La innovación se ha convertido en un factor decisivo para enfrentar los principales retos de la construcción: costos crecientes y escasez de mano de obra. En conversación con República Inmobiliaria, Erick Melgar, gerente de Innovación, Investigación y Desarrollo de Progreso, explica como tecnologías están transformando la forma de construir en Guatemala.
El directivo subraya que el talento existe en la región, pero hacen falta espacios y modelos de negocio sostenibles que permitan convertir ideas en resultados. La innovación marca hoy el rumbo del sector.
¿Cómo la innovación en materiales y procesos ayuda a cumplir con costos y tiempos controlados?
— En costos y tiempo son las dos variables. Hoy en donde estamos parados, es con el cierre de brechas. Tenemos un serio problema en la región con mano de obra. Hay mucha migración hacia EE. UU., cada vez la mano de obra se encarece y está en menos disposición. Las generaciones nuevas que vienen en la industria ya no quieren trabajar necesariamente en la construcción.
¿Cómo resuelve la innovación en este caso? Por ejemplo, es cómo llevamos a nuestros clientes nuevos sistemas constructivos, nuevas formas de utilizar nuestros productos y servicios que les permitan ser más ágiles. También es ser mejor vecino para pasar menos tiempo en sitio construyendo y tener la mayor eficiencia del recurso disponible.
¿La digitalización puede ayudar a retener y atraer al talento joven que hoy migra?
—Sí, tiene dos caras. La primera, la digitalización como tal contribuye a hacer mucho más eficientes los procesos en obra para empezar.
Por otra parte, la digitalización está de la mano de la tecnología. El desarrollo tecnológico en los países contribuye a que las economías brinden mayores oportunidades también para la gente se quede trabajando aquí en lugar de emigrar.
Es la historia de los países asiáticos que han salido adelante en los últimos 50 años. También es la historia de otros ecosistemas mucho más maduros que evolucionaron a crear tecnología dentro de su región.
¿La innovación y tecnología en Guatemala son ya una realidad para el sector construcción?
—Sí. Tenemos el talento. Materia gris hay de sobra y ganas de hacer las cosas tenemos de sobra también. Este evento como el Building Latam Fest nos ayuda a unir todas esas competencias y cualidades que tenemos en Latinoamérica para encontrar juntos oportunidades.
En la región lo tenemos. Lo que necesitamos son espacios que se generen para que puedan llevarse a cabo esas grandes ideas a modelos de negocios sostenibles, donde se gane multilateralmente. Pero el talento existe de sobra en la región.
¿Qué tecnologías o desarrollos de Progreso están pensados para beneficiar proyectos de construcción?
—Partiendo en casa, inteligencia artificial aplicada a eficiencia energética. Esto nos va a permitir ser un mejor proveedor de cara al mercado. Arrancar en casa es volver nuestras operaciones mucho más sostenibles y eficientes, lo que siempre tendrá un impacto hacia abajo en la cadena.
Número dos, esfuerzos de digitalización, sobre todo e-commerce. Ya tenemos un par de casos de éxito interesantes también, en donde hemos ahorrado costos de búsqueda por nuestros productos y mayor eficiencia operativa en las transacciones comerciales.
Y por último, todo lo relacionado a BIM, que está tan de moda en los proyectos de construcción. Nuestros clientes, constructores y desarrolladores, tienen acceso al menos a tres tecnologías que pueden comprar en nuestra concretera: Mixto Listo. Eso les permite ser más eficientes en obra, ahorrando tiempo de desencofrados, en sitio con los proyectos y con mucho más ordenamiento, documentación y todas las transacciones que generan estos proyectos, que son muchísimas.
¿Cómo convencer a constructores de que invertir en innovación genera ahorros a futuro?
— Generalmente, la innovación apalancada en tecnología tiene un mayor costo en cuanto a inversión inicial y los retornos vienen en el tiempo. Hay dos claves: tener el panorama completo y darle el oxígeno suficiente en la línea temporal para que puedan traer de vuelta esos rendimientos sobre la inversión planteada inicialmente.
¿Qué buenas prácticas han visto en constructores que aplican la innovación?
— Uno: aplicaciones de plataformas como BIM. Creo que ya muchos de nuestros clientes lo están implementando. Permite ahorro en documentación, digitalización de planos y contar con gemelos digitales que indican de forma preventiva dónde podrías cometer un error antes de construirlo, lo que es mucho más costoso.
