El próximo 30 de abril la cantidad de elementos militares que apoyan a la Policía Nacional Civil (PNC) en tareas de seguridad ciudadana, se reducirá a la mitad y el resto se quedará en 11 de los 30 municipios de cinco departamentos que vigilan en la actualidad.
Para expertos en temas de seguridad, la decisión tomada por el Gobierno y el Ministerio de Gobernación, es un error porque la PNC aún no está preparada para quedarse sola en el combate a la delincuencia y temen que los hechos criminales se disparen.
El retiro gradual del apoyo de las fuerzas armadas a la PNC, empezó en enero con la reubicación y concentración de los nueve escuadrones, que suman en total 4 mil 500 militares, en 30 municipios de los departamentos de Guatemala, Escuintla, Izabal, Chiquimula y Petén, que registran altos índices de criminalidad.
Regresan a cuarteles
El siguiente paso se concretará dentro de 24 días cuando dejen de patrullar las calles 2 mil 250 efectivos castrenses y la presencia, de los que quedan, se reducirá a 36.6% de los municipios que protegen de manera conjunta con la PNC.
Los elementos del Ministerio de la Defensa Nacional (MDN) que dejen de apoyar en la seguridad ciudadana se les asignarán tareas de “seguridad en fronteras; resguardo de infraestructura crítica como puentes, aeropuertos, torres eléctricas de interés estratégico para el país. También serán asignados al cuerpo de ingenieros del Ejército para construcción de carreteras y a la unidad de ayuda humanitaria que realiza trabajos de rescate durante desastres naturales”, afirmó William García, director general de prensa del MDN.
Hasta el 5 de abril el Ejército tenía un presupuesto de Q115.6 millones para “apoyo a la seguridad ciudadana y las fuerzas de seguridad ciudadana” y evidenciaba un aumento de Q11.2 millones con respecto al presupuesto inicialmente asignado, según el Sistema de Contabilidad Integrada Gubernamental (Sicoin).
¿El adiós definitivo?
La última fase, el retiro del restante 50% de militares que se quedarán apoyando a la PNC, está programado para el 31 de diciembre del año en curso. Pero existe la posibilidad que eso no ocurra.
“Va haber un vacío de poder en los municipios; es decir, no podrán ser reemplazados numéricamente los miembros del Ejército porque la PNC aún no tiene la cantidad de efectivos como para sustituirlos completamente. Además, el respeto que tiene la ciudadanía a los militares hace que sea más persuasivo un patrullaje combinado. Puede ser que crezca la criminalidad y van a volver a pedir al Ejército”, señaló Francisco Quezada, experto en temas de seguridad del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).
Julio Rivera Clavería, ex viceministro de Gobernación, coincide con Quezada. “Creo que es una decisión complicada porque en estos momentos la violencia y la criminalidad es alta. No se puede desarmar una fuerza de apoyo sin tener los relevos para hacer el trabajo. El problema de esto es que se incrementará la violencia”, expresó Rivera Clavería.
A partir de fin de mes solo el tiempo dirá si el Gobierno y la cartera de Gobernación tienen un plan bien elaborado para que los temores de los expertos no se hagan realidad.
“Así es como está el plan de retiro estructurado. Pero si la PNC es rebasada en sus capacidades para responder a la delincuencia el Ministerio de la Defensa Nacional está con toda la voluntad de apoyar a la PNC, sí y solo sí, es dada la orden por el Presidente, porque esa es decisión política”, subrayó García.
Los 11 municipios que seguirán patrullados por el Ejército
- Guatemala
- Mixco
- Villa Nueva
- Escuintla
- Nueva Concepción
- Puerto Barrios
- Morales
- Chiquimula
- Esquipulas
- La Libertad –Petén-
- Sayaxché
El próximo 30 de abril la cantidad de elementos militares que apoyan a la Policía Nacional Civil (PNC) en tareas de seguridad ciudadana, se reducirá a la mitad y el resto se quedará en 11 de los 30 municipios de cinco departamentos que vigilan en la actualidad.
Para expertos en temas de seguridad, la decisión tomada por el Gobierno y el Ministerio de Gobernación, es un error porque la PNC aún no está preparada para quedarse sola en el combate a la delincuencia y temen que los hechos criminales se disparen.
El retiro gradual del apoyo de las fuerzas armadas a la PNC, empezó en enero con la reubicación y concentración de los nueve escuadrones, que suman en total 4 mil 500 militares, en 30 municipios de los departamentos de Guatemala, Escuintla, Izabal, Chiquimula y Petén, que registran altos índices de criminalidad.
Regresan a cuarteles
El siguiente paso se concretará dentro de 24 días cuando dejen de patrullar las calles 2 mil 250 efectivos castrenses y la presencia, de los que quedan, se reducirá a 36.6% de los municipios que protegen de manera conjunta con la PNC.
Los elementos del Ministerio de la Defensa Nacional (MDN) que dejen de apoyar en la seguridad ciudadana se les asignarán tareas de “seguridad en fronteras; resguardo de infraestructura crítica como puentes, aeropuertos, torres eléctricas de interés estratégico para el país. También serán asignados al cuerpo de ingenieros del Ejército para construcción de carreteras y a la unidad de ayuda humanitaria que realiza trabajos de rescate durante desastres naturales”, afirmó William García, director general de prensa del MDN.
Hasta el 5 de abril el Ejército tenía un presupuesto de Q115.6 millones para “apoyo a la seguridad ciudadana y las fuerzas de seguridad ciudadana” y evidenciaba un aumento de Q11.2 millones con respecto al presupuesto inicialmente asignado, según el Sistema de Contabilidad Integrada Gubernamental (Sicoin).
¿El adiós definitivo?
La última fase, el retiro del restante 50% de militares que se quedarán apoyando a la PNC, está programado para el 31 de diciembre del año en curso. Pero existe la posibilidad que eso no ocurra.
“Va haber un vacío de poder en los municipios; es decir, no podrán ser reemplazados numéricamente los miembros del Ejército porque la PNC aún no tiene la cantidad de efectivos como para sustituirlos completamente. Además, el respeto que tiene la ciudadanía a los militares hace que sea más persuasivo un patrullaje combinado. Puede ser que crezca la criminalidad y van a volver a pedir al Ejército”, señaló Francisco Quezada, experto en temas de seguridad del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).
Julio Rivera Clavería, ex viceministro de Gobernación, coincide con Quezada. “Creo que es una decisión complicada porque en estos momentos la violencia y la criminalidad es alta. No se puede desarmar una fuerza de apoyo sin tener los relevos para hacer el trabajo. El problema de esto es que se incrementará la violencia”, expresó Rivera Clavería.
A partir de fin de mes solo el tiempo dirá si el Gobierno y la cartera de Gobernación tienen un plan bien elaborado para que los temores de los expertos no se hagan realidad.
“Así es como está el plan de retiro estructurado. Pero si la PNC es rebasada en sus capacidades para responder a la delincuencia el Ministerio de la Defensa Nacional está con toda la voluntad de apoyar a la PNC, sí y solo sí, es dada la orden por el Presidente, porque esa es decisión política”, subrayó García.
Los 11 municipios que seguirán patrullados por el Ejército
- Guatemala
- Mixco
- Villa Nueva
- Escuintla
- Nueva Concepción
- Puerto Barrios
- Morales
- Chiquimula
- Esquipulas
- La Libertad –Petén-
- Sayaxché