Las family offices españolas consolidan su apuesta por el sector inmobiliario, convirtiéndolo en su principal vehículo de inversión a largo plazo. Con horizontes de hasta 30 años y una visión de preservación patrimonial, priorizan activos como oficinas, residencial y retail, tanto en mercados locales como internacionales.
Por qué importa. Las family offices son actores silenciosos pero decisivos en el mercado inmobiliario. Su participación creciente redefine las dinámicas de inversión, en un contexto de alta competencia y búsqueda de rentabilidades estables.
- El 67 % de estas oficinas destina más de una cuarta parte de su capital total a inmuebles. Este comportamiento se traduce en un flujo constante de capital paciente y especializado.
- El 61 % ha aumentado su exposición inmobiliaria en los últimos cinco años, y casi la mitad planea seguir incrementándola, según BNP Paribas Real Estate.
- “Buscan predictibilidad en los flujos de caja y maduración de los activos”, explica Ignacio Martínez-Avial, director general de BNP Paribas Real Estate España.
Datos clave. El sector inmobiliario es el eje central, pero la estrategia detrás revela cómo estas oficinas equilibran riesgo, control y rentabilidad.
- Un 85 % prefiere invertir directamente en inmuebles, evitando intermediarios y ganando control. Para el 41 %, esta es su única vía de acceso.
- Madrid lidera como destino predilecto, aunque ciudades como Valencia, Málaga y Barcelona ganan protagonismo ante la presión de precios.
- La inversión internacional también crece. Londres, París, Alemania y EE. UU. están en el radar de quienes buscan diversificación geográfica.
Detrás de escena. Aunque su discreción es notoria, los family offices actúan con estructuras sofisticadas y visión institucional, combinando tradición familiar con disciplina financiera.
- El 84 % está liderado por la primera o segunda generación y el 67 % opera desde hace más de una década, lo que favorece una visión patrimonialista.
- El 59 % gestiona más de 150 millones de euros; más de la mitad supera los 300 millones, lo que les permite operar como inversores institucionales.
- “Tienen condiciones de financiación únicas”, afirma Juan de Gonzalo, de BNP Paribas Wealth Management: 38 % consigue tasas por debajo del 2 %.
Ahora qué. Las perspectivas son optimistas, pero no exentas de cautela ante riesgos regulatorios y de mercado. El enfoque se mantiene: diversificar sin abandonar su esencia inmobiliaria.
- Un 62 % cree que los precios seguirán subiendo. Aun así, un 25 % considera que es momento de vender, y otro 25 %, de comprar.
- La mayoría ha blindado su financiación frente a subidas de tipos, ya sea con tasas fijas o coberturas, demostrando su aversión al riesgo especulativo.
- Aunque no todos son especialistas inmobiliarios, el sector sigue siendo “la piedra angular para preservar y hacer crecer el patrimonio”, destacan desde BNP Paribas.
Con información de Intereconomía
Las family offices españolas consolidan su apuesta por el sector inmobiliario, convirtiéndolo en su principal vehículo de inversión a largo plazo. Con horizontes de hasta 30 años y una visión de preservación patrimonial, priorizan activos como oficinas, residencial y retail, tanto en mercados locales como internacionales.
Por qué importa. Las family offices son actores silenciosos pero decisivos en el mercado inmobiliario. Su participación creciente redefine las dinámicas de inversión, en un contexto de alta competencia y búsqueda de rentabilidades estables.
- El 67 % de estas oficinas destina más de una cuarta parte de su capital total a inmuebles. Este comportamiento se traduce en un flujo constante de capital paciente y especializado.
- El 61 % ha aumentado su exposición inmobiliaria en los últimos cinco años, y casi la mitad planea seguir incrementándola, según BNP Paribas Real Estate.
- “Buscan predictibilidad en los flujos de caja y maduración de los activos”, explica Ignacio Martínez-Avial, director general de BNP Paribas Real Estate España.
Datos clave. El sector inmobiliario es el eje central, pero la estrategia detrás revela cómo estas oficinas equilibran riesgo, control y rentabilidad.
- Un 85 % prefiere invertir directamente en inmuebles, evitando intermediarios y ganando control. Para el 41 %, esta es su única vía de acceso.
- Madrid lidera como destino predilecto, aunque ciudades como Valencia, Málaga y Barcelona ganan protagonismo ante la presión de precios.
- La inversión internacional también crece. Londres, París, Alemania y EE. UU. están en el radar de quienes buscan diversificación geográfica.
Detrás de escena. Aunque su discreción es notoria, los family offices actúan con estructuras sofisticadas y visión institucional, combinando tradición familiar con disciplina financiera.
- El 84 % está liderado por la primera o segunda generación y el 67 % opera desde hace más de una década, lo que favorece una visión patrimonialista.
- El 59 % gestiona más de 150 millones de euros; más de la mitad supera los 300 millones, lo que les permite operar como inversores institucionales.
- “Tienen condiciones de financiación únicas”, afirma Juan de Gonzalo, de BNP Paribas Wealth Management: 38 % consigue tasas por debajo del 2 %.
Ahora qué. Las perspectivas son optimistas, pero no exentas de cautela ante riesgos regulatorios y de mercado. El enfoque se mantiene: diversificar sin abandonar su esencia inmobiliaria.
- Un 62 % cree que los precios seguirán subiendo. Aun así, un 25 % considera que es momento de vender, y otro 25 %, de comprar.
- La mayoría ha blindado su financiación frente a subidas de tipos, ya sea con tasas fijas o coberturas, demostrando su aversión al riesgo especulativo.
- Aunque no todos son especialistas inmobiliarios, el sector sigue siendo “la piedra angular para preservar y hacer crecer el patrimonio”, destacan desde BNP Paribas.
Con información de Intereconomía