificios históricos no debe ser entendido cómo volver la ciudad un museo, las ciudades no son museos, las ciudades son artefactos humanos en constante cambio que requieren dejarse ordenar por las demandas de la sociedad.
¿Dónde observa los vacíos urbanos críticos y qué usos se han perdido o multado?
— En la infraestructura urbana. Tenemos una ausencia de espacio urbano amplio. Veamos la ausencia de visión cívica, y no por los políticos famosos, sino por los burócratas perennes con visiones socialistoides. El buscar que la ciudad sea un museo, que no se permita la destrucción creativa, les ha llevado a destruir el espacio público. Cómo lo que está ocurriendo en la 18 calle por ejemplo.
Lo que antes era una calle amplia que permitía un uso peatonal refrescante, ahora se ha vuelto un mercado desordenado que se está institucionalizando a través de galeras.
Esto no solo destruye los intereses comerciales, sino la calidad de vida de las personas que pululan el espacio urbano. El diseño urbano y las decisiones políticas que le dan forma no deberían estar basadas en tratar al transeúnte como ganado.
Es esta ausencia de visión cívica lo que previene la producción de oferta inmobiliaria útil, tanto para vivienda como para comercio. Así como también previene la construcción de infraestructura pública decente.
¿Qué lecciones dejó la peatonalización y activación del Paseo de la Sexta para escalar a otras calles y ejes?
— Quizá la principal lección sería el buscar replicar la peatonalización. No cómo se planificó en un inicio, que era en base al plan de movilidad del Transmetro. Sino en base a una “Armadura” (Armature) que permita una conectividad local peatonal entre los diferentes parques, plazas e hitos del plan urbano original.
¿Que funcionó? Ordenar el espacio según lo público y lo privado. Relegar el comercio al espacio privado y la movilidad y el estar a lo público. En otras palabras, liberar la calle de los puestos de comercio informal.
¿Que no funcionó? El haber querido que el Transmetro usara esa calle. En sus inicios el planificador de la sexta avenida pretendía hacer pasar al Transmetro sobre esa calle. De ahí que en el diseño permanecieran las aceras enfrente de los edificios. Una mejor propuesta hubiera sido tener una calle sin aceras completamente dedicada al peatón.
¿Qué mix de vivienda considera viable en casonas y lotes vacantes?
— Todo tipo de vivienda. Depende del mercado. Los valores arquitectónicos se tiene que ver alterados. Ya sea para mal, en donde la destrucción creativa tomaría cartas en el asunto. O para bien, en donde no solo se satisfarían las demandas espaciales de la sociedad sino la estética resultante aportaría al bienestar de la Ciudad.
Claro, debido a la academia modernista existe el miedo de perder ese tipo de arquitectura. Pero la arquitectura no se preserva con edificios comatosos, la arquitectura se preserva aplicando el conocimiento tradicional a los nuevos edificios.
Además, dado el interés público por los edificios antiguos ¿que evita que surjan modelos de negocio en donde sea rentable preservar la distribución espacial interna de la estructuras históricas? Pregunta capciosa, la DCH.
Ahora bien, podemos también hablar de la conservación del conocimiento arquitectónico. En donde se busca guardar un registro de los cambios arquitectónicos que una estructura o un lote han tenido en el tiempo. Dicho registro permitiría alterar los edificios sin perder el “como eran” y quizás en un futuro el interés por volver a ciertos tipos de estructuras resurja y quién le vea el beneficio podría reconstruirlas.
Ciertos tipos, podrían reconstruirse. No conviene preservar estructuras inútiles y vacías a costa de una urbe que niega calidad de vida a sus ciudadanos.
No creo que valga la pena la preservación de estructuras arquitectónicas inútiles para la sociedad (estructuras que se mantienen vacías) si el precio por preservarlas es una urbe que no provee de calidad de vida a sus ciudadanos.
¿Qué diseño de iluminación, visibilidad, fachadas activas y horarios prioriza para sostener uso continuo y eventos nocturnos?
— El mejor tipo de diseño urbano para prevenir el crimen es aquel basado en una “Armadura” urbana cómo lo comenté con anterioridad. Por lo general los edificios que conforman una Armadura tienden a ser de uso comercial. Y como decía Bastiat, donde hay comercio no entran las balas.
Las calles comerciales peatonales permiten que existan “ojos en la calle” (Jane Jacobs). Lo que a la vez otorga mayor seguridad pues las calles con mayor afluencia de personas disuaden a los criminales de perpetrar fechorías.
Claro, una correcta iluminación, un buen diseño de calles, plazas y parques, y una correcta asignación de espacio público y espacio privado, permite potenciar la seguridad urbana.
Podrá sonar insignificante, pero si el cableado eléctrico se hiciera subterráneo, la seguridad en el CHG mejoraría.
¿Qué criterios de adaptive reuse aplicaría en inmuebles emblemáticos?
— Todos. El poder estudiar a profundidad una solución que permita un proyecto exitoso tanto en sus aspectos financieros como sociales debe de ser de gran interés para cualquier profesional.
Si bien las ciudades no son museos, el valor cultural, estético y funcional de una estructura histórica no puede pasarse por alto. La arquitectura debe estar en función de la mejora continua de la calidad de vida de las personas y ello implica considerar todos los aspectos que aporten a las valoraciones individuales de los ciudadanos.
El liberar el uso de la tierra del yugo burocrático no implica una menor responsabilidad sobre quienes buscan desarrollarla. Sino todo lo contrario y dependiendo del nivel de diligencia en dicha responsabilidad dependerá el éxito o fracaso de un proyecto.
