El mercado inmobiliario español enfrenta una tormenta: escasez de suelo, falta de mano de obra y normativas onerosas elevan los costos y limitan la oferta. En este contexto, algunas promotoras prevén hipotecas de hasta 70 años heredables. Mientras tanto, el sueño de la vivienda en propiedad se aleja para nuevas generaciones.
Por qué importa. Los actores del sector alertan que la crisis actual no se parece a la de 2007. Esta vez, no hay sobreoferta, sino una demanda que no puede pagarse, y escasez estructural.
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"Esto va a seguir hasta que el cuerpo aguante", advirtió Ignacio Moreno, CEO de Aurora Homes, sobre el aumento imparable de precios por incapacidad de pago.
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El déficit de suelo urbanizable es el caballo de batalla del sector, señaló Francisco Pumar de Grupo Insur. La falta de planificación frena la promoción y encarece los proyectos.
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Las dificultades para el ahorro están consolidando la idea de hipotecas de 70 años heredables, mientras crece la brecha entre quienes pagan al contado y quienes no acceden al crédito.
En el radar. Las promotoras acusan a las administraciones de entorpecer con regulaciones lentas, impuestos y trabas que encarecen el acceso a la vivienda y afectan la rentabilidad.
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“Se les ha ido de las manos”, dijo Moreno sobre la proliferación normativa. El retraso en permisos extiende los plazos de desarrollo de 30 a 50 meses.
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La industrialización se plantea como solución, pero requiere inversión anticipada y certeza de ejecución, condiciones poco comunes hoy. “Es difícil porque nunca sabemos cuándo vamos a producir”, resaltó Pumar.
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Para Rafael González-Cobos de Grupo Ferrocarril, la no intervención es una falacia, el Estado ya interviene y debería hacerlo más, pero con inteligencia, especialmente ante la pasividad de la banca.
Visto y no visto. El modelo tradicional de vivienda se erosiona: jóvenes sin capacidad de ahorro se resignan al alquiler. El capital extranjero gana terreno en zonas costeras y de alto valor.
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“Les hemos quitado las ganas de ser propietarios”, dijo Raúl Guerrero Juanes de Gestilar, aludiendo a las nuevas formas de habitar y a la falta de incentivos para jóvenes.
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Topas de Premier España, afirmó que muchas VPO requieren ahorros altos, lo que limita el acceso real. “Condenamos a generaciones enteras al alquiler”.
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Se expanden formatos como el coliving, mientras las segundas coronas urbanas ganan protagonismo. Para Moreno, “Brunete y Talavera ya son Madrid”.
Ahora qué. El desequilibrio estructural del mercado podría prolongarse años, agravando la desigualdad. Las soluciones, advierten las promotoras, no se verán antes de 2028.
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El problema no es solo económico, sino cultural y demográfico: escasa natalidad, movilidad laboral y precariedad alejan a los jóvenes de la propiedad.
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El déficit de mano de obra también preocupa: “Nadie quiere volver al sector”, lamentó Guerrero, quien pide hacerlo atractivo otra vez.
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Para lograr cambios reales, el sector solicita incentivos fiscales, suelo disponible, industrialización regulada y voluntad política. De lo contrario, la herencia será una hipoteca.
Con información de: El Economista
El mercado inmobiliario español enfrenta una tormenta: escasez de suelo, falta de mano de obra y normativas onerosas elevan los costos y limitan la oferta. En este contexto, algunas promotoras prevén hipotecas de hasta 70 años heredables. Mientras tanto, el sueño de la vivienda en propiedad se aleja para nuevas generaciones.
Por qué importa. Los actores del sector alertan que la crisis actual no se parece a la de 2007. Esta vez, no hay sobreoferta, sino una demanda que no puede pagarse, y escasez estructural.
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"Esto va a seguir hasta que el cuerpo aguante", advirtió Ignacio Moreno, CEO de Aurora Homes, sobre el aumento imparable de precios por incapacidad de pago.
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El déficit de suelo urbanizable es el caballo de batalla del sector, señaló Francisco Pumar de Grupo Insur. La falta de planificación frena la promoción y encarece los proyectos.
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Las dificultades para el ahorro están consolidando la idea de hipotecas de 70 años heredables, mientras crece la brecha entre quienes pagan al contado y quienes no acceden al crédito.
En el radar. Las promotoras acusan a las administraciones de entorpecer con regulaciones lentas, impuestos y trabas que encarecen el acceso a la vivienda y afectan la rentabilidad.
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“Se les ha ido de las manos”, dijo Moreno sobre la proliferación normativa. El retraso en permisos extiende los plazos de desarrollo de 30 a 50 meses.
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La industrialización se plantea como solución, pero requiere inversión anticipada y certeza de ejecución, condiciones poco comunes hoy. “Es difícil porque nunca sabemos cuándo vamos a producir”, resaltó Pumar.
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Para Rafael González-Cobos de Grupo Ferrocarril, la no intervención es una falacia, el Estado ya interviene y debería hacerlo más, pero con inteligencia, especialmente ante la pasividad de la banca.
Visto y no visto. El modelo tradicional de vivienda se erosiona: jóvenes sin capacidad de ahorro se resignan al alquiler. El capital extranjero gana terreno en zonas costeras y de alto valor.
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“Les hemos quitado las ganas de ser propietarios”, dijo Raúl Guerrero Juanes de Gestilar, aludiendo a las nuevas formas de habitar y a la falta de incentivos para jóvenes.
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Topas de Premier España, afirmó que muchas VPO requieren ahorros altos, lo que limita el acceso real. “Condenamos a generaciones enteras al alquiler”.
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Se expanden formatos como el coliving, mientras las segundas coronas urbanas ganan protagonismo. Para Moreno, “Brunete y Talavera ya son Madrid”.
Ahora qué. El desequilibrio estructural del mercado podría prolongarse años, agravando la desigualdad. Las soluciones, advierten las promotoras, no se verán antes de 2028.
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El problema no es solo económico, sino cultural y demográfico: escasa natalidad, movilidad laboral y precariedad alejan a los jóvenes de la propiedad.
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El déficit de mano de obra también preocupa: “Nadie quiere volver al sector”, lamentó Guerrero, quien pide hacerlo atractivo otra vez.
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Para lograr cambios reales, el sector solicita incentivos fiscales, suelo disponible, industrialización regulada y voluntad política. De lo contrario, la herencia será una hipoteca.
Con información de: El Economista