El poder de las redes sociales para influir en la vida política de un país es innegable. La capacidad de conseguir información sobre cualquier persona es bastante simple dicen los expertos. Solo hace falta tener una celular para que un programa malicioso se instale en la víctima y bajan toda tu información gustos, palabras claves de redes sociales, correos, etc.
Imagínese que usted es una persona que critica al gobierno pasado, el de Otto Pérez Molina y postea comentarios negativos sobre el expresidente y al otro día le preguntan a si quiere participar en su gobierno y usted acepta y es nombrado ministro de economía. Este fue el caso del licenciado Ricardo Sagastume que en su cuenta de twitter criticó al ex mandatario y después fue invitado a integrar el gabinete de gobierno. Su comentario provocó que en el muro de su red social diversos amigos le reclamaran su poca coherencia.
Incluso si usted es un abogado conocido y ha sido un académico de renombre y de pronto se descubre que usted ha plagiado varios ensayos y los presume como ideas propias y es llamado a ser representante del grupo de transición. Este fue el caso del economista José Ramón Lam que conformó el equipo de transición del presidente electo Jimmy Morales. Por distintos medios se dio a conocer que Lam había plagiado cuatro ensayos según informó el Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos. La ola de reclamos por las redes sociales exigía que Morales lo separara cuanto antes. Más tarde que temprano, el próximo mandatario anunció que Lam no seguiría en el equipo.
En el caso del candidato presidencial Manuel Baldizón al publicar su libro “Rompiendo Paradigmas” el cual contenía citas a las que no dio ningún crédito bibliográfico o derechos de autor. El ataque de las redes sociales y el rechazo de los medios de comunicación obligó a Baldizón a retractarse obligarlo a poner citas. El desgaste provocó que el candidato se expusiera como poco honesto y de ahí el declive de su imagen fue evidente al no pasar a segunda vuelta. Los cibernautas se anotaron una estrella en el brazo por la caída del candidato de Líder.
Todo se sabe y se sabrá
Para Rodrigo Polo experto en internet y redes sociales afirma que es complicado esconder este tipo de información personal. “Supongamos que te roban el teléfono o que bajás una aplicación y esta es maliciosa y sirve para sacar toda tu información. Esconder información es complicado. Si te van a hackear, te van a hackear”, explica.
Para el abogado y columnista de República.gt Jonathan Lemus, el tema de las redes sociales ha provocado un cambio cultural que se ha dado en Guatemala junto con la fiscalización del gasto público y ahora también de los personajes conocidos. “Antes no había una evaluación rigurosa de las personas y hoy las redes sociales se convierten en una herramienta donde todo fluye y se da el ejercicio de exigencia ciudadana y rendición de cuentas”, comenta.
“Creo que las redes sociales tienen un impacto positivo y ahora se deberá tomar en cuenta las conexiones personales, el pasado y lo que han dicho porque van a ser sujetos de evaluación y de cuestionamiento. Esto podría tener el incentivo que personas con las capacidades y calidad moral que no tienen nada que temer. No obstante aquellos que tienen algunas tachas o alguna vinculación con corrupción se detendrán porque saben que van a hacer evaluados”, agrega.
Polo afirma que una de las desventajas es que cualquiera puede acusar a alguien y el internet crea estigma. Es un arma de doble filo. “Lo que sucede es que cuando se pregunta en las redes sociales sobre alguna persona va a haber alguien que te diga lo bueno lo malo y lo feo; pros y contras. El problema es la verificación de los hechos y la gente se deja influenciar sin corroborar”, lamenta.
“Yo estoy en contra cuando algunos medios publiquen cualquier cosa que diga la CICIG sin que se compruebe. Ahí se pierde el derecho a la presunción de la inocencia y no es por decir que todos son inocentes pero sí hay que comprobar el hecho”, explica el experto.
Ser o no ser funcionario
Cualquier persona que aspire a ser un servidor público debe de tomar en cuenta su vida y hacer un examen a conciencia sobre lo que ha hecho como profesional o al menos a lo largo de su trayectoria. Polo afirma que conoce a gente que aspira a ser y siempre les aconseja a modo de advertencia el riesgo que correrán ellos y su familia.
“El día que vos entrés ahí, recordate las cosas que has hecho y a quién se lo has contado porque te va a regresar a golpearte. La parte complicada es que no tenemos gente honorable. El nivel económico de los guatemaltecos hace que la superviviencia nos haga hacer cosas con las que no estamos de acuerdo y que sabemos que no son correctas o necesariamente legales. Yo realmente quisiera conocer gente honorable”, dice Polo.
