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Entre la navidad y el extremismo religioso

Allan Martinez
23 de diciembre, 2015

El nacimiento de Jesucristo en Belén es uno de los momentos más importantes en la historia religiosa de la humanidad. En la iglesia católica, anglicana, algunas protestantes y ortodoxas se celebra este 25 de diciembre.

En Guatemala el nacimiento de Jesús es una fecha que se acompaña del Árbol de Navidad, convivencia familiar, bondad, solidaridad cambio y un renacer espiritual, es decir, si existe un mejor momento para mostrar lo mejor de cada uno es este día.

En otras latitudes, como Siria por ejemplo, familias en la capital sobreviven bajo el manto de la violencia y tiranía del Estado Islámico que mantiene el miedo escudado en la región. Al contrario de países de occidente, no hay regalos, ni árboles navideños, nacimientos, a lo mejor hay comida pero la alegría se ve empañada por el miedo. En vez de Santa Claus hay militares uniformados y tanques.

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Sadad un pueblo a 60 kilómetros de Homs, se encuentra en la actualidad bajo el control del ejército que tiene frecuentes enfrentamientos con las fuerzas del Estado Islámico. Antes del 2011 vivían 12 mil personas en su mayoría siríacos ortodoxos y católicos. Hoy está casi vacía. Huyeron para no ser víctimas de los yihadistas. Pocos la habitan, muchos ancianos que han vivido toda su vida. Se ve gente que improvisa un árbol de navidad con una estructura de hierro y que piensan cubrir con una manta verde para adornarla. Se inventan un nacimiento con lo poco que tienen.

Sadad es de las últimas ciudades que queda con cristianos y es un pequeño símbolo de resistencia en la región. Cuando los combatientes de Hezbolá considerados como “garantes de la paz y la seguridad” llegaron como refuerzo a la región para cuidarlos fueron considerados como regalos de Papá Noel para la aldea. La navidad volvió para ellos. Lo único que piden los habitantes es que estas fiestas transcurran en paz a pesar que las bases de ISIS están a unos 15 kilómetros de donde viven.

Es un poco confuso cómo en una época de paz y amor en donde se celebra el nacimiento de Jesucristo tienen un rechazo profundo a este tipo de tradiciones por el simple hecho de representar una cultura occidental.

La situación es compleja de analizar. Existen células que quieren interrumpir la comunicación entre occidente y hay grupos de presión del lado occidental y romper lazos con el mundo islámico con el fin de producir un choque de civilizaciones y también hay grupos o sectas que quieren impedirlo comentó Eduardo Fernández catedrático del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Francisco Marroquín, en un foro sobre el Estado Islámico, que muchos desean comprender.

“Muchas veces confundimos que ellos son los malos y nosotros somos los buenos y no hay que generalizar. Es un error común”, dice Fernández. “Para ellos el Corán es la palabra literal de Dios y eso es muy problemático de los musulmanes. Isis promueve una religión más ortodoxa y radical que al final es una interpretación deformada del Islam”, explica Fernández.

El analista indica que el Islam es una religión que busca el equilibrio espiritual y que la Yihad es una lucha espiritual en la que el individuo debe alejarse del pecado. Es por eso que debe rezar, hacer ayuno y otros rituales para mantenerse alejado del pecado, explica Fernández.

De este lado del mundo la Navidad es una fiesta que invita a los corazones a tener un nuevo inicio en la vida y un despertar espiritual. Nos implora un cambio de actitud hacia nuestros semejantes, a no olvidar a nuestros ancestros y atesorar nuestras tradiciones. A tomar el ejemplo que el nacimiento de Jesús en condiciones miserables debe apelar nuestra humanidad y entender que el sacrificio de Dios al mandar a su hijo a salvarnos traspasa cualquier riqueza.

De tal manera que el mundo implora paz, hay grupos que escudados en la religión cometen actos inhumanos que para ellos es algo normal, pero para muchos como los guatemaltecos es un momento de reflexión y recogimiento espiritual para entender el milagro que significa la venida de Jesucristo a nuestras vidas.

El Papa Francisco en su mensaje navideño Urbi er Orbi pidió en sus oraciones por todas las personas de las diferentes regiones que sufren y pagan con sus vidas la incomprensión del extremismo disfrazado de religión.

“Pienso en todos los niños hoy maltratados y muertos, sea los que lo padecen antes de ver la luz, privados del amor generoso de sus padres y sepultados en el egoísmo de una cultura que no ama la vida; sean los niños desplazados a causa de las guerras y las persecuciones, sujetos a abusos y explotación ante nuestros ojos y con nuestro silencio cómplice; a los niños masacrados en los bombardeos, incluso allí donde ha nacido el Hijo de Dios. Todavía hoy, su silencio impotente grita bajo la espada de tantos Herodes. Hay verdaderamente muchas lágrimas en esta Navidad junto con las lágrimas del Niño Jesús”, decía Francisco.

“Que este poder divino, con su mansedumbre, extirpe la dureza de corazón de muchos hombres y mujeres sumidos en lo mundano y la indiferencia, en la globalización de la indiferencia. Que su fuerza redentora transforme las armas en arados, la destrucción en creatividad, el odio en amor y ternura. Así podremos decir con júbilo: Nuestros ojos han visto a tu Salvador”, concluyó el sumo pontífice.

Así como el Papa Francisco le invitamos a que pidamos por la paz del mundo y valoremos lo afortunados que somos aún con nuestras limitaciones y problemas sociales. Desde República.gt le deseamos una FELIZ NAVIDAD.

