Guatemala avanza hacia un modelo de desarrollo industrial más competitivo. La planificación inteligente de bodegas es clave para responder a nuevas demandas logísticas y de distribución regional.
Así lo asegura Alejandro Fernández, director de operaciones del Grupo Rosul y miembro de la Junta Directiva de la gremial de bodegas de la Cámara de Industria de Guatemala, en entrevista con República, realizada en el marco previo de Expo Bodega 2025.
¿Cuál es la principal apuesta de Expo Bodega 2025 para posicionar a Guatemala como un hub industrial y logístico regional?
—Expo Bodega 2025 es la segunda edición que organizamos como parte de la gremial de bodegas de la Cámara de Industria. Nació como una apuesta para fomentar el desarrollo de proyectos inmobiliarios industriales, y el primer año superó nuestras expectativas de asistencia y participación.
Este evento busca generar networking, atraer inversionistas y promover la inversión en el país. Los desarrollos industriales, a diferencia de los residenciales o comerciales, se ubican en zonas estratégicas como puertos, aeropuertos o vías principales, lo cual genera desarrollo en comunidades del interior.
¿Qué capacidades técnicas o profesionales considera que están más rezagadas en Guatemala frente a la automatización y digitalización logística?
—Guatemala suele estar algunos años atrás respecto a países desarrollados. Aunque esto representa un reto, también marca con claridad la ruta a seguir. Antes, se hablaba solo de metros cuadrados; hoy, los proyectos logísticos apuntan a metros cúbicos.
Las nuevas bodegas deben tener estándares internacionales como techos de 12 metros, permitiendo automatización. Aunque aún no llegamos al nivel de Amazon con inteligencia artificial, debemos dejar la infraestructura lista para cuando llegue el momento.
¿Qué tanto pesa hoy la sostenibilidad ambiental en las decisiones de inversión industrial en Guatemala y cómo están respondiendo los desarrolladores?
—La sostenibilidad está ganando peso, sobre todo si se quiere atender a marcas de nivel internacional que exigen certificaciones como LEED. Muchos desarrolladores aún lo ven como un sobrecosto, pero hay soluciones locales accesibles y eficientes.
Por ejemplo, reinfiltrar el agua en vez de canalizarla puede ser más barato y sostenible. También hay opciones como techos solares que pueden generar energía. Lo importante es diseñar desde el inicio con eficiencia estructural para reducir costos y el impacto ambiental.
¿De qué manera las brechas en infraestructura vial, energética y portuaria están afectando el potencial logístico del país?
—La infraestructura nacional presenta retos claros. Los puertos necesitan ampliación, las carreteras mantenimiento, y los aeropuertos mayor capacidad. Esto condiciona nuestra competitividad frente a otros países de la región.
Desde el sector privado, creemos que las alianzas público-privadas son clave. Como desarrolladores, estamos listos para apoyar, pero necesitamos voluntad política para avanzar en estas mejoras.
¿Cómo están evolucionando las alianzas entre desarrolladores, operadores logísticos y actores financieros para impulsar proyectos industriales integrales?
—No es falta de financiamiento o interés, el problema sigue siendo la infraestructura. Hay marcas que ven a Guatemala con potencial por su mano de obra y tierra disponible, pero no se atreven a invertir si las carreteras, puertos o aeropuertos no están a la altura.
En logística no competimos solo como desarrolladores, competimos como país. Y hoy estamos perdiendo frente a destinos como Costa Rica, Panamá o República Dominicana.
¿Cuáles son los principales detonantes del crecimiento industrial en Escuintla, especialmente en el desarrollo de bodegas?
—En Escuintla confluyen tres factores clave: cercanía al puerto, acceso a autopistas y terrenos grandes y planos. Esto lo hace ideal para proyectos industriales, como Synergy y Pacific, que además han incorporado vivienda, comercio, recreación y reforestación.
Es un modelo de ciudad integral donde la base son las bodegas, y se complementa con un ecosistema urbano funcional.
¿Qué buenas prácticas aportan más valor en la administración de parques industriales en un contexto de alta competencia regional?
—Desde la planificación, es clave no escatimar en detalles técnicos. Hay que garantizar la altura mínima de 12 metros, calles amplias para maniobra de tráileres, y pisos adecuados para cargas pesadas.
Además, se debe pensar en el entorno vial: de nada sirve tener una bodega de primer nivel si los accesos no permiten operar eficientemente.
¿Qué mensaje espera dejar Expo Bodega 2025 al ecosistema empresarial guatemalteco?
—Que Guatemala está lista. A pesar de los desafíos, es un país con gran potencial. Como Grupo Rosul, llevamos más de 25 años desarrollando, y hace tres nos unimos al sector logístico. Ya estamos entregando nuestro primer centro logístico y vamos por más.
Expo Bodega será un espacio para hacer networking, conocer soluciones sostenibles, cerrar negocios y aprender de expertos internacionales. Vale la pena dedicarle el tiempo y aprovechar lo que ofrece.
