EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: El mercado de la construcción en Latinoamérica mantiene un crecimiento constante, impulsado por proyectos de infraestructura, nuevas tecnologías y sostenibilidad. A pesar de enfrentar trabas regulatorias, el sector se fortalece con inversiones privadas, digitalización y alianzas público-privadas. Las proyecciones apuntan a una expansión moderada pero sostenida hasta 2030.
Qué destacar. La construcción representa una palanca clave para el desarrollo económico regional. Su evolución responde a la diversidad de actores, sectores y métodos constructivos que están reconfigurando el panorama urbano y comercial.
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El mercado alcanzó los USD 464 5000M en 2024 y se proyecta que llegará a USD 514 000M en 2030, con un crecimiento promedio anual de 0.9 %.
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Proyectos como Porto Maravilha en Brasil ejemplifican el impacto transformador de las alianzas público-privadas. En 2024, el 70 % de la inversión provino del sector privado.
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La colaboración entre arquitectos, contratistas, gobiernos y bancos de desarrollo ha sido decisiva. La Confederación Nacional de la Industria (CNI) apoya activamente esta integración.
Datos clave. La sostenibilidad, el acceso a financiamiento y el incremento del ingreso per cápita estimulan la demanda. Chile y Brasil lideran con proyectos emblemáticos y metas verdes concretas.
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El Metro Línea 7 de Santiago, con un presupuesto de USD 1 200M, utiliza concreto bajo en carbono y trenes eficientes en energía, en línea con la meta de Chile de alcanzar 70 % de energía renovable para 2030.
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El BID inyectó USD 300M en 2024 para apoyar infraestructura sostenible, consolidando su papel como actor clave en el financiamiento regional.
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La construcción ecológica avanza con diseño bioclimático, materiales verdes y métodos de bajo impacto. La demanda por obras más limpias sigue al alza.
Punto de fricción. La regulación fragmentada, la burocracia y los permisos lentos retrasan el desarrollo del sector y ahuyentan la inversión. Las reglas varían por país y entorpecen la ejecución.
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Cada proyecto requiere múltiples autorizaciones ambientales, urbanísticas y técnicas. El proceso puede extenderse por meses o incluso años.
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Cambios inesperados en normativas o vacíos regulatorios aumentan el riesgo para inversionistas y promotores, especialmente en obras de infraestructura pública.
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Las trabas administrativas no solo afectan costos, también limitan la adopción de tecnologías que podrían acelerar los tiempos de ejecución.
Lo que sigue. La digitalización abre una ventana de oportunidad: herramientas como BIM, inteligencia artificial e internet de las cosas permiten obras más rápidas, colaborativas y precisas.
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BIM ya es adoptado por grandes firmas. En abril de 2024, ALLPLAN lanzó una nueva versión optimizada para gestión en la nube, reflejo del viraje digital del sector.
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La combinación de BIM, IA y sensores facilita mantenimiento predictivo, simulaciones en tiempo real y mejor uso de recursos, elevando la eficiencia.
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Las empresas líderes como Camargo Correa, Techint y SalfaCorp ya integran estas herramientas, marcando una pauta que podría escalar hacia medianos y pequeños contratistas.
Con información de: NMSC
El mercado de la construcción en Latinoamérica mantiene un crecimiento constante, impulsado por proyectos de infraestructura, nuevas tecnologías y sostenibilidad. A pesar de enfrentar trabas regulatorias, el sector se fortalece con inversiones privadas, digitalización y alianzas público-privadas. Las proyecciones apuntan a una expansión moderada pero sostenida hasta 2030.
Qué destacar. La construcción representa una palanca clave para el desarrollo económico regional. Su evolución responde a la diversidad de actores, sectores y métodos constructivos que están reconfigurando el panorama urbano y comercial.
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El mercado alcanzó los USD 464 5000M en 2024 y se proyecta que llegará a USD 514 000M en 2030, con un crecimiento promedio anual de 0.9 %.
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Proyectos como Porto Maravilha en Brasil ejemplifican el impacto transformador de las alianzas público-privadas. En 2024, el 70 % de la inversión provino del sector privado.
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La colaboración entre arquitectos, contratistas, gobiernos y bancos de desarrollo ha sido decisiva. La Confederación Nacional de la Industria (CNI) apoya activamente esta integración.
Datos clave. La sostenibilidad, el acceso a financiamiento y el incremento del ingreso per cápita estimulan la demanda. Chile y Brasil lideran con proyectos emblemáticos y metas verdes concretas.
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El Metro Línea 7 de Santiago, con un presupuesto de USD 1 200M, utiliza concreto bajo en carbono y trenes eficientes en energía, en línea con la meta de Chile de alcanzar 70 % de energía renovable para 2030.
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El BID inyectó USD 300M en 2024 para apoyar infraestructura sostenible, consolidando su papel como actor clave en el financiamiento regional.
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La construcción ecológica avanza con diseño bioclimático, materiales verdes y métodos de bajo impacto. La demanda por obras más limpias sigue al alza.
Punto de fricción. La regulación fragmentada, la burocracia y los permisos lentos retrasan el desarrollo del sector y ahuyentan la inversión. Las reglas varían por país y entorpecen la ejecución.
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Cada proyecto requiere múltiples autorizaciones ambientales, urbanísticas y técnicas. El proceso puede extenderse por meses o incluso años.
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Cambios inesperados en normativas o vacíos regulatorios aumentan el riesgo para inversionistas y promotores, especialmente en obras de infraestructura pública.
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Las trabas administrativas no solo afectan costos, también limitan la adopción de tecnologías que podrían acelerar los tiempos de ejecución.
Lo que sigue. La digitalización abre una ventana de oportunidad: herramientas como BIM, inteligencia artificial e internet de las cosas permiten obras más rápidas, colaborativas y precisas.
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BIM ya es adoptado por grandes firmas. En abril de 2024, ALLPLAN lanzó una nueva versión optimizada para gestión en la nube, reflejo del viraje digital del sector.
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La combinación de BIM, IA y sensores facilita mantenimiento predictivo, simulaciones en tiempo real y mejor uso de recursos, elevando la eficiencia.
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Las empresas líderes como Camargo Correa, Techint y SalfaCorp ya integran estas herramientas, marcando una pauta que podría escalar hacia medianos y pequeños contratistas.