Para el CHG quizá el mas importante a tratar sea el “Physical side”, en el sentido de buscar soluciones de estacionamiento, cómo la torre que les comenté con anterioridad, para satisfacer la demanda por parqueos que nuevos proyectos tendrían. Y así desincentivar la construcción de sótanos para edificios.
Es dicha demanda por estacionamiento lo que desmotiva a un desarrollador a perseguir proyectos de conservación.
La solución de la oferta de estacionamientos debe pensarse a nivel barrial y no solo del lote.
¿Cómo curaría un clúster cultural-gastronómico que distribuya flujos más allá de la Sexta Avenida para activar calles secundarias?
— Mas allá de un clúster cultural-gastronómico, estas serían las calles que usaría para empezar a diseñar una “Armadura” peatonal que permita activar otros barrios del CHG:
Una “Armadura” bien diseñada conecta calles (recorridos) con plazas y parques (destinos) y utiliza los edificios cívicos (iglesias, teatros, mercados, etc…) como remates visuales e hitos de navegación.
Usando este concepto convendría usar la sexta avenida como calle principal que posee derivaciones hacia otros espacios públicos. Cómo muestro en el diagrama, podría conectarse el Parque Central con el Parque Colón volviendo la 8va calle peatonal.
Podría la Ave. Centroamérica volverse peatonal también y conectarse con la 18 calle y la 19 calle (la famosa Litia) para lograr la movilidad deseada con la 6ta Ave.
Es importante notar que estas decisiones tendrán el mayor impacto si se analizan las tendencias comerciales actuales.
¿Cómo integrar comercio popular y ambulante con diseño y reglas claras para convivencia con residentes y turistas?
— No hace falta inventar el agua azucarada. Las tipologías urbanas para ello ya existen y han existido desde el origen de las ciudades. El tema es la falta de ordenamiento de lo público.
Para el comercio popular existen los mercados, diseminados por los barrios de la zona 1 existen muchos a los que no se les da mantenimiento ni tienen consideraciones de posibles expansiones. Además del mercado central tenemos: el mercado Cervantes, el mercado la placita, el mercado Colón, entre otros.
El problema ha sido la falta de rigor en el ordenamiento de la propiedad pública y la falta del empleo de los mecanismos adecuados. Ejemplo de ello es la plaza el Amate, en donde se usó un parque urbano para solventar un problema político. Cuando lo correcto de hacer era que la municipalidad comprara un terreno adecuado para la reubicación de dicho comercio y creara con ello un nuevo Mercado.
Para el comercio ambulante existen las plazas y los famosos “días de mercado”. Las plazas de los centros urbanos de la época de la colonia fungían como espacio para los comerciantes ambulantes en donde los puestos se retiran ese mismo día.
Una solución más moderna es lo que ocurre en el Campo de Fiori en Roma. Donde todos los días es día de mercado, sin embargo al llegar las 5 de la tarde la plaza está completamente despejada y lista para que la municipalidad limpie.
Como turista es una experiencia muy útil, se compran suveniers por la mañana y se tiene una cena decente por la tarde.
Lo mismo podría ocurrir en la 18 calle por ejemplo.
Otra solución puede darse desde lo privado, y es otra tipología que también ya existe en zona 1. Los famosos “Pasajes” como el pasaje Aycinena o el pasaje Rubio. Tipologías comerciales que permiten una conexión peatonal entre dos calles. Claro, para lograr nuevos pasajes es necesario demoler estructuras y parte de liberar esa tierra es fomentar a que este tipo de oferta pueda construirse.
¿Al rehabilitar un edificio patrimonial cuáles son sus tres primeros pasos arquitectónicos?
— 1.- Realizar un estudio de las normativas que rigen el lote: Es indispensable que quien quiera rehabilitar un edificio en el CHG conozca las reglas del juego. Y parte de las reglas del juego es entender que normas se están aplicando y que normas no. Por ejemplo, en el reglamento se indica que debe existir un retiro del edificio a partir de la primera crujía con respecto a la calle. Esa norma ya no es aplicable a pesar de estar escrita.
Para realizar dicho estudio será necesario una lectura detallada del reglamento, y una constante conversación con la dirección de Centro Histórico.
2.- Definir adecuadamente el alcance del proyecto y presentarlo a dirección de Centro Histórico. Es importante que una vez revisada la normativa se pueda tener material gráfico, un esquema de la idea a realizar para tener una base certera de que se puede y que no se puede hacer.
3.- Realizar un estudio histórico que involucre los siguientes análisis:
- Historia de la estructura, orígenes, propósito, fechas, dueños, método constructivo, entre otros.
-Levantamiento en planos de la estructura actual.
-Estudio de referentes arquitectónicos: tipologías similares a lo largo de la historia de la arquitectura, usos similares, y responder ¿cómo estos referentes solucionaron los problemas que quiero resolver? Espaciales, tectónicos y estéticos.
-Estudio de sitio: Analizar estructuras vecinas, movilidad, accesos, clima.
-Estudio de mercado: responder a ¿existe demanda para el uso que quiero desarrollar?
-Estudios solicitados por DCH.
-Croquis o Analytique de cómo la propuesta materializa la información del estudio.
¿Podría cerrar con una reflexión sobre cómo preservar la arquitectura sin paralizar la ciudad?
—La arquitectura no se preserva paralizando lo que alguien puede o no puede hacer con la estructura histórica. La arquitectura se preserva manteniendo vivas las prácticas y técnicas constructivas que permitieron la creación de la estructura en sí. Y dichas prácticas solo pueden mantenerse vivas en condiciones libres, donde la burocracia es mínima y se alienta la autonomía local. De lo contrario se restringe, en un acto incívico, la creación de riqueza monetaria, social e histórica, que los dueños de dichas estructuras podrían generar. El poder actuar sobre el patrimonio y modificarlo según las demandas de la sociedad también es hacer historia.