“Yo creo que hay un rechazo profundo a todo aquel que haya participado en las últimas dos administraciones. Sería positivo que jóvenes o personas tomen los espacios en la administración pública porque esos jóvenes se pueden ir preparando y haciendo una carrera dentro de la administración y se van a tomar un tiempo en aprender cómo funciona todo. Es importante esa formación de cuadros que sepan cómo funciona el Estado y dar un mejor servicio a la ciudadanía. Las características de ser idóneo e intachable no deben ser señaladas por parte de un sector en particular porque se cae en la descalificación según sus intereses políticos y eso no es una evaluación objetiva de la ética de la persona”, dice Lemus
Ante la hipotética pregunta de si participaría en la política o en un gabinete de gobierno al saber que estaría expuesto ante la mirada microscópica de las redes sociales Polo lo ve difícil aunque las ofertas no le han faltado. “Yo mismo no me considero honorable. Si alguien me tira el carro yo también le hago lo mismo. Para que haya un cambio realmente en Guatemala se necesita de un buen grupo de gente honorable con el apoyo de seguridad muy grande porque van a afectar a negocios de antaño que no son legales. y esta gente tiene el poder y el dinero, y no se va a dejar”, dice.
Según Lemus, “Estamos en una época muy interesante se podría decir que el enfoque en contra la corrupción abre espacios a ciudadanos capaces. Se está creando cierto temor en la burocracia del Estado porque ahora cualquier cosa es corrupción, hasta comprar un lápiz”. Agrega que eso es algo que puede ser poco atractivo dentro del Estado y en este momento con la descalificación que existe uno podría pensar “Voy a entrar y no he hecho nada y la gente va a pensar con suspicacia que cualquier movimiento que haga va a ser evaluado” y talvez son movimientos buenos que si algunos están en contra de uno por cuestiones personales pueden usar este tipo de información para acusar de corrupción cuando no necesariamente existe.
Ante es escrutinio de las redes sociales activas, Lemus cree que es interesante que las personas que se atrevan a tomar cargos públicos van a ser muy valientes si sus intenciones son buenas.
Los expertos coinciden que el llamado a servir a la población debe de estar fundamentado en una vocación. Si la persona está centrada y sabe hacer su trabajo, es idóneo y honorable, lo que se diga de él en las redes sociales no le afectará. Sin embargo, hacen ver que las condiciones ideales para que se dé esta situación son complicadas.
Agregan que la vida de la persona está expuesta en las redes sociales y la presión es bastante fuerte. El termómetro que representa las redes sociales y su peso son suficientes para el destierro. Una foto con la persona equivocada basta para ahogar aspiraciones y relaciones comerciales porque el estigma será eterno.
De tal manera que esta es una nueva etapa de la política nacional, porque las redes sociales se convierten en observadores, así que los nuevos funcionarios del gobierno del presidente electo Jimmy Morales pasarán también ese escrutinio. Sin dejar de lado el papel que los medios de comunicación digitales están aportando con la inmediatez de la información que ahora está al alcance de todos.
El poder de las redes sociales para influir en la vida política de un país es innegable. La capacidad de conseguir información sobre cualquier persona es bastante simple dicen los expertos. Solo hace falta tener una celular para que un programa malicioso se instale en la víctima y bajan toda tu información gustos, palabras claves de redes sociales, correos, etc.
Imagínese que usted es una persona que critica al gobierno pasado, el de Otto Pérez Molina y postea comentarios negativos sobre el expresidente y al otro día le preguntan a si quiere participar en su gobierno y usted acepta y es nombrado ministro de economía. Este fue el caso del licenciado Ricardo Sagastume que en su cuenta de twitter criticó al ex mandatario y después fue invitado a integrar el gabinete de gobierno. Su comentario provocó que en el muro de su red social diversos amigos le reclamaran su poca coherencia.
Incluso si usted es un abogado conocido y ha sido un académico de renombre y de pronto se descubre que usted ha plagiado varios ensayos y los presume como ideas propias y es llamado a ser representante del grupo de transición. Este fue el caso del economista José Ramón Lam que conformó el equipo de transición del presidente electo Jimmy Morales. Por distintos medios se dio a conocer que Lam había plagiado cuatro ensayos según informó el Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos. La ola de reclamos por las redes sociales exigía que Morales lo separara cuanto antes. Más tarde que temprano, el próximo mandatario anunció que Lam no seguiría en el equipo.
En el caso del candidato presidencial Manuel Baldizón al publicar su libro “Rompiendo Paradigmas” el cual contenía citas a las que no dio ningún crédito bibliográfico o derechos de autor. El ataque de las redes sociales y el rechazo de los medios de comunicación obligó a Baldizón a retractarse obligarlo a poner citas. El desgaste provocó que el candidato se expusiera como poco honesto y de ahí el declive de su imagen fue evidente al no pasar a segunda vuelta. Los cibernautas se anotaron una estrella en el brazo por la caída del candidato de Líder.
Todo se sabe y se sabrá
Para Rodrigo Polo experto en internet y redes sociales afirma que es complicado esconder este tipo de información personal. “Supongamos que te roban el teléfono o que bajás una aplicación y esta es maliciosa y sirve para sacar toda tu información. Esconder información es complicado. Si te van a hackear, te van a hackear”, explica.
Para el abogado y columnista de República.gt Jonathan Lemus, el tema de las redes sociales ha provocado un cambio cultural que se ha dado en Guatemala junto con la fiscalización del gasto público y ahora también de los personajes conocidos. “Antes no había una evaluación rigurosa de las personas y hoy las redes sociales se convierten en una herramienta donde todo fluye y se da el ejercicio de exigencia ciudadana y rendición de cuentas”, comenta.
