Pocos temas han encendido tanto el debate como las reformas Constitucionales que el pleno del Congreso discute desde hace 10 sesiones. Y aunque los resultados han sido pocos la discusión social se concentra en este momento en si realmente son necesarias.
El miércoles pasado, fue aprobado un segundo artículo de 25 posibles que el Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad (Cicig), presentaron para su conocimiento y aprobación.
El expresidente de la Corte de Constitucionalidad, Roberto Molina Barreto, asegura que la discusión de las reformas debió posponerse para ser discutida primero con todos los sectores posibles pues, atañe a la sociedad en general.
Asegura además, que el Congreso pierde valioso tiempo tratando un tema que debería
“Más parece una imposición de determinados sectores que una propuesta que favorezca a la población guatemalteca en general, pues se presentó de manera arbitraria, plantea un punto de división como la jurisdicción indígena y no fue presentada a todos los sectores” indicó.
Y es que el tema se ha convertido en una verdadero abismo entre los grupos de desaprueban las propuestas y los que las avalan.
El politólogo Renzo Rosal, asegura que la discusión de las reformas debe ser un ejercicio sobre el debate político que hasta la fecha en el Congreso no hemos observado “Hay mucho desconocimiento y desinformación entre los mismos actores que tienen en sus manos este tema que están importante para el país”. Dijo.
Análisis y tiempo
El analista Jonathan Mencos considera discutir sobre los cambios a la constitución debe ser un proceso analítico e incluyente, donde todas las voces posibles hablen al respecto. “El tema debe tratarse con toda la responsabilidad de país, y no solo evadirla; el Congreso debe ser más ágil para resolver sus crisis puesto que estamos en un punto de desconfianza general” aseguró.
Los entrevistados coinciden en que una de las más fuertes razones de preocupación es la certeza de los cambios introducidos por el Congreso.
Pocos temas han encendido tanto el debate como las reformas Constitucionales que el pleno del Congreso discute desde hace 10 sesiones. Y aunque los resultados han sido pocos la discusión social se concentra en este momento en si realmente son necesarias.
El miércoles pasado, fue aprobado un segundo artículo de 25 posibles que el Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad (Cicig), presentaron para su conocimiento y aprobación.
El expresidente de la Corte de Constitucionalidad, Roberto Molina Barreto, asegura que la discusión de las reformas debió posponerse para ser discutida primero con todos los sectores posibles pues, atañe a la sociedad en general.
Asegura además, que el Congreso pierde valioso tiempo tratando un tema que debería
“Más parece una imposición de determinados sectores que una propuesta que favorezca a la población guatemalteca en general, pues se presentó de manera arbitraria, plantea un punto de división como la jurisdicción indígena y no fue presentada a todos los sectores” indicó.
Y es que el tema se ha convertido en una verdadero abismo entre los grupos de desaprueban las propuestas y los que las avalan.
El politólogo Renzo Rosal, asegura que la discusión de las reformas debe ser un ejercicio sobre el debate político que hasta la fecha en el Congreso no hemos observado “Hay mucho desconocimiento y desinformación entre los mismos actores que tienen en sus manos este tema que están importante para el país”. Dijo.
Análisis y tiempo
El analista Jonathan Mencos considera discutir sobre los cambios a la constitución debe ser un proceso analítico e incluyente, donde todas las voces posibles hablen al respecto. “El tema debe tratarse con toda la responsabilidad de país, y no solo evadirla; el Congreso debe ser más ágil para resolver sus crisis puesto que estamos en un punto de desconfianza general” aseguró.
Los entrevistados coinciden en que una de las más fuertes razones de preocupación es la certeza de los cambios introducidos por el Congreso.