Mónica Barreda descubrió en el sector inmobiliario una forma de transformar vidas, guiando a las personas en una de sus decisiones más importantes. Hace tres años decidió adquirir la franquicia de RE/MAX Legacy en Guatemala junto a su esposo. Su apuesta es construir relaciones basadas en confianza, potenciar el poder de los referidos y enfocarse en propiedades con alto valor comercial.
¿Qué estrategias utilizas para captar clientes y concretar ventas?
— Para captar clientes y lograr ventas, la estrategia que más usamos es trabajar con referidos. Hablamos con personas que ya nos conocen, porque sabemos que confían más en nosotros que en otros asesores a los que no han tratado.
Esa confianza previa nos ayuda mucho. La relación cercana permite que el proceso sea más fluido, especialmente en un mercado tan emocional como el inmobiliario.
En cambio, las pautas o publicidad pagada las usamos muy poco. Es una herramienta secundaria en nuestra estrategia comercial.
¿Cuántos años llevas en esta industria y qué experiencia ha sido la más valiosa para ti?
— Cuando empezamos, yo solo manejaba la parte de redes y mi esposo era quien vendía. Luego, cuando abrimos RE/MAX, yo seguía enfocada en la pauta, sin involucrarme directamente en las ventas.
Más adelante, cuando él dejó su trabajo y nos dedicamos de lleno a la inmobiliaria, comencé también a vender. Llevamos ya varios años en ese ritmo de trabajo conjunto.
Lo más valioso ha sido darme cuenta de que podía vender sin experiencia formal, gracias a la confianza que ya existía con muchas personas de mi entorno. Esa credibilidad fue mi punto de partida.
¿Cuál es el mercado inmobiliario que atiendes?
— Nos enfocamos principalmente en un mercado medio-alto. Las zonas donde más trabajamos son la 10, 14, 15 y 16, que es donde la mayoría de nuestros clientes busca propiedades. Nuestra especialidad son las residenciales. Es donde tenemos más movimiento.
¿Has explorado oportunidades de negocio en el interior del país o a nivel internacional?
— En el interior del país hemos trabajado poco. Nos cuesta brindar un buen servicio porque implica mucho traslado, y preferimos enfocarnos en la ciudad para asegurar una atención de calidad.
A nivel internacional, RE/MAX sí nos da esa posibilidad. Aunque no lo hacemos de forma activa, nuestras propiedades se publican en portales como Realtor en EE. UU., lo que nos genera clientes del extranjero.
Incluso ayudé a un cliente a encontrarle un apartamento a su hija en Madrid. Gracias a la red global de RE/MAX, uno puede conectar con asesores en otras partes del mundo y recibir un porcentaje por la colaboración.
¿Hay alguna anécdota de una venta que te haya marcado especialmente?
— Sí, una que recuerdo mucho fue con un amigo de mi esposo. Yo todavía no tenía mucha experiencia. Él buscaba casa y nada le convencía hasta que encontramos una que le encantó.
Salimos de la casa, que era preciosa, y él dijo que le gustaba, pero tenía muchas dudas. Yo sentí que ahí entraba mi papel como asesora, pero también como alguien que da seguridad emocional.
Le dije que hiciéramos una oferta, que no se preocupara. Estaba muy nervioso. Recuerdo que le toqué el hombro y le dije: “Todo está bien, hagamos la oferta”. Lo convencí. Al final la casa fue suya.
Esa experiencia me hizo entender que el rol de un asesor va más allá de mostrar propiedades. Se trata de conectar, acompañar y generar confianza.
Algún comentario final…
— Reitero que los referidos han sido clave en nuestro crecimiento. Este negocio gira en torno a la confianza. Mantener el contacto con los clientes permite que ellos te recomienden después.
Una venta no termina cuando se firma el contrato. Lo importante es el seguimiento. Eso hace que los clientes regresen o te refieran.
Además, les aconsejaría a los asesores que se enfoquen en vender propiedades. Buscar propiedades para alguien es más difícil. Cuando uno tiene buenas propiedades que ofrecer, el negocio fluye mejor.
Fotografías: Diego Cabrera / República
Mónica Barreda descubrió en el sector inmobiliario una forma de transformar vidas, guiando a las personas en una de sus decisiones más importantes. Hace tres años decidió adquirir la franquicia de RE/MAX Legacy en Guatemala junto a su esposo. Su apuesta es construir relaciones basadas en confianza, potenciar el poder de los referidos y enfocarse en propiedades con alto valor comercial.
¿Qué estrategias utilizas para captar clientes y concretar ventas?
— Para captar clientes y lograr ventas, la estrategia que más usamos es trabajar con referidos. Hablamos con personas que ya nos conocen, porque sabemos que confían más en nosotros que en otros asesores a los que no han tratado.
Esa confianza previa nos ayuda mucho. La relación cercana permite que el proceso sea más fluido, especialmente en un mercado tan emocional como el inmobiliario.
En cambio, las pautas o publicidad pagada las usamos muy poco. Es una herramienta secundaria en nuestra estrategia comercial.
¿Cuántos años llevas en esta industria y qué experiencia ha sido la más valiosa para ti?
— Cuando empezamos, yo solo manejaba la parte de redes y mi esposo era quien vendía. Luego, cuando abrimos RE/MAX, yo seguía enfocada en la pauta, sin involucrarme directamente en las ventas.
Más adelante, cuando él dejó su trabajo y nos dedicamos de lleno a la inmobiliaria, comencé también a vender. Llevamos ya varios años en ese ritmo de trabajo conjunto.
Lo más valioso ha sido darme cuenta de que podía vender sin experiencia formal, gracias a la confianza que ya existía con muchas personas de mi entorno. Esa credibilidad fue mi punto de partida.
¿Cuál es el mercado inmobiliario que atiendes?
— Nos enfocamos principalmente en un mercado medio-alto. Las zonas donde más trabajamos son la 10, 14, 15 y 16, que es donde la mayoría de nuestros clientes busca propiedades. Nuestra especialidad son las residenciales. Es donde tenemos más movimiento.
¿Has explorado oportunidades de negocio en el interior del país o a nivel internacional?
— En el interior del país hemos trabajado poco. Nos cuesta brindar un buen servicio porque implica mucho traslado, y preferimos enfocarnos en la ciudad para asegurar una atención de calidad.
A nivel internacional, RE/MAX sí nos da esa posibilidad. Aunque no lo hacemos de forma activa, nuestras propiedades se publican en portales como Realtor en EE. UU., lo que nos genera clientes del extranjero.
Incluso ayudé a un cliente a encontrarle un apartamento a su hija en Madrid. Gracias a la red global de RE/MAX, uno puede conectar con asesores en otras partes del mundo y recibir un porcentaje por la colaboración.
¿Hay alguna anécdota de una venta que te haya marcado especialmente?
— Sí, una que recuerdo mucho fue con un amigo de mi esposo. Yo todavía no tenía mucha experiencia. Él buscaba casa y nada le convencía hasta que encontramos una que le encantó.
Salimos de la casa, que era preciosa, y él dijo que le gustaba, pero tenía muchas dudas. Yo sentí que ahí entraba mi papel como asesora, pero también como alguien que da seguridad emocional.
Le dije que hiciéramos una oferta, que no se preocupara. Estaba muy nervioso. Recuerdo que le toqué el hombro y le dije: “Todo está bien, hagamos la oferta”. Lo convencí. Al final la casa fue suya.
Esa experiencia me hizo entender que el rol de un asesor va más allá de mostrar propiedades. Se trata de conectar, acompañar y generar confianza.
Algún comentario final…
— Reitero que los referidos han sido clave en nuestro crecimiento. Este negocio gira en torno a la confianza. Mantener el contacto con los clientes permite que ellos te recomienden después.
Una venta no termina cuando se firma el contrato. Lo importante es el seguimiento. Eso hace que los clientes regresen o te refieran.
Además, les aconsejaría a los asesores que se enfoquen en vender propiedades. Buscar propiedades para alguien es más difícil. Cuando uno tiene buenas propiedades que ofrecer, el negocio fluye mejor.
Fotografías: Diego Cabrera / República