Dos: ser más eficientes en cuanto a métodos constructivos en sitio. Hemos tenido incluso participaciones relacionadas a prefabricados de concreto, con los cuales puedes construir más rápido. Fabricas en una planta, en un ambiente más controlado, y en sitio eres mejor vecino: pasas menos tiempo, menos ruido, menos polvo y mayor eficiencia en el uso de la mano de obra.
Y tres: quizás un poco más filosófico, es la cultura mental de hacer cosas nuevas. La mayoría de nuestros clientes están siempre pensando en qué más podemos hacer distinto en la industria o cómo lo que ya hacemos puede mejorar. Creo que esa mentalidad es clave para que todo lo demás pueda permear.
¿Qué beneficios concretos recibe el cliente final con innovación en materiales?
— Tenemos varios tipos de cliente final. Arrancando con el usuario que es todavía la mayoría, el producto que se vende en bolsas.
Con los esfuerzos relacionados a el comercio electrónico y digitalización o marketplaces tienen acceso a los productos de una forma más rápida porque tienen menores costos de búsqueda. Si consultas con un ferretero o un maestro de obra, normalmente deben agarrar el teléfono o incluso visitar hasta cinco puntos de venta para tener cotizaciones claras y comprar sus productos.
Con los e-commerce que hemos implementado, ellos con un clic pueden tener acceso a cinco cotizaciones distintas en segundos, sin gastar combustible, sin gastar tiempo, sin incurrir en hora hombre. Así agilizan procesos y transacciones comerciales.
¿Cómo ve Progreso y usted la innovación en los próximos años en Guatemala?
— Para mí, el futuro es colaborativo. Veo mucha más apertura cada vez más de distintos actores del ecosistema de construcción e incluso fuera de él: entidades financieras, públicas, academia. Creo que todos nos estamos volteando a ver para trabajar en conjunto y acelerar estos procesos de innovación.
Veo mucha colaboración y una digitalización muy fuerte. Somos de las pocas industrias, en las que aún no existe una cultura de full digitalización.
Pero esto da apertura hacia el mundo. Hay muchas cosas en otras geografías que nos llevan algunos años de ventaja, pero tiene que ver más con dimensión temporal que espacial. Si sabemos aprender de esos ecosistemas, con el talento local podemos acelerar y exponencial al máximo para llevar a la construcción.
La innovación se ha convertido en un factor decisivo para enfrentar los principales retos de la construcción: costos crecientes y escasez de mano de obra. En conversación con República Inmobiliaria, Erick Melgar, gerente de Innovación, Investigación y Desarrollo de Progreso, explica como tecnologías están transformando la forma de construir en Guatemala.
El directivo subraya que el talento existe en la región, pero hacen falta espacios y modelos de negocio sostenibles que permitan convertir ideas en resultados. La innovación marca hoy el rumbo del sector.
¿Cómo la innovación en materiales y procesos ayuda a cumplir con costos y tiempos controlados?
— En costos y tiempo son las dos variables. Hoy en donde estamos parados, es con el cierre de brechas. Tenemos un serio problema en la región con mano de obra. Hay mucha migración hacia EE. UU., cada vez la mano de obra se encarece y está en menos disposición. Las generaciones nuevas que vienen en la industria ya no quieren trabajar necesariamente en la construcción.
¿Cómo resuelve la innovación en este caso? Por ejemplo, es cómo llevamos a nuestros clientes nuevos sistemas constructivos, nuevas formas de utilizar nuestros productos y servicios que les permitan ser más ágiles. También es ser mejor vecino para pasar menos tiempo en sitio construyendo y tener la mayor eficiencia del recurso disponible.
¿La digitalización puede ayudar a retener y atraer al talento joven que hoy migra?
—Sí, tiene dos caras. La primera, la digitalización como tal contribuye a hacer mucho más eficientes los procesos en obra para empezar.
Por otra parte, la digitalización está de la mano de la tecnología. El desarrollo tecnológico en los países contribuye a que las economías brinden mayores oportunidades también para la gente se quede trabajando aquí en lugar de emigrar.
Es la historia de los países asiáticos que han salido adelante en los últimos 50 años. También es la historia de otros ecosistemas mucho más maduros que evolucionaron a crear tecnología dentro de su región.
¿La innovación y tecnología en Guatemala son ya una realidad para el sector construcción?
—Sí. Tenemos el talento. Materia gris hay de sobra y ganas de hacer las cosas tenemos de sobra también. Este evento como el Building Latam Fest nos ayuda a unir todas esas competencias y cualidades que tenemos en Latinoamérica para encontrar juntos oportunidades.
