Nací en el mundo inmobiliario y llevo más de 15 años trabajando en mercadeo inmobiliario. Hay dos cambios generacionales que he vivido de forma muy marcada en estos años:
Edificios donde, hace unos años, predominaban los apartamentos con niños y sin mascotas, hoy muestran una realidad completamente distinta: lidera el porcentaje de apartamentos con mascotas y sin niños. Sobre este tema profundizaré en una próxima oportunidad.
Un cambio en el lenguaje del mercado
En un mundo donde los hombres tomaban todas las decisiones, el mercadeo inmobiliario giraba en torno a ellos: regalos contra entrega, regalos contra firma, presentaciones de proyectos, moodboards, lanzamientos… todo el esfuerzo estaba dirigido a captar su atención. Sin embargo, hoy el protagonismo de la mujer en la decisión de compra ha evolucionado enormemente. Nuestros clientes son tanto hombres como mujeres, y nuestro lenguaje va dirigido a ambos por igual.
La mujer inversionista entra en escena
Hace diez años, cuando inicié en Idea Central, la mayoría de nuestros clientes eran inversionistas recurrentes. Recuerdo que, en ese entonces, todos eran hombres. Muy esporádicamente llegaba alguna mujer inversionista. Hoy en día, aunque los hombres siguen liderando en número, las mujeres ya representan más del 20 % de nuestra cartera.
Durante años, el sector inmobiliario operó bajo una lógica implícita: el comprador era hombre. Las campañas hablaban su idioma, los recorridos de apartamento eran para “convencer a su familia”, y las decisiones de inversión se tomaban desde un escritorio masculino. Pero esa narrativa ya no refleja la realidad. Hoy, cada vez más mujeres no solo habitan los espacios: los eligen, los financian, los proyectan y los transforman.
Invertir con propósito
La conversación ha cambiado. Las parejas que nos visitan toman la decisión juntas, y en la mayoría de los casos, ambos aportan financieramente a la inversión o al primer hogar.
También vemos muchas mujeres inversionistas, ya sea primerizas o con experiencia: emprendedoras y profesionales que toman la decisión, solas, de invertir en su futuro, en su legado y en su patrimonio.
Este cambio no es simbólico: es estructural. Más mujeres acceden a financiamiento, lideran emprendimientos, planifican a largo plazo y buscan invertir en patrimonio. Sin embargo, muchas veces se enfrentan a un mercado que aún habla desde una lógica tradicional, ofreciendo viviendas que no contemplan del todo su estilo de vida, sus horarios, sus prioridades ni sus aspiraciones.
Pensar los espacios desde una perspectiva femenina
Diseñar con perspectiva femenina no es pintar paredes de colores pastel. Es preguntarse qué tan segura se siente una mujer al caminar sola por la zona donde vive. Es cuestionar si las áreas comunes están pensadas para generar una comunidad real, si hay espacios adecuados para el emprendimiento desde casa, y si las decisiones de arquitectura y entorno favorecen la conciliación entre vida laboral, personal y familiar.
Comunicar con inteligencia y respeto
Desde el mercadeo también tenemos un reto profundo: dejar de hablarle a “la familia” como un concepto abstracto, y empezar a hablarle con respeto, claridad y profundidad a la mujer que lidera ese hogar o esa inversión. Cambiar los clichés por propuestas reales. Mostrar que entendemos su visión de vida, que respetamos su inteligencia financiera y que valoramos su voz en la toma de decisiones.
Más que un hogar: una estrategia de vida
Y es que la mujer de hoy no solo busca un hogar: busca un activo, una comunidad, un entorno que le haga sentido. Por eso, cada vez más, está invirtiendo estratégicamente en bienes raíces. No como un lujo, sino como un paso firme hacia su independencia y estabilidad futura.
Reconocer el rol protagónico que hoy tiene la mujer en el mercado inmobiliario no es solo una cuestión de justicia o equidad. Es visión. Es estrategia. Es entender que el mercado inmobiliario ha cambiado.
Idea Central comenzó como inmobiliaria desde el año 1999. Luego de unos años se fue diversificando y a partir del año 2004 comenzó a desarrollar proyectos específicos para inversionistas. Actualmente, ha desarrollado más de 20 proyectos.