“Creo que las redes sociales tienen un impacto positivo y ahora se deberá tomar en cuenta las conexiones personales, el pasado y lo que han dicho porque van a ser sujetos de evaluación y de cuestionamiento. Esto podría tener el incentivo que personas con las capacidades y calidad moral que no tienen nada que temer. No obstante aquellos que tienen algunas tachas o alguna vinculación con corrupción se detendrán porque saben que van a hacer evaluados”, agrega.
Polo afirma que una de las desventajas es que cualquiera puede acusar a alguien y el internet crea estigma. Es un arma de doble filo. “Lo que sucede es que cuando se pregunta en las redes sociales sobre alguna persona va a haber alguien que te diga lo bueno lo malo y lo feo; pros y contras. El problema es la verificación de los hechos y la gente se deja influenciar sin corroborar”, lamenta.
“Yo estoy en contra cuando algunos medios publiquen cualquier cosa que diga la CICIG sin que se compruebe. Ahí se pierde el derecho a la presunción de la inocencia y no es por decir que todos son inocentes pero sí hay que comprobar el hecho”, explica el experto.
Ser o no ser funcionario
Cualquier persona que aspire a ser un servidor público debe de tomar en cuenta su vida y hacer un examen a conciencia sobre lo que ha hecho como profesional o al menos a lo largo de su trayectoria. Polo afirma que conoce a gente que aspira a ser y siempre les aconseja a modo de advertencia el riesgo que correrán ellos y su familia.
“El día que vos entrés ahí, recordate las cosas que has hecho y a quién se lo has contado porque te va a regresar a golpearte. La parte complicada es que no tenemos gente honorable. El nivel económico de los guatemaltecos hace que la superviviencia nos haga hacer cosas con las que no estamos de acuerdo y que sabemos que no son correctas o necesariamente legales. Yo realmente quisiera conocer gente honorable”, dice Polo.
“Yo creo que hay un rechazo profundo a todo aquel que haya participado en las últimas dos administraciones. Sería positivo que jóvenes o personas tomen los espacios en la administración pública porque esos jóvenes se pueden ir preparando y haciendo una carrera dentro de la administración y se van a tomar un tiempo en aprender cómo funciona todo. Es importante esa formación de cuadros que sepan cómo funciona el Estado y dar un mejor servicio a la ciudadanía. Las características de ser idóneo e intachable no deben ser señaladas por parte de un sector en particular porque se cae en la descalificación según sus intereses políticos y eso no es una evaluación objetiva de la ética de la persona”, dice Lemus
Ante la hipotética pregunta de si participaría en la política o en un gabinete de gobierno al saber que estaría expuesto ante la mirada microscópica de las redes sociales Polo lo ve difícil aunque las ofertas no le han faltado. “Yo mismo no me considero honorable. Si alguien me tira el carro yo también le hago lo mismo. Para que haya un cambio realmente en Guatemala se necesita de un buen grupo de gente honorable con el apoyo de seguridad muy grande porque van a afectar a negocios de antaño que no son legales. y esta gente tiene el poder y el dinero, y no se va a dejar”, dice.
Según Lemus, “Estamos en una época muy interesante se podría decir que el enfoque en contra la corrupción abre espacios a ciudadanos capaces. Se está creando cierto temor en la burocracia del Estado porque ahora cualquier cosa es corrupción, hasta comprar un lápiz”. Agrega que eso es algo que puede ser poco atractivo dentro del Estado y en este momento con la descalificación que existe uno podría pensar “Voy a entrar y no he hecho nada y la gente va a pensar con suspicacia que cualquier movimiento que haga va a ser evaluado” y talvez son movimientos buenos que si algunos están en contra de uno por cuestiones personales pueden usar este tipo de información para acusar de corrupción cuando no necesariamente existe.
Ante es escrutinio de las redes sociales activas, Lemus cree que es interesante que las personas que se atrevan a tomar cargos públicos van a ser muy valientes si sus intenciones son buenas.
Los expertos coinciden que el llamado a servir a la población debe de estar fundamentado en una vocación. Si la persona está centrada y sabe hacer su trabajo, es idóneo y honorable, lo que se diga de él en las redes sociales no le afectará. Sin embargo, hacen ver que las condiciones ideales para que se dé esta situación son complicadas.
Agregan que la vida de la persona está expuesta en las redes sociales y la presión es bastante fuerte. El termómetro que representa las redes sociales y su peso son suficientes para el destierro. Una foto con la persona equivocada basta para ahogar aspiraciones y relaciones comerciales porque el estigma será eterno.
De tal manera que esta es una nueva etapa de la política nacional, porque las redes sociales se convierten en observadores, así que los nuevos funcionarios del gobierno del presidente electo Jimmy Morales pasarán también ese escrutinio. Sin dejar de lado el papel que los medios de comunicación digitales están aportando con la inmediatez de la información que ahora está al alcance de todos.