Sin embargo, una sugerencia romántica aquí y allá y el consejo de algún optimista recién atropellado, se puede pensar que con un somero conocimiento de Serrat, las notas escondidas y frases empolvadas de aquellas primeras veces el recuerdopodría aflorar como un Déjà Vú.
Aunque más Sabinero que Primo Nano fue Joaquín con el Yo, Mi, Me, Contigo quien presenta Joan Manuel como un buen tío para nosotros y un gran primo para todos. Un loco hidalgo fanático del Barsa y que de joven hubiera querido ser como él. Con esas recomendaciones es una cortesía al menos abrirle la puerta sin desconfiar que sea testigo de jehová.
Así, el cantante catalán se presentó en la Gran Sala Efraín Recinos del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias donde hizo un recorrido por su Antología Desordenada con el que celebra 50 años de carrera sobre los escenarios.
Un escenario sin más, pocos instrumentos y un ambiente enfocado en el cantante con un público que lo salió a recibir por las viejas canciones conocidas.
Serrat es como esos cantantes que nada tienen que probar. Andan ahí como Bob Dylan, Leonard Cohen o el mismo Joaquín Sabina que cantan por el puro placer. Ofende a muchos que estos artistas añejos no canten como antes y se entiende pero entonces es mejor no ir a los conciertos si lo que se percibe es pura y desdeñosa decrepitud.
Si nos sentamos y olvidamos todo esto, Serrat es un deleite. Nostalgia, honesta y sepia como Mi Niñez. O el abrazo de bienvenida que es De vez en cuando la vida, un manifiesto a la sabiduría juguetona, gráfica y tierna, así como Sabina en Jugar por jugar.
Serrat también tira manuales de paternidad como la canción de Esos locos bajitos. Perlas de sabiduría como Cantares con esa frase gastada hasta el cansancio por los optimistas de ayer, hoy y siempre.
Un Joan Manuel romántico de Lucía, Penélope o Romance de Curro el Palmo. Así nos podemos deslizar por todo el repertorio de las mejores éxitos de Serrat, incluso las catalanas Fa vint anys que tinc vint anys, Cançó de bressol que la unió con Paraules d’amor.
Se dice que esta fue la mejor presentación de Serrat en las veces que ha venido a Guatemala. Sin duda el catalán es el hermano mayor de la música en español no cabe duda que hay que escuchar y agradecerle por sus 50 años de carrera. Y para disfrutar sus presentaciones hay que conocerlo y sobre todo haber vivido.
Sin embargo, una sugerencia romántica aquí y allá y el consejo de algún optimista recién atropellado, se puede pensar que con un somero conocimiento de Serrat, las notas escondidas y frases empolvadas de aquellas primeras veces el recuerdopodría aflorar como un Déjà Vú.
Aunque más Sabinero que Primo Nano fue Joaquín con el Yo, Mi, Me, Contigo quien presenta Joan Manuel como un buen tío para nosotros y un gran primo para todos. Un loco hidalgo fanático del Barsa y que de joven hubiera querido ser como él. Con esas recomendaciones es una cortesía al menos abrirle la puerta sin desconfiar que sea testigo de jehová.
Así, el cantante catalán se presentó en la Gran Sala Efraín Recinos del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias donde hizo un recorrido por su Antología Desordenada con el que celebra 50 años de carrera sobre los escenarios.
Un escenario sin más, pocos instrumentos y un ambiente enfocado en el cantante con un público que lo salió a recibir por las viejas canciones conocidas.
Serrat es como esos cantantes que nada tienen que probar. Andan ahí como Bob Dylan, Leonard Cohen o el mismo Joaquín Sabina que cantan por el puro placer. Ofende a muchos que estos artistas añejos no canten como antes y se entiende pero entonces es mejor no ir a los conciertos si lo que se percibe es pura y desdeñosa decrepitud.
Si nos sentamos y olvidamos todo esto, Serrat es un deleite. Nostalgia, honesta y sepia como Mi Niñez. O el abrazo de bienvenida que es De vez en cuando la vida, un manifiesto a la sabiduría juguetona, gráfica y tierna, así como Sabina en Jugar por jugar.
Serrat también tira manuales de paternidad como la canción de Esos locos bajitos. Perlas de sabiduría como Cantares con esa frase gastada hasta el cansancio por los optimistas de ayer, hoy y siempre.
Un Joan Manuel romántico de Lucía, Penélope o Romance de Curro el Palmo. Así nos podemos deslizar por todo el repertorio de las mejores éxitos de Serrat, incluso las catalanas Fa vint anys que tinc vint anys, Cançó de bressol que la unió con Paraules d’amor.
Se dice que esta fue la mejor presentación de Serrat en las veces que ha venido a Guatemala. Sin duda el catalán es el hermano mayor de la música en español no cabe duda que hay que escuchar y agradecerle por sus 50 años de carrera. Y para disfrutar sus presentaciones hay que conocerlo y sobre todo haber vivido.