El contenido en la sección de Opinión es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la postura o la línea editorial del medio.
Más allá del hogar: la mujer inversionista
Nací en el mundo inmobiliario y llevo más de 15 años trabajando en mercadeo inmobiliario. Hay dos cambios generacionales que he vivido de forma muy marcada en estos años:
Edificios donde, hace unos años, predominaban los apartamentos con niños y sin mascotas, hoy muestran una realidad completamente distinta: lidera el porcentaje de apartamentos con mascotas y sin niños. Sobre este tema profundizaré en una próxima oportunidad.
Un cambio en el lenguaje del mercado
En un mundo donde los hombres tomaban todas las decisiones, el mercadeo inmobiliario giraba en torno a ellos: regalos contra entrega, regalos contra firma, presentaciones de proyectos, moodboards, lanzamientos… todo el esfuerzo estaba dirigido a captar su atención. Sin embargo, hoy el protagonismo de la mujer en la decisión de compra ha evolucionado enormemente. Nuestros clientes son tanto hombres como mujeres, y nuestro lenguaje va dirigido a ambos por igual.
La mujer inversionista entra en escena
Hace diez años, cuando inicié en Idea Central, la mayoría de nuestros clientes eran inversionistas recurrentes. Recuerdo que, en ese entonces, todos eran hombres. Muy esporádicamente llegaba alguna mujer inversionista. Hoy en día, aunque los hombres siguen liderando en número, las mujeres ya representan más del 20 % de nuestra cartera.
Durante años, el sector inmobiliario operó bajo una lógica implícita: el comprador era hombre. Las campañas hablaban su idioma, los recorridos de apartamento eran para “convencer a su familia”, y las decisiones de inversión se tomaban desde un escritorio masculino. Pero esa narrativa ya no refleja la realidad. Hoy, cada vez más mujeres no solo habitan los espacios: los eligen, los financian, los proyectan y los transforman.
Invertir con propósito
La conversación ha cambiado. Las parejas que nos visitan toman la decisión juntas, y en la mayoría de los casos, ambos aportan financieramente a la inversión o al primer hogar.
También vemos muchas mujeres inversionistas, ya sea primerizas o con experiencia: emprendedoras y profesionales que toman la decisión, solas, de invertir en su futuro, en su legado y en su patrimonio.
Este cambio no es simbólico: es estructural. Más mujeres acceden a financiamiento, lideran emprendimientos, planifican a largo plazo y buscan invertir en patrimonio. Sin embargo, muchas veces se enfrentan a un mercado que aún habla desde una lógica tradicional, ofreciendo viviendas que no contemplan del todo su estilo de vida, sus horarios, sus prioridades ni sus aspiraciones.
Pensar los espacios desde una perspectiva femenina
Diseñar con perspectiva femenina no es pintar paredes de colores pastel. Es preguntarse qué tan segura se siente una mujer al caminar sola por la zona donde vive. Es cuestionar si las áreas comunes están pensadas para generar una comunidad real, si hay espacios adecuados para el emprendimiento desde casa, y si las decisiones de arquitectura y entorno favorecen la conciliación entre vida laboral, personal y familiar.
Comunicar con inteligencia y respeto
Desde el mercadeo también tenemos un reto profundo: dejar de hablarle a “la familia” como un concepto abstracto, y empezar a hablarle con respeto, claridad y profundidad a la mujer que lidera ese hogar o esa inversión. Cambiar los clichés por propuestas reales. Mostrar que entendemos su visión de vida, que respetamos su inteligencia financiera y que valoramos su voz en la toma de decisiones.
Más que un hogar: una estrategia de vida
Y es que la mujer de hoy no solo busca un hogar: busca un activo, una comunidad, un entorno que le haga sentido. Por eso, cada vez más, está invirtiendo estratégicamente en bienes raíces. No como un lujo, sino como un paso firme hacia su independencia y estabilidad futura.
Reconocer el rol protagónico que hoy tiene la mujer en el mercado inmobiliario no es solo una cuestión de justicia o equidad. Es visión. Es estrategia. Es entender que el mercado inmobiliario ha cambiado.