Multiverse, plataforma regional que apoya y estructura el ecosistema emprendedor, celebra su décimo aniversario en un ecosistema que ya no se parece al de 2015. Guatemala es uno de los países con mayor dinamismo emprendedor de la región —el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) reporta que más del 40 % de los adultos manifiesta intención de emprender—, pero también enfrenta retos estructurales que persisten: altos niveles de emprendimiento por necesidad, brechas de capital y poca formalización.
Su origen se remonta al encuentro de dos miradas complementarias. Juan Bautista Bosch, hoy presidente, venía de una formación centrada en emprendimiento y detectaba el desbalance entre talento y oportunidades.
“Lo que me inspiró en 2015 fue ver todo el talento que había en Guatemala y preguntarme cómo podíamos mejorarlo”, explica.
Por su parte, Rocío Pinto, CEO y cofundadora, investigaba modelos que pudieran profesionalizar ese proceso. Ambos coincidieron en la necesidad de construir una plataforma que no solo formara emprendedores, sino que les diera estructura, acceso a redes y un punto de partida más sólido. “Nos sentamos a entender un modelo que realmente pudiera potenciar a los emprendedores”, recuerda.
Los años que siguieron estuvieron marcados por cambios internos y externos. Mientras el país experimentaba un aumento en programas de aceleración y coworking, el GEM registró otro fenómeno: más emprendedores que antes lograban sostener su negocio durante el primer año. Con todo, pocos alcanzan escalabilidad por falta de acompañamiento técnico y financiero.
Los testimonios de quienes pasaron por Multiverse —desde los que escalaron tecnología desde Guatemala hacia Asia hasta quienes transformaron negocios creativos, gastronómicos o sostenibles— revelan un patrón común: estructura, acompañamiento y comunidad. Para muchos, significó dejar de emprender solos.
En ese trayecto, fortalecieron una red de mentores que hoy es parte del sello del programa. Lo mismo ocurrió con aliados corporativos y financieros que llevaron esta metodología a departamentos fuera de la capital, profesionalizando PYMES con impacto directo en ventas, empleabilidad y desarrollo local.
Juan Luis Bosch Gutiérrez, miembro de la Junta Directiva, considera que el mayor cambio no es técnico, sino cultural. A su juicio, el método y disciplina han permitido que emprendedores de distintos tamaños encuentren estructura en un país donde los negocios suelen nacer solos y sin acompañamiento.
La idea de que el esfuerzo sostenido permite “pasar a la siguiente etapa”, como él describe, se volvió uno de los aprendizajes más visibles.
Guatemala mantiene un alto apetito emprendedor, sin embargo todavía enfrenta bajos niveles de acceso a capital formal y una tasa de cierre temprana mayor que la regional, según el GEM.
En ese terreno, la próxima etapa dependerá de cuánto puedan evolucionar las conexiones entre talento, inversión y acompañamiento. Multiverse es solo uno de los actores, pero la historia de estos diez años muestra cómo una estructura puede contribuir a ordenar un ecosistema en transición.
Multiverse, plataforma regional que apoya y estructura el ecosistema emprendedor, celebra su décimo aniversario en un ecosistema que ya no se parece al de 2015. Guatemala es uno de los países con mayor dinamismo emprendedor de la región —el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) reporta que más del 40 % de los adultos manifiesta intención de emprender—, pero también enfrenta retos estructurales que persisten: altos niveles de emprendimiento por necesidad, brechas de capital y poca formalización.
Su origen se remonta al encuentro de dos miradas complementarias. Juan Bautista Bosch, hoy presidente, venía de una formación centrada en emprendimiento y detectaba el desbalance entre talento y oportunidades.
“Lo que me inspiró en 2015 fue ver todo el talento que había en Guatemala y preguntarme cómo podíamos mejorarlo”, explica.
Por su parte, Rocío Pinto, CEO y cofundadora, investigaba modelos que pudieran profesionalizar ese proceso. Ambos coincidieron en la necesidad de construir una plataforma que no solo formara emprendedores, sino que les diera estructura, acceso a redes y un punto de partida más sólido. “Nos sentamos a entender un modelo que realmente pudiera potenciar a los emprendedores”, recuerda.
Los años que siguieron estuvieron marcados por cambios internos y externos. Mientras el país experimentaba un aumento en programas de aceleración y coworking, el GEM registró otro fenómeno: más emprendedores que antes lograban sostener su negocio durante el primer año. Con todo, pocos alcanzan escalabilidad por falta de acompañamiento técnico y financiero.
Los testimonios de quienes pasaron por Multiverse —desde los que escalaron tecnología desde Guatemala hacia Asia hasta quienes transformaron negocios creativos, gastronómicos o sostenibles— revelan un patrón común: estructura, acompañamiento y comunidad. Para muchos, significó dejar de emprender solos.
En ese trayecto, fortalecieron una red de mentores que hoy es parte del sello del programa. Lo mismo ocurrió con aliados corporativos y financieros que llevaron esta metodología a departamentos fuera de la capital, profesionalizando PYMES con impacto directo en ventas, empleabilidad y desarrollo local.
Juan Luis Bosch Gutiérrez, miembro de la Junta Directiva, considera que el mayor cambio no es técnico, sino cultural. A su juicio, el método y disciplina han permitido que emprendedores de distintos tamaños encuentren estructura en un país donde los negocios suelen nacer solos y sin acompañamiento.
La idea de que el esfuerzo sostenido permite “pasar a la siguiente etapa”, como él describe, se volvió uno de los aprendizajes más visibles.
Guatemala mantiene un alto apetito emprendedor, sin embargo todavía enfrenta bajos niveles de acceso a capital formal y una tasa de cierre temprana mayor que la regional, según el GEM.
En ese terreno, la próxima etapa dependerá de cuánto puedan evolucionar las conexiones entre talento, inversión y acompañamiento. Multiverse es solo uno de los actores, pero la historia de estos diez años muestra cómo una estructura puede contribuir a ordenar un ecosistema en transición.
EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: