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Huehuetenango: anatomía de una expansión inevitable

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Alicia Utrera
02 de diciembre, 2025

Huehuetenango experimenta un crecimiento urbano impulsado por remesas, expansión demográfica y transformación del uso del suelo. Este proceso lo coloca en una posición estratégica para convertirse en una “ciudad secundaria” relevante. Entender el fenómeno es clave para anticipar oportunidades, riesgos y condiciones necesarias para un desarrollo ordenado.

Por qué importa. La consolidación de estas ciudades redefine la estructura urbana en Guatemala y genera nuevos polos de inversión. El departamento encaja en esa tendencia por su dinamismo demográfico y económico. Este reposicionamiento urbano permite distribuir mejor la inversión en vivienda, infraestructura y servicios.

  • Las ciudades intermedias crecieron más rápido que las principales urbes en Centroamérica entre 2002 y 2018, según el Banco Mundial. Es un desplazamiento natural hacia polos emergentes donde la tierra aún es accesible.

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  • Para desarrolladores, estos entornos ofrecen mercados con menos saturación, demanda creciente y posibilidad de ejecutar proyectos desde cero con criterios modernos, evitando rezagos estructurales.

  • Expertos aseguran que aún está a tiempo de planificarse ordenadamente. Su evolución determinará si logra desarrollo sostenible; el ideal es que no reproduzca los errores de Carretera a El Salvador o Xela.

En el radar. Huehuetenango mantiene una base económica distinta: recibe algunas de las mayores remesas del país. Esto impulsa construcción privada, verticalización inicial y un boom en compra de lotes. Su transformación responde a decisiones familiares, retorno migrante y capacidad financiera sólida.

  • El INE indica que 23 % del ingreso corriente del departamento proviene de transferencias, un proxy directo del peso de las remesas y su efecto inmediato en vivienda.

  • El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lo identifica entre los departamentos con mayor proporción de hogares receptores de remesas. Esto se traduce en construcción acelerada y demanda de servicios urbanos.

  • “Ya empezó a transformar tierra agrícola en urbana, acelerando una transición que requiere visión de largo plazo”, señala Ignacio Basterrechea, director de proyectos en URBOP.

Sí, pero. El riesgo central no es el crecimiento, sino avanzar sin dirección. El departamento está en el punto exacto en el que decisiones públicas y privadas determinarán si se convierte en un modelo de ciudad secundaria o en un caso de expansión caótica.

  • Basterrechea insiste en que es imprescindible crear una planificación ordenada. Especialmente en departamentos con alto flujo de remesas y densificación acelerada.

  • La falta de drenajes, agua potable y equipamiento urbano es el principal riesgo. Sin estas bases, cualquier expansión se vuelve insostenible y puede generar crisis semejantes a la saturación vial de Carretera a El Salvador.

  • El ordenamiento territorial es clave. Definir dónde se expande, dónde se densifica y dónde no se debe construir evita costos futuros para inversionistas, municipalidades y residentes.

Ecos regionales. Lo que ocurre encaja en una tendencia latinoamericana. Ciudades secundarias convertidas en motores de dinamismo económico cuando se combinan remesas, tierra disponible y planificación.

  • En México, Colombia y Perú se ha visto cómo ciudades intermedias capturan inversión inmobiliaria cuando las capitales se saturan. Guatemala atraviesa ese mismo punto de inflexión.

  • La descentralización urbana puede elevar la competitividad regional y atraer nuevas actividades económicas, reduciendo la dependencia total de la capital.

  • Si el departamento aprovecha su momento, podría liderar el desarrollo del occidente como nodo articulador entre comercio, movilidad, vivienda y servicios.

En conclusión. Huehuetenango tiene el potencial real de convertirse en una ciudad secundaria modelo para otros departamentos, si se actúa ahora. La combinación de inversión privada, remesas y expansión demográfica exige reglas claras, infraestructura sólida y visión compartida. Lo que se decida en esta década definirá su futuro diseño urbano.

