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Asdrúbal Brenes: “Con un smartphone puedes resolver problemas técnicos de obra”

Fotografía: María José Aresti.
María José Aresti
09 de septiembre, 2025

La adopción digital en construcción enfrenta barreras culturales, principalmente el cambio de mentalidad de profesionales acostumbrados a procesos tradicionales. Sin embargo, las nuevas herramientas permiten optimizar costos y tiempos.

Según Asdrúbel Brenes, general manager de Sika Costa Rica, la digitalización no solo mejora eficiencia y sostenibilidad, también fortalece la competitividad regional, atrae inversión extranjera y contribuye a retener talento joven en el sector.

Con su experiencia en foros, charlas y capacitaciones, ¿cuáles son las verdaderas barreras de adopción digital en obra pesada?

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— Es todo un reto porque muchas veces hay que cambiar el mindset del ingeniero que lleva años trabajando y que se siente cómodo con lo básico de un smartphone. Llegar a instruirlo en que ni siquiera necesita una computadora o una tablet, sino que puede usar su celular, no siempre es sencillo.

Los usuarios ahora pueden hacer sus propios diseños de mezcla de concreto, una labor antes delegada a laboratorios externos con inversión adicional de recursos. Hoy, con aplicaciones sencillas y apoyo técnico, pueden resolver esos problemas directamente desde su teléfono.

Esto significa que no solo se ahorra dinero, sino que también se gana en agilidad y control dentro de la obra.

.

Cuando hablamos de digitalización de obra, ¿en qué se traduce para los desarrolladores inmobiliarios?

— Es una suma de todo. Al final, lo que se busca es optimizar los recursos. Eso implica reducir costos de construcción y realizar las tareas en menos tiempo, con mayor eficiencia.

Al digitalizar, los procesos se vuelven más económicos y se disminuye la cantidad de errores en ejecución. Todo se orienta a un mismo objetivo: optimizar lo que ya existe para que el resultado sea más rentable y sostenible.

La digitalización es un proceso de optimización que genera valor en todas las etapas del proyecto.

¿Cómo la digitalización vuelve sostenible y atractivo al sector construcción?

— La clave está en la optimización de recursos. Un proyecto con menor riesgo de construcción implica menos costo y mayor margen de ganancia para el inversionista.

El sector logra disminuir pérdidas y aumentar la probabilidad de éxito en la ejecución de cada obra. Eso se traduce en más confianza para quienes apuestan por el desarrollo.

Por lo tanto, la digitalización es un factor que mejora la competitividad y atracción de capital.

¿Hay países en Centroamérica que van más adelantados en esta adopción?

— En general, la región tiene un nivel parecido. Guatemala y Panamá, con mayor volumen de construcción en altura, van un poco más a la vanguardia por necesidad inmediata.

Costa Rica, aunque no destaca en vivienda vertical, sí tiene un desarrollo fuerte en infraestructura, como proyectos hidroeléctricos, donde la digitalización también se aplica. No obstante, el sector aún utiliza tecnologías muy básicas. Por ejemplo, pruebas de concreto que se han hecho igual durante 100 años siguen siendo norma.

Si nos comparamos con Europa o EE. UU. están en otro nivel, pero Centroamérica mantiene un avance aceptable.

.

El verdadero desafío está en cambiar el mindset, en romper con la resistencia natural de las personas frente a lo nuevo. La educación juega un papel fundamental en este proceso.

La adopción es bastante similar en los subsectores, aunque la construcción estatal se queda más rezagada. La inversión pública aún está atrasada frente a estas nuevas tecnologías.

En cambio, la construcción privada muestra más apertura para incorporar procesos digitales. Allí es donde más rápido se observa el cambio.

El reto sigue siendo equilibrar y motivar a todos los sectores a avanzar hacia la modernización.

¿Cuál es el riesgo si la región no sigue adoptando la digitalización?

— Se quedan atrás y se invisibilizan. Si una empresa no coloca sus productos en bibliotecas BIM los diseñadores no los encuentran. Entonces toman opciones de la competencia que sí apostaron por digitalizar.

Eso significa perder mercado, competitividad y visibilidad. Para una empresa, puede ser desastroso.

¿Puede la digitalización atraer y retener talento joven en construcción?

— Definitivamente. En el primer mundo, la digitalización ya es parte del día a día, y nuestros países deben ofrecer esas mismas herramientas para evitar fuga de talento.

Si un joven encuentra aquí el acceso a software BIM, aplicaciones y soluciones digitales modernas, no necesitará migrar para trabajar con ellas.

La clave es ofrecer las mismas condiciones tecnológicas que se usan en el extranjero, pero disponibles localmente. No se necesita una supercomputadora. Con el mismo smartphone que usas a diario, puedes resolver problemas técnicos de obra.

Las herramientas están disponibles y la capacidad profesional en la región no es menor que la del norte.

.

¿La región representa una oportunidad para invertir en digitalización de construcción?

— Definitivamente. Latinoamérica está proyectada con crecimiento a doble dígito en la próxima década, y eso atrae inversiones en nuevas tecnologías.

Las empresas internacionales ven en la región un área de gran expansión, lo que motiva el desarrollo y la adopción digital. Precisamente por eso, hay tanto interés en aplicar estas herramientas en el sector local.

Dejar atrás métodos tradicionales e incorporar la tecnología en la rutina diaria de la construcción es fundamental. El cambio es sencillo y los resultados son muy positivos para quienes se atreven a dar el paso.

