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Mariel Camey: “Nuestro trabajo es que confíen su dinero en la propiedad que uno considera adecuada” 

Fotografía: Diego Cabrera / República.
María José Aresti
12 de diciembre, 2025

A los ocho años, Mariel Camey dibujó en una hoja lo que entonces era solo un juego: una empresa para comprar casas y llevarlas a quienes no tenían. La idea nació una noche cualquiera, mientras su papá estudiaba después de trabajar todo el día, y terminó sembrando una vocación que con el tiempo se volvió realidad.

Hoy, es gerente de Sodeproir, la empresa que retoma ese nombre creado en la infancia y lo convierte en un proyecto empresarial. En esta entrevista como “Brooker of the Month” de Mappi, cuenta cómo esa historia familiar dio origen a su camino en el sector inmobiliario y la forma en que entiende hoy un negocio basado en escuchar, generar confianza y acompañar decisiones de inversión.

¿Cuántos años llevas en la industria y qué experiencias han sido más valiosas profesionalmente?

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—La trayectoria ha sido corta por mi edad, pero con una curva acelerada de aprendizaje dentro de Citymax. El mercado como experiencia es increíble, sobre todo cuando llegan familias completas a ver propiedades.

Cuando los niños dicen “sí, papi, esta es la casa, este es mi cuarto”, uno se queda pensando que hizo bien su trabajo. En bienes raíces, lo más importante es escuchar, entender las necesidades de la gente y saber qué se les puede ofrecer.

La experiencia más loca es cuando en la noche o al día siguiente te dicen “aquí envío el depósito de la reserva”. Uno piensa: “lo logré”. No es convencer, es que las personas confíen en uno e inviertan su dinero en la propiedad que uno cree adecuada para ellos.

Fotografía: Diego Cabrera / República.

¿En qué año empezaste formalmente a vender propiedades y cuántos años llevas activo?

—El año pasado fue cuando empecé formalmente.

¿Qué estrategias utilizas para captar clientes y concretar ventas en bienes raíces?

—Creo que no hay una estrategia como tal, sino escuchar. Escuchar es la mejor forma de persuadir.

Un cliente te dice que necesita una casa con jardín amplio y determinadas habitaciones. Si uno sabe escuchar, puede revisar su inventario y ofrecer lo que realmente encaja. Si el cliente dice que no, se sigue buscando, pero recordando siempre lo que el cliente pidió.

¿Qué mercado inmobiliario atendés actualmente y en qué zonas te especializás principalmente?

—Manejo específicamente el Área Sur. Estamos hablando de Villanueva, Amatitlán y principalmente todo el Pacífico.

Trabajo con viviendas, terrenos, bodegas, todo. Incluso tengo alrededor de cinco terrenos bien posicionados, de alta gama, frente a carretera, en toda la zona Sur y Pacífico.

Fotografía: Diego Cabrera / República.

¿Has incursionado en el mercado del interior del país o planeas hacerlo próximamente?

—Sí he tenido acercamientos con clientes del interior. Hace unas tres semanas me llamó una persona que quería comprar una casa como inversión para rentarla.

Ahí es donde el mercado inmobiliario se vuelve interesante, porque uno mismo vende la propiedad y luego la renta. Por ahora quiero posicionarme bien en todo el Sur, porque todavía hay muchísimo por abarcar. Luego creo que se puede pensar en internacionalizar.

¿Cuál ha sido el volumen de ventas más alto que has alcanzado en un mes?

—Mi logro más satisfactorio ha sido un terreno en carretera al Pacífico, de Viejas a Escuintla. Es un terreno de cuatro manzanas.

Captar ese tipo de propiedades no es fácil. Que te confíen cuatro manzanas o caballerías es algo grande. Si ese terreno se vende en un mes, estamos hablando de casi dos millones quinientos mil dólares.

Fotografía: Diego Cabrera / República.

En este fin de año, ¿qué mensaje dejarías a asesores inmobiliarios?

—Tranquilos. La primera venta cuesta. No es fácil persuadir al cliente, no es fácil que pague una reserva ni que compre a la primera.

Luego vienen los financiamientos y toda la papelería. Plataformas como Mappi ayudan muchísimo y traen muchos clientes activos. Hay que seguir adelante, siempre con la mejor sonrisa, la mejor actitud y la mejor cara, porque la actitud es la que hace al vendedor.