Entre la navidad y el extremismo religioso

Allan Martinez
23 de diciembre, 2015

El nacimiento de Jesucristo en Belén es uno de los momentos más importantes en la historia religiosa de la humanidad. En la iglesia católica, anglicana, algunas protestantes y ortodoxas se celebra este 25 de diciembre.

En Guatemala el nacimiento de Jesús es una fecha que se acompaña del Árbol de Navidad, convivencia familiar, bondad, solidaridad cambio y un renacer espiritual, es decir, si existe un mejor momento para mostrar lo mejor de cada uno es este día.

En otras latitudes, como Siria por ejemplo, familias en la capital sobreviven bajo el manto de la violencia y tiranía del Estado Islámico que mantiene el miedo escudado en la región. Al contrario de países de occidente, no hay regalos, ni árboles navideños, nacimientos, a lo mejor hay comida pero la alegría se ve empañada por el miedo. En vez de Santa Claus hay militares uniformados y tanques.

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Sadad un pueblo a 60 kilómetros de Homs, se encuentra en la actualidad bajo el control del ejército que tiene frecuentes enfrentamientos con las fuerzas del Estado Islámico. Antes del 2011 vivían 12 mil personas en su mayoría siríacos ortodoxos y católicos. Hoy está casi vacía. Huyeron para no ser víctimas de los yihadistas. Pocos la habitan, muchos ancianos que han vivido toda su vida. Se ve gente que improvisa un árbol de navidad con una estructura de hierro y que piensan cubrir con una manta verde para adornarla. Se inventan un nacimiento con lo poco que tienen.

Sadad es de las últimas ciudades que queda con cristianos y es un pequeño símbolo de resistencia en la región. Cuando los combatientes de Hezbolá considerados como “garantes de la paz y la seguridad” llegaron como refuerzo a la región para cuidarlos fueron considerados como regalos de Papá Noel para la aldea. La navidad volvió para ellos. Lo único que piden los habitantes es que estas fiestas transcurran en paz a pesar que las bases de ISIS están a unos 15 kilómetros de donde viven.

Es un poco confuso cómo en una época de paz y amor en donde se celebra el nacimiento de Jesucristo tienen un rechazo profundo a este tipo de tradiciones por el simple hecho de representar una cultura occidental.

La situación es compleja de analizar. Existen células que quieren interrumpir la comunicación entre occidente y hay grupos de presión del lado occidental y romper lazos con el mundo islámico con el fin de producir un choque de civilizaciones y también hay grupos o sectas que quieren impedirlo comentó Eduardo Fernández catedrático del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Francisco Marroquín, en un foro sobre el Estado Islámico, que muchos desean comprender.

“Muchas veces confundimos que ellos son los malos y nosotros somos los buenos y no hay que generalizar. Es un error común”, dice Fernández. “Para ellos el Corán es la palabra literal de Dios y eso es muy problemático de los musulmanes. Isis promueve una religión más ortodoxa y radical que al final es una interpretación deformada del Islam”, explica Fernández.

El analista indica que el Islam es una religión que busca el equilibrio espiritual y que la Yihad es una lucha espiritual en la que el individuo debe alejarse del pecado. Es por eso que debe rezar, hacer ayuno y otros rituales para mantenerse alejado del pecado, explica Fernández.

De este lado del mundo la Navidad es una fiesta que invita a los corazones a tener un nuevo inicio en la vida y un despertar espiritual. Nos implora un cambio de actitud hacia nuestros semejantes, a no olvidar a nuestros ancestros y atesorar nuestras tradiciones. A tomar el ejemplo que el nacimiento de Jesús en condiciones miserables debe apelar nuestra humanidad y entender que el sacrificio de Dios al mandar a su hijo a salvarnos traspasa cualquier riqueza.

De tal manera que el mundo implora paz, hay grupos que escudados en la religión cometen actos inhumanos que para ellos es algo normal, pero para muchos como los guatemaltecos es un momento de reflexión y recogimiento espiritual para entender el milagro que significa la venida de Jesucristo a nuestras vidas.

El Papa Francisco en su mensaje navideño Urbi er Orbi pidió en sus oraciones por todas las personas de las diferentes regiones que sufren y pagan con sus vidas la incomprensión del extremismo disfrazado de religión.

“Pienso en todos los niños hoy maltratados y muertos, sea los que lo padecen antes de ver la luz, privados del amor generoso de sus padres y sepultados en el egoísmo de una cultura que no ama la vida; sean los niños desplazados a causa de las guerras y las persecuciones, sujetos a abusos y explotación ante nuestros ojos y con nuestro silencio cómplice; a los niños masacrados en los bombardeos, incluso allí donde ha nacido el Hijo de Dios. Todavía hoy, su silencio impotente grita bajo la espada de tantos Herodes. Hay verdaderamente muchas lágrimas en esta Navidad junto con las lágrimas del Niño Jesús”, decía Francisco.

“Que este poder divino, con su mansedumbre, extirpe la dureza de corazón de muchos hombres y mujeres sumidos en lo mundano y la indiferencia, en la globalización de la indiferencia. Que su fuerza redentora transforme las armas en arados, la destrucción en creatividad, el odio en amor y ternura. Así podremos decir con júbilo: Nuestros ojos han visto a tu Salvador”, concluyó el sumo pontífice.

Así como el Papa Francisco le invitamos a que pidamos por la paz del mundo y valoremos lo afortunados que somos aún con nuestras limitaciones y problemas sociales. Desde República.gt le deseamos una FELIZ NAVIDAD.

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