En la región lo tenemos. Lo que necesitamos son espacios que se generen para que puedan llevarse a cabo esas grandes ideas a modelos de negocios sostenibles, donde se gane multilateralmente. Pero el talento existe de sobra en la región.
¿Qué tecnologías o desarrollos de Progreso están pensados para beneficiar proyectos de construcción?
—Partiendo en casa, inteligencia artificial aplicada a eficiencia energética. Esto nos va a permitir ser un mejor proveedor de cara al mercado. Arrancar en casa es volver nuestras operaciones mucho más sostenibles y eficientes, lo que siempre tendrá un impacto hacia abajo en la cadena.
Número dos, esfuerzos de digitalización, sobre todo e-commerce. Ya tenemos un par de casos de éxito interesantes también, en donde hemos ahorrado costos de búsqueda por nuestros productos y mayor eficiencia operativa en las transacciones comerciales.
Y por último, todo lo relacionado a BIM, que está tan de moda en los proyectos de construcción. Nuestros clientes, constructores y desarrolladores, tienen acceso al menos a tres tecnologías que pueden comprar en nuestra concretera: Mixto Listo. Eso les permite ser más eficientes en obra, ahorrando tiempo de desencofrados, en sitio con los proyectos y con mucho más ordenamiento, documentación y todas las transacciones que generan estos proyectos, que son muchísimas.
¿Cómo convencer a constructores de que invertir en innovación genera ahorros a futuro?
— Generalmente, la innovación apalancada en tecnología tiene un mayor costo en cuanto a inversión inicial y los retornos vienen en el tiempo. Hay dos claves: tener el panorama completo y darle el oxígeno suficiente en la línea temporal para que puedan traer de vuelta esos rendimientos sobre la inversión planteada inicialmente.
¿Qué buenas prácticas han visto en constructores que aplican la innovación?
— Uno: aplicaciones de plataformas como BIM. Creo que ya muchos de nuestros clientes lo están implementando. Permite ahorro en documentación, digitalización de planos y contar con gemelos digitales que indican de forma preventiva dónde podrías cometer un error antes de construirlo, lo que es mucho más costoso.
Dos: ser más eficientes en cuanto a métodos constructivos en sitio. Hemos tenido incluso participaciones relacionadas a prefabricados de concreto, con los cuales puedes construir más rápido. Fabricas en una planta, en un ambiente más controlado, y en sitio eres mejor vecino: pasas menos tiempo, menos ruido, menos polvo y mayor eficiencia en el uso de la mano de obra.
Y tres: quizás un poco más filosófico, es la cultura mental de hacer cosas nuevas. La mayoría de nuestros clientes están siempre pensando en qué más podemos hacer distinto en la industria o cómo lo que ya hacemos puede mejorar. Creo que esa mentalidad es clave para que todo lo demás pueda permear.
¿Qué beneficios concretos recibe el cliente final con innovación en materiales?
— Tenemos varios tipos de cliente final. Arrancando con el usuario que es todavía la mayoría, el producto que se vende en bolsas.
Con los esfuerzos relacionados a el comercio electrónico y digitalización o marketplaces tienen acceso a los productos de una forma más rápida porque tienen menores costos de búsqueda. Si consultas con un ferretero o un maestro de obra, normalmente deben agarrar el teléfono o incluso visitar hasta cinco puntos de venta para tener cotizaciones claras y comprar sus productos.
Con los e-commerce que hemos implementado, ellos con un clic pueden tener acceso a cinco cotizaciones distintas en segundos, sin gastar combustible, sin gastar tiempo, sin incurrir en hora hombre. Así agilizan procesos y transacciones comerciales.
¿Cómo ve Progreso y usted la innovación en los próximos años en Guatemala?
— Para mí, el futuro es colaborativo. Veo mucha más apertura cada vez más de distintos actores del ecosistema de construcción e incluso fuera de él: entidades financieras, públicas, academia. Creo que todos nos estamos volteando a ver para trabajar en conjunto y acelerar estos procesos de innovación.
Veo mucha colaboración y una digitalización muy fuerte. Somos de las pocas industrias, en las que aún no existe una cultura de full digitalización.
Pero esto da apertura hacia el mundo. Hay muchas cosas en otras geografías que nos llevan algunos años de ventaja, pero tiene que ver más con dimensión temporal que espacial. Si sabemos aprender de esos ecosistemas, con el talento local podemos acelerar y exponencial al máximo para llevar a la construcción.