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Mariel Camey: “Nuestro trabajo es que confíen su dinero en la propiedad que uno considera adecuada” 

Fotografía: Diego Cabrera / República.
María José Aresti
12 de diciembre, 2025

A los ocho años, Mariel Camey dibujó en una hoja lo que entonces era solo un juego: una empresa para comprar casas y llevarlas a quienes no tenían. La idea nació una noche cualquiera, mientras su papá estudiaba después de trabajar todo el día, y terminó sembrando una vocación que con el tiempo se volvió realidad.

Hoy, es gerente de Sodeproir, la empresa que retoma ese nombre creado en la infancia y lo convierte en un proyecto empresarial. En esta entrevista como “Brooker of the Month” de Mappi, cuenta cómo esa historia familiar dio origen a su camino en el sector inmobiliario y la forma en que entiende hoy un negocio basado en escuchar, generar confianza y acompañar decisiones de inversión.

¿Cuántos años llevas en la industria y qué experiencias han sido más valiosas profesionalmente?

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—La trayectoria ha sido corta por mi edad, pero con una curva acelerada de aprendizaje dentro de Citymax. El mercado como experiencia es increíble, sobre todo cuando llegan familias completas a ver propiedades.

Cuando los niños dicen “sí, papi, esta es la casa, este es mi cuarto”, uno se queda pensando que hizo bien su trabajo. En bienes raíces, lo más importante es escuchar, entender las necesidades de la gente y saber qué se les puede ofrecer.

La experiencia más loca es cuando en la noche o al día siguiente te dicen “aquí envío el depósito de la reserva”. Uno piensa: “lo logré”. No es convencer, es que las personas confíen en uno e inviertan su dinero en la propiedad que uno cree adecuada para ellos.

Fotografía: Diego Cabrera / República.

¿En qué año empezaste formalmente a vender propiedades y cuántos años llevas activo?

—El año pasado fue cuando empecé formalmente.

¿Qué estrategias utilizas para captar clientes y concretar ventas en bienes raíces?

—Creo que no hay una estrategia como tal, sino escuchar. Escuchar es la mejor forma de persuadir.

Un cliente te dice que necesita una casa con jardín amplio y determinadas habitaciones. Si uno sabe escuchar, puede revisar su inventario y ofrecer lo que realmente encaja. Si el cliente dice que no, se sigue buscando, pero recordando siempre lo que el cliente pidió.

¿Qué mercado inmobiliario atendés actualmente y en qué zonas te especializás principalmente?

—Manejo específicamente el Área Sur. Estamos hablando de Villanueva, Amatitlán y principalmente todo el Pacífico.

Trabajo con viviendas, terrenos, bodegas, todo. Incluso tengo alrededor de cinco terrenos bien posicionados, de alta gama, frente a carretera, en toda la zona Sur y Pacífico.

Fotografía: Diego Cabrera / República.

¿Has incursionado en el mercado del interior del país o planeas hacerlo próximamente?

—Sí he tenido acercamientos con clientes del interior. Hace unas tres semanas me llamó una persona que quería comprar una casa como inversión para rentarla.

Ahí es donde el mercado inmobiliario se vuelve interesante, porque uno mismo vende la propiedad y luego la renta. Por ahora quiero posicionarme bien en todo el Sur, porque todavía hay muchísimo por abarcar. Luego creo que se puede pensar en internacionalizar.

¿Cuál ha sido el volumen de ventas más alto que has alcanzado en un mes?

—Mi logro más satisfactorio ha sido un terreno en carretera al Pacífico, de Viejas a Escuintla. Es un terreno de cuatro manzanas.

Captar ese tipo de propiedades no es fácil. Que te confíen cuatro manzanas o caballerías es algo grande. Si ese terreno se vende en un mes, estamos hablando de casi dos millones quinientos mil dólares.

Fotografía: Diego Cabrera / República.

En este fin de año, ¿qué mensaje dejarías a asesores inmobiliarios?

—Tranquilos. La primera venta cuesta. No es fácil persuadir al cliente, no es fácil que pague una reserva ni que compre a la primera.

Luego vienen los financiamientos y toda la papelería. Plataformas como Mappi ayudan muchísimo y traen muchos clientes activos. Hay que seguir adelante, siempre con la mejor sonrisa, la mejor actitud y la mejor cara, porque la actitud es la que hace al vendedor.

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