Cambios sociales, demográficos y económicos han desfasado la oferta habitacional en España. Mientras tanto, políticas y mercado siguen anclados a un modelo pasado. El resultado: viviendas caras, obsoletas o fuera del alcance para el habitante urbano.
Por qué importa. El sistema legal y urbanístico forman parte de modelos familiares del siglo XX. No contemplan hogares unipersonales, familias reconfiguradas o jóvenes que se emancipan cada vez más tarde.
- Más del 60 % de los jóvenes sigue viviendo con sus padres, prolongando artificialmente su dependencia económica.
- Para 2037, los hogares unipersonales superarán 7M, según Alba Díaz de Cerio, CEO de AD Real Estate.
- Las separaciones y nuevos núcleos familiares incrementan la demanda de vivienda, sobre todo en zonas urbanas saturadas.
En el radar. Comprar es inviable, y alquilar, insostenible. Ante falta de políticas eficaces, proliferan soluciones privadas y temporales que no resuelven el desequilibrio estructural.
- El parque de alquiler está dominado por propietarios individuales. Muchos de ellos con viviendas heredadas y en mal estado, sin incentivos para rehabilitar.
- Modelos alternativos como co-living y flex living ofrecen soluciones temporales, pero son más caros por m² y excluyen a familias o adultos mayores.
- “La especulación inmobiliaria en ciudades como Madrid podría replicarse en Guatemala. Se ve una sobreoferta turística y escasa vivienda asequible”, advierte Luis Villeda, asesor inmobiliario.
Datos clave. Las cifras confirman una realidad palpable: un mercado cerrado y cada vez más especulativo. Las políticas públicas no logran garantizar el derecho a una vivienda digna.
- Menos del 5 % del alquiler está en manos profesionales; el resto lo gestionan pequeños propietarios sin incentivos.
- Desde 2019, los precios de alquiler en Madrid y Barcelona han subido más del 30 %, muy por encima del crecimiento salarial.
- Cerca de 400 000 viviendas se destinan hoy al turismo, muchas sin licencia. Esto reduce la disponibilidad para uso residencial y encarece el mercado.
Punto de fricción. La inseguridad jurídica lleva a muchos propietarios a dejar sus viviendas vacías. La inquiocupación —inquilinos que no pagan y no se marchan— crece ante procesos de desalojo lentos y normativas poco claras.
- Díaz de Cerio explica que muchos propietarios particulares evitan arrendar por temor a largos procesos de desalojo que pueden extenderse por años.
- Aunque existen seguros de impago, no cubren casos de insolvencia o vulnerabilidad, lo que limita su utilidad real.
- Esta dinámica restringe aún más la oferta y alimenta una espiral de precariedad para quienes buscan alquilar.
Lo que sigue. Sin una reforma integral, la tensión entre exclusión y acceso seguirá su aumento. El reto no es solo construir más, sino rediseñar el modelo habitacional: para quién se construye, cómo se vive y bajo qué reglas.
- Regular el alquiler turístico es clave. Su expansión sin control elimina viviendas del mercado y presiona al alza los precios.
- No es un fenómeno aislado de Europa. “Si no hay regulación clara, el modelo Airbnb podría distorsionar los mercados centroamericanos en los próximos cinco años”, señala Villeda.
- El marco legal debe equilibrar derechos, ofrecer garantías ante impagos y reducir el riesgo de inquiocupación para reactivar la oferta habitacional.
Cambios sociales, demográficos y económicos han desfasado la oferta habitacional en España. Mientras tanto, políticas y mercado siguen anclados a un modelo pasado. El resultado: viviendas caras, obsoletas o fuera del alcance para el habitante urbano.
Por qué importa. El sistema legal y urbanístico forman parte de modelos familiares del siglo XX. No contemplan hogares unipersonales, familias reconfiguradas o jóvenes que se emancipan cada vez más tarde.
- Más del 60 % de los jóvenes sigue viviendo con sus padres, prolongando artificialmente su dependencia económica.
- Para 2037, los hogares unipersonales superarán 7M, según Alba Díaz de Cerio, CEO de AD Real Estate.
- Las separaciones y nuevos núcleos familiares incrementan la demanda de vivienda, sobre todo en zonas urbanas saturadas.
En el radar. Comprar es inviable, y alquilar, insostenible. Ante falta de políticas eficaces, proliferan soluciones privadas y temporales que no resuelven el desequilibrio estructural.
- El parque de alquiler está dominado por propietarios individuales. Muchos de ellos con viviendas heredadas y en mal estado, sin incentivos para rehabilitar.
- Modelos alternativos como co-living y flex living ofrecen soluciones temporales, pero son más caros por m² y excluyen a familias o adultos mayores.
- “La especulación inmobiliaria en ciudades como Madrid podría replicarse en Guatemala. Se ve una sobreoferta turística y escasa vivienda asequible”, advierte Luis Villeda, asesor inmobiliario.
Datos clave. Las cifras confirman una realidad palpable: un mercado cerrado y cada vez más especulativo. Las políticas públicas no logran garantizar el derecho a una vivienda digna.
- Menos del 5 % del alquiler está en manos profesionales; el resto lo gestionan pequeños propietarios sin incentivos.
- Desde 2019, los precios de alquiler en Madrid y Barcelona han subido más del 30 %, muy por encima del crecimiento salarial.
- Cerca de 400 000 viviendas se destinan hoy al turismo, muchas sin licencia. Esto reduce la disponibilidad para uso residencial y encarece el mercado.
Punto de fricción. La inseguridad jurídica lleva a muchos propietarios a dejar sus viviendas vacías. La inquiocupación —inquilinos que no pagan y no se marchan— crece ante procesos de desalojo lentos y normativas poco claras.
- Díaz de Cerio explica que muchos propietarios particulares evitan arrendar por temor a largos procesos de desalojo que pueden extenderse por años.
- Aunque existen seguros de impago, no cubren casos de insolvencia o vulnerabilidad, lo que limita su utilidad real.
- Esta dinámica restringe aún más la oferta y alimenta una espiral de precariedad para quienes buscan alquilar.
Lo que sigue. Sin una reforma integral, la tensión entre exclusión y acceso seguirá su aumento. El reto no es solo construir más, sino rediseñar el modelo habitacional: para quién se construye, cómo se vive y bajo qué reglas.
- Regular el alquiler turístico es clave. Su expansión sin control elimina viviendas del mercado y presiona al alza los precios.
- No es un fenómeno aislado de Europa. “Si no hay regulación clara, el modelo Airbnb podría distorsionar los mercados centroamericanos en los próximos cinco años”, señala Villeda.
- El marco legal debe equilibrar derechos, ofrecer garantías ante impagos y reducir el riesgo de inquiocupación para reactivar la oferta habitacional.