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Asdrúbal Brenes: “Con un smartphone puedes resolver problemas técnicos de obra”

Fotografía: María José Aresti.
María José Aresti
09 de septiembre, 2025

La adopción digital en construcción enfrenta barreras culturales, principalmente el cambio de mentalidad de profesionales acostumbrados a procesos tradicionales. Sin embargo, las nuevas herramientas permiten optimizar costos y tiempos.

Según Asdrúbel Brenes, general manager de Sika Costa Rica, la digitalización no solo mejora eficiencia y sostenibilidad, también fortalece la competitividad regional, atrae inversión extranjera y contribuye a retener talento joven en el sector.

Con su experiencia en foros, charlas y capacitaciones, ¿cuáles son las verdaderas barreras de adopción digital en obra pesada?

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— Es todo un reto porque muchas veces hay que cambiar el mindset del ingeniero que lleva años trabajando y que se siente cómodo con lo básico de un smartphone. Llegar a instruirlo en que ni siquiera necesita una computadora o una tablet, sino que puede usar su celular, no siempre es sencillo.

Los usuarios ahora pueden hacer sus propios diseños de mezcla de concreto, una labor antes delegada a laboratorios externos con inversión adicional de recursos. Hoy, con aplicaciones sencillas y apoyo técnico, pueden resolver esos problemas directamente desde su teléfono.

Esto significa que no solo se ahorra dinero, sino que también se gana en agilidad y control dentro de la obra.

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Cuando hablamos de digitalización de obra, ¿en qué se traduce para los desarrolladores inmobiliarios?

— Es una suma de todo. Al final, lo que se busca es optimizar los recursos. Eso implica reducir costos de construcción y realizar las tareas en menos tiempo, con mayor eficiencia.

Al digitalizar, los procesos se vuelven más económicos y se disminuye la cantidad de errores en ejecución. Todo se orienta a un mismo objetivo: optimizar lo que ya existe para que el resultado sea más rentable y sostenible.

La digitalización es un proceso de optimización que genera valor en todas las etapas del proyecto.

¿Cómo la digitalización vuelve sostenible y atractivo al sector construcción?

— La clave está en la optimización de recursos. Un proyecto con menor riesgo de construcción implica menos costo y mayor margen de ganancia para el inversionista.

El sector logra disminuir pérdidas y aumentar la probabilidad de éxito en la ejecución de cada obra. Eso se traduce en más confianza para quienes apuestan por el desarrollo.

Por lo tanto, la digitalización es un factor que mejora la competitividad y atracción de capital.

¿Hay países en Centroamérica que van más adelantados en esta adopción?

— En general, la región tiene un nivel parecido. Guatemala y Panamá, con mayor volumen de construcción en altura, van un poco más a la vanguardia por necesidad inmediata.

Costa Rica, aunque no destaca en vivienda vertical, sí tiene un desarrollo fuerte en infraestructura, como proyectos hidroeléctricos, donde la digitalización también se aplica. No obstante, el sector aún utiliza tecnologías muy básicas. Por ejemplo, pruebas de concreto que se han hecho igual durante 100 años siguen siendo norma.

Si nos comparamos con Europa o EE. UU. están en otro nivel, pero Centroamérica mantiene un avance aceptable.

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El verdadero desafío está en cambiar el mindset, en romper con la resistencia natural de las personas frente a lo nuevo. La educación juega un papel fundamental en este proceso.

La adopción es bastante similar en los subsectores, aunque la construcción estatal se queda más rezagada. La inversión pública aún está atrasada frente a estas nuevas tecnologías.

En cambio, la construcción privada muestra más apertura para incorporar procesos digitales. Allí es donde más rápido se observa el cambio.

El reto sigue siendo equilibrar y motivar a todos los sectores a avanzar hacia la modernización.

¿Cuál es el riesgo si la región no sigue adoptando la digitalización?

— Se quedan atrás y se invisibilizan. Si una empresa no coloca sus productos en bibliotecas BIM los diseñadores no los encuentran. Entonces toman opciones de la competencia que sí apostaron por digitalizar.

Eso significa perder mercado, competitividad y visibilidad. Para una empresa, puede ser desastroso.

¿Puede la digitalización atraer y retener talento joven en construcción?

— Definitivamente. En el primer mundo, la digitalización ya es parte del día a día, y nuestros países deben ofrecer esas mismas herramientas para evitar fuga de talento.

Si un joven encuentra aquí el acceso a software BIM, aplicaciones y soluciones digitales modernas, no necesitará migrar para trabajar con ellas.

La clave es ofrecer las mismas condiciones tecnológicas que se usan en el extranjero, pero disponibles localmente. No se necesita una supercomputadora. Con el mismo smartphone que usas a diario, puedes resolver problemas técnicos de obra.

Las herramientas están disponibles y la capacidad profesional en la región no es menor que la del norte.

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¿La región representa una oportunidad para invertir en digitalización de construcción?

— Definitivamente. Latinoamérica está proyectada con crecimiento a doble dígito en la próxima década, y eso atrae inversiones en nuevas tecnologías.

Las empresas internacionales ven en la región un área de gran expansión, lo que motiva el desarrollo y la adopción digital. Precisamente por eso, hay tanto interés en aplicar estas herramientas en el sector local.

Dejar atrás métodos tradicionales e incorporar la tecnología en la rutina diaria de la construcción es fundamental. El cambio es sencillo y los resultados son muy positivos para quienes se atreven a dar el paso.

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