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Invertir en bodegas: el espacio que hoy guarda valor, no solo productos

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Marisela Flores / Gerente de mercadeo Idea Central |
09 de julio, 2025

Durante mucho tiempo, el foco de inversión inmobiliaria en Guatemala se concentró en el sector residencial: casas y apartamentos dominaron la conversación. Pero silenciosamente, un nuevo tipo de activo ha ido ganando terreno en la mente de inversionistas visionarios: las bodegas.

A diferencia de otros bienes raíces, una bodega no se devalúa por estar fuera del circuito residencial. Al contrario, su valor suele crecer en zonas industriales estratégicas, especialmente si cuenta con infraestructura moderna, seguridad y conectividad vial. Además, la demanda de alquiler es constante, ya que las empresas convierten la dirección de la bodega en su dirección fiscal, comprometiéndose desde entonces a un lapso extenso de arrendamiento.

Acceso de la inversión industrial

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Hoy, invertir en una bodega ya no es solo una decisión para grandes empresas o inversionistas expertos. Cada vez más empresarios, emprendedores e inversionistas primerizos están volteando a ver esta opción inmobiliaria como una oportunidad altamente rentable, estable y con alta demanda.

En Idea Central estamos siendo testigos de un cambio generacional en el perfil de los inversionistas de bodegas. Hace una década, la edad promedio rondaba los 45 años; hoy, vemos a nuevos inversionistas incursionar en este sector desde los 29 años.

Evolución del mercado de bodegas

Desde nuestra experiencia como desarrolladora, hemos visto de primera mano cómo el mercado de bodegas en Guatemala se ha transformado. Lo que antes era un producto funcional y operativo, hoy se ha sofisticado: condominios industriales con área comercial, espacios modulares y parques industriales de gran escala con amenidades, servicios, sostenibilidad y seguridad están marcando un nuevo estándar.

¿Por qué este tipo de activo está creciendo?

Demanda sostenida: El crecimiento del comercio electrónico, la expansión de empresas medianas y el auge de emprendedores logísticos han creado una demanda constante de espacios para almacenar, distribuir y operar. Las bodegas ya no son solo para guardar inventario: son parte integral del modelo de negocio.

Ubicaciones estratégicas: Zonas como Amatitlán, Palín, Escuintla, El Naranjo y la carretera a El Salvador están atrayendo desarrollos industriales que ofrecen conectividad, mano de obra local, acceso a servicios e infraestructura de primer nivel.

Rentabilidad superior a la residencial: A diferencia de la vivienda, las bodegas bien ubicadas y con especificaciones prácticas y funcionales pueden generar retornos estables, menor rotación de arrendatarios y contratos a largo plazo.

Valor futuro y plusvalía: Las zonas industriales están viendo mejoras significativas en infraestructura pública y privada, lo que impulsa la plusvalía del metro cuadrado industrial.

Menor gasto en remodelación y mantenimiento: Las bodegas requieren menos mantenimiento que los apartamentos, gracias a sus acabados neutros y resistentes, lo que reduce significativamente la necesidad de remodelaciones o inversiones constantes.

El rol del marketing

Desde el marketing, nuestro papel ya no es solo informar sobre características físicas. Hoy debemos educar al mercado sobre las nuevas formas de inversión inmobiliaria. Y las bodegas, especialmente en Guatemala, se están consolidando como un activo estratégico que combina seguridad, liquidez y potencial de crecimiento.

Invertir en una bodega hoy es apostar por una Guatemala que produce, distribuye y se expande. Es entender hacia dónde se mueve la economía y cómo podemos estar un paso adelante.

Una bodega no es solo un espacio físico: es una herramienta de crecimiento. Ya sea para almacenar, distribuir o emprender, es un activo que hoy guarda mucho más que productos: guarda rentabilidad, flexibilidad y visión de futuro.

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Invertir en bodegas: el espacio que hoy guarda valor, no solo productos

Marisela Flores / Gerente de mercadeo Idea Central |
09 de julio, 2025
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Durante mucho tiempo, el foco de inversión inmobiliaria en Guatemala se concentró en el sector residencial: casas y apartamentos dominaron la conversación. Pero silenciosamente, un nuevo tipo de activo ha ido ganando terreno en la mente de inversionistas visionarios: las bodegas.

A diferencia de otros bienes raíces, una bodega no se devalúa por estar fuera del circuito residencial. Al contrario, su valor suele crecer en zonas industriales estratégicas, especialmente si cuenta con infraestructura moderna, seguridad y conectividad vial. Además, la demanda de alquiler es constante, ya que las empresas convierten la dirección de la bodega en su dirección fiscal, comprometiéndose desde entonces a un lapso extenso de arrendamiento.

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En Idea Central estamos siendo testigos de un cambio generacional en el perfil de los inversionistas de bodegas. Hace una década, la edad promedio rondaba los 45 años; hoy, vemos a nuevos inversionistas incursionar en este sector desde los 29 años.

Evolución del mercado de bodegas

Desde nuestra experiencia como desarrolladora, hemos visto de primera mano cómo el mercado de bodegas en Guatemala se ha transformado. Lo que antes era un producto funcional y operativo, hoy se ha sofisticado: condominios industriales con área comercial, espacios modulares y parques industriales de gran escala con amenidades, servicios, sostenibilidad y seguridad están marcando un nuevo estándar.

¿Por qué este tipo de activo está creciendo?

Demanda sostenida: El crecimiento del comercio electrónico, la expansión de empresas medianas y el auge de emprendedores logísticos han creado una demanda constante de espacios para almacenar, distribuir y operar. Las bodegas ya no son solo para guardar inventario: son parte integral del modelo de negocio.

Ubicaciones estratégicas: Zonas como Amatitlán, Palín, Escuintla, El Naranjo y la carretera a El Salvador están atrayendo desarrollos industriales que ofrecen conectividad, mano de obra local, acceso a servicios e infraestructura de primer nivel.

Rentabilidad superior a la residencial: A diferencia de la vivienda, las bodegas bien ubicadas y con especificaciones prácticas y funcionales pueden generar retornos estables, menor rotación de arrendatarios y contratos a largo plazo.

Valor futuro y plusvalía: Las zonas industriales están viendo mejoras significativas en infraestructura pública y privada, lo que impulsa la plusvalía del metro cuadrado industrial.

Menor gasto en remodelación y mantenimiento: Las bodegas requieren menos mantenimiento que los apartamentos, gracias a sus acabados neutros y resistentes, lo que reduce significativamente la necesidad de remodelaciones o inversiones constantes.

El rol del marketing

Desde el marketing, nuestro papel ya no es solo informar sobre características físicas. Hoy debemos educar al mercado sobre las nuevas formas de inversión inmobiliaria. Y las bodegas, especialmente en Guatemala, se están consolidando como un activo estratégico que combina seguridad, liquidez y potencial de crecimiento.

Invertir en una bodega hoy es apostar por una Guatemala que produce, distribuye y se expande. Es entender hacia dónde se mueve la economía y cómo podemos estar un paso adelante.

Una bodega no es solo un espacio físico: es una herramienta de crecimiento. Ya sea para almacenar, distribuir o emprender, es un activo que hoy guarda mucho más que productos: guarda rentabilidad, flexibilidad y visión de futuro.

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