 

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Huehuetenango: anatomía de una expansión inevitable

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Alicia Utrera
02 de diciembre, 2025

Huehuetenango experimenta un crecimiento urbano impulsado por remesas, expansión demográfica y transformación del uso del suelo. Este proceso lo coloca en una posición estratégica para convertirse en una “ciudad secundaria” relevante. Entender el fenómeno es clave para anticipar oportunidades, riesgos y condiciones necesarias para un desarrollo ordenado.

Por qué importa. La consolidación de estas ciudades redefine la estructura urbana en Guatemala y genera nuevos polos de inversión. El departamento encaja en esa tendencia por su dinamismo demográfico y económico. Este reposicionamiento urbano permite distribuir mejor la inversión en vivienda, infraestructura y servicios.

  • Las ciudades intermedias crecieron más rápido que las principales urbes en Centroamérica entre 2002 y 2018, según el Banco Mundial. Es un desplazamiento natural hacia polos emergentes donde la tierra aún es accesible.

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  • Para desarrolladores, estos entornos ofrecen mercados con menos saturación, demanda creciente y posibilidad de ejecutar proyectos desde cero con criterios modernos, evitando rezagos estructurales.

  • Expertos aseguran que aún está a tiempo de planificarse ordenadamente. Su evolución determinará si logra desarrollo sostenible; el ideal es que no reproduzca los errores de Carretera a El Salvador o Xela.

En el radar. Huehuetenango mantiene una base económica distinta: recibe algunas de las mayores remesas del país. Esto impulsa construcción privada, verticalización inicial y un boom en compra de lotes. Su transformación responde a decisiones familiares, retorno migrante y capacidad financiera sólida.

  • El INE indica que 23 % del ingreso corriente del departamento proviene de transferencias, un proxy directo del peso de las remesas y su efecto inmediato en vivienda.

  • El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lo identifica entre los departamentos con mayor proporción de hogares receptores de remesas. Esto se traduce en construcción acelerada y demanda de servicios urbanos.

  • “Ya empezó a transformar tierra agrícola en urbana, acelerando una transición que requiere visión de largo plazo”, señala Ignacio Basterrechea, director de proyectos en URBOP.

Sí, pero. El riesgo central no es el crecimiento, sino avanzar sin dirección. El departamento está en el punto exacto en el que decisiones públicas y privadas determinarán si se convierte en un modelo de ciudad secundaria o en un caso de expansión caótica.

  • Basterrechea insiste en que es imprescindible crear una planificación ordenada. Especialmente en departamentos con alto flujo de remesas y densificación acelerada.

  • La falta de drenajes, agua potable y equipamiento urbano es el principal riesgo. Sin estas bases, cualquier expansión se vuelve insostenible y puede generar crisis semejantes a la saturación vial de Carretera a El Salvador.

  • El ordenamiento territorial es clave. Definir dónde se expande, dónde se densifica y dónde no se debe construir evita costos futuros para inversionistas, municipalidades y residentes.

Ecos regionales. Lo que ocurre encaja en una tendencia latinoamericana. Ciudades secundarias convertidas en motores de dinamismo económico cuando se combinan remesas, tierra disponible y planificación.

  • En México, Colombia y Perú se ha visto cómo ciudades intermedias capturan inversión inmobiliaria cuando las capitales se saturan. Guatemala atraviesa ese mismo punto de inflexión.

  • La descentralización urbana puede elevar la competitividad regional y atraer nuevas actividades económicas, reduciendo la dependencia total de la capital.

  • Si el departamento aprovecha su momento, podría liderar el desarrollo del occidente como nodo articulador entre comercio, movilidad, vivienda y servicios.

En conclusión. Huehuetenango tiene el potencial real de convertirse en una ciudad secundaria modelo para otros departamentos, si se actúa ahora. La combinación de inversión privada, remesas y expansión demográfica exige reglas claras, infraestructura sólida y visión compartida. Lo que se decida en esta década definirá su futuro diseño urbano.

 

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