Guatemala avanza hacia un modelo de desarrollo industrial más competitivo. La planificación inteligente de bodegas es clave para responder a nuevas demandas logísticas y de distribución regional.
Así lo asegura Alejandro Fernández, director de operaciones del Grupo Rosul y miembro de la Junta Directiva de la gremial de bodegas de la Cámara de Industria de Guatemala, en entrevista con República, realizada en el marco previo de Expo Bodega 2025.
¿Cuál es la principal apuesta de Expo Bodega 2025 para posicionar a Guatemala como un hub industrial y logístico regional?
—Expo Bodega 2025 es la segunda edición que organizamos como parte de la gremial de bodegas de la Cámara de Industria. Nació como una apuesta para fomentar el desarrollo de proyectos inmobiliarios industriales, y el primer año superó nuestras expectativas de asistencia y participación.
Este evento busca generar networking, atraer inversionistas y promover la inversión en el país. Los desarrollos industriales, a diferencia de los residenciales o comerciales, se ubican en zonas estratégicas como puertos, aeropuertos o vías principales, lo cual genera desarrollo en comunidades del interior.
¿Qué capacidades técnicas o profesionales considera que están más rezagadas en Guatemala frente a la automatización y digitalización logística?
—Guatemala suele estar algunos años atrás respecto a países desarrollados. Aunque esto representa un reto, también marca con claridad la ruta a seguir. Antes, se hablaba solo de metros cuadrados; hoy, los proyectos logísticos apuntan a metros cúbicos.
Las nuevas bodegas deben tener estándares internacionales como techos de 12 metros, permitiendo automatización. Aunque aún no llegamos al nivel de Amazon con inteligencia artificial, debemos dejar la infraestructura lista para cuando llegue el momento.
¿Qué tanto pesa hoy la sostenibilidad ambiental en las decisiones de inversión industrial en Guatemala y cómo están respondiendo los desarrolladores?
—La sostenibilidad está ganando peso, sobre todo si se quiere atender a marcas de nivel internacional que exigen certificaciones como LEED. Muchos desarrolladores aún lo ven como un sobrecosto, pero hay soluciones locales accesibles y eficientes.
Por ejemplo, reinfiltrar el agua en vez de canalizarla puede ser más barato y sostenible. También hay opciones como techos solares que pueden generar energía. Lo importante es diseñar desde el inicio con eficiencia estructural para reducir costos y el impacto ambiental.
¿De qué manera las brechas en infraestructura vial, energética y portuaria están afectando el potencial logístico del país?
—La infraestructura nacional presenta retos claros. Los puertos necesitan ampliación, las carreteras mantenimiento, y los aeropuertos mayor capacidad. Esto condiciona nuestra competitividad frente a otros países de la región.
Desde el sector privado, creemos que las alianzas público-privadas son clave. Como desarrolladores, estamos listos para apoyar, pero necesitamos voluntad política para avanzar en estas mejoras.
¿Cómo están evolucionando las alianzas entre desarrolladores, operadores logísticos y actores financieros para impulsar proyectos industriales integrales?
—No es falta de financiamiento o interés, el problema sigue siendo la infraestructura. Hay marcas que ven a Guatemala con potencial por su mano de obra y tierra disponible, pero no se atreven a invertir si las carreteras, puertos o aeropuertos no están a la altura.
En logística no competimos solo como desarrolladores, competimos como país. Y hoy estamos perdiendo frente a destinos como Costa Rica, Panamá o República Dominicana.
¿Cuáles son los principales detonantes del crecimiento industrial en Escuintla, especialmente en el desarrollo de bodegas?
—En Escuintla confluyen tres factores clave: cercanía al puerto, acceso a autopistas y terrenos grandes y planos. Esto lo hace ideal para proyectos industriales, como Synergy y Pacific, que además han incorporado vivienda, comercio, recreación y reforestación.
Es un modelo de ciudad integral donde la base son las bodegas, y se complementa con un ecosistema urbano funcional.
¿Qué buenas prácticas aportan más valor en la administración de parques industriales en un contexto de alta competencia regional?
—Desde la planificación, es clave no escatimar en detalles técnicos. Hay que garantizar la altura mínima de 12 metros, calles amplias para maniobra de tráileres, y pisos adecuados para cargas pesadas.
Además, se debe pensar en el entorno vial: de nada sirve tener una bodega de primer nivel si los accesos no permiten operar eficientemente.
¿Qué mensaje espera dejar Expo Bodega 2025 al ecosistema empresarial guatemalteco?
—Que Guatemala está lista. A pesar de los desafíos, es un país con gran potencial. Como Grupo Rosul, llevamos más de 25 años desarrollando, y hace tres nos unimos al sector logístico. Ya estamos entregando nuestro primer centro logístico y vamos por más.
Expo Bodega será un espacio para hacer networking, conocer soluciones sostenibles, cerrar negocios y aprender de expertos internacionales. Vale la pena dedicarle el tiempo y aprovechar